El Nobel criticó duramente las políticas aplicadas por los adalides europeos y estimó que un “pacto de austeridad es un trato suicida; es ver cómo saltarán todos aledaños del acantilado con un efecto desvastador para todos”. Planteó que los políticos comenzaron un procedimiento con el euro que no enteramente completaron, a lo que agregaron “errores de razonamiento. No reconocieron fallas fundamentales en el procedimiento” y, al mismo tiempo, Alemania “alienta el rumbo de que el enmarañamiento es que los gobiernos gastan demasiado. Como el diagnóstico es equivocado, los remedios lo son”. Tanto a lo largo de su exposición como durante la entrevista con Estrategia & Negocios, Stiglitz enfatizó que “la austeridad ninguna vez funcionó. No hay recobro de ninguna economía grande por esta vía”. En ese marco, se asombra de que Alemania “se sorprenda” de que las acciones tomadas no trabajen: “Ya se conoce que el desenlace es una mayor desaceleración”. Aunque admitió que la Eurozona necesita de mejoras estructurales, apuntó que estas son de largo termino y que, en general, se enfocan a la oferta, “cuando hoy el enmarañamiento es de demanda. Con lo que instrumentadas pueden finalizar empeorando” la circunstancia. A modo de dechado, puntualizó la flexibilización laboral que –según su buen estilo- disminuye los sueldos, achica el poder de los gremios y empeora las condiciones laborales. “Exacerba la desigualdad”, sintetizó. “En este procedimiento, los descomunales finalizarán siendo más descomunales y los débiles más débiles”, graficó en señal al reparto de poder en Europa, a la vez que fue terminante al sostener que el fin de euro se produce por cuestiones económicas y no políticas: “No hay eventualidades de salvarlo sino es con un giro básico del marco estructural”. Stiglitz, quien es uno de los primordiales referentes del neokeynesianismo en el planeta, puntualizó que hay dinámicas posibilidades para alcanzar un planeta y una economía “mejores”: revertir la austeridad y agigantar el progreso, crear una armonización del sistema fiscal e instrumentar un sistema financiero estable y común para toda el área. El Nobel adelantó a Estrategia & Negocios que los países dependientes de Europa – por dechado, por conservar con mucha capacidad acuerdos comerciales- deben estar atentos a lo que sucede en el sistema financiero, porque ahí está la primordial vía de contagio de la aprietos. Asimismo insistió en que en la globalización “no se puede hablar de una moneda de señal, sino anticipar hacia una canasta de monedas que sea la señal”. Fuente: Estrategia de Negocios
jueves, 27 de septiembre de 2012
Stiglitz: “Lo mejor para el euro es que lo abandone Alemania”
El Nobel criticó duramente las políticas aplicadas por los adalides europeos y estimó que un “pacto de austeridad es un trato suicida; es ver cómo saltarán todos aledaños del acantilado con un efecto desvastador para todos”. Planteó que los políticos comenzaron un procedimiento con el euro que no enteramente completaron, a lo que agregaron “errores de razonamiento. No reconocieron fallas fundamentales en el procedimiento” y, al mismo tiempo, Alemania “alienta el rumbo de que el enmarañamiento es que los gobiernos gastan demasiado. Como el diagnóstico es equivocado, los remedios lo son”. Tanto a lo largo de su exposición como durante la entrevista con Estrategia & Negocios, Stiglitz enfatizó que “la austeridad ninguna vez funcionó. No hay recobro de ninguna economía grande por esta vía”. En ese marco, se asombra de que Alemania “se sorprenda” de que las acciones tomadas no trabajen: “Ya se conoce que el desenlace es una mayor desaceleración”. Aunque admitió que la Eurozona necesita de mejoras estructurales, apuntó que estas son de largo termino y que, en general, se enfocan a la oferta, “cuando hoy el enmarañamiento es de demanda. Con lo que instrumentadas pueden finalizar empeorando” la circunstancia. A modo de dechado, puntualizó la flexibilización laboral que –según su buen estilo- disminuye los sueldos, achica el poder de los gremios y empeora las condiciones laborales. “Exacerba la desigualdad”, sintetizó. “En este procedimiento, los descomunales finalizarán siendo más descomunales y los débiles más débiles”, graficó en señal al reparto de poder en Europa, a la vez que fue terminante al sostener que el fin de euro se produce por cuestiones económicas y no políticas: “No hay eventualidades de salvarlo sino es con un giro básico del marco estructural”. Stiglitz, quien es uno de los primordiales referentes del neokeynesianismo en el planeta, puntualizó que hay dinámicas posibilidades para alcanzar un planeta y una economía “mejores”: revertir la austeridad y agigantar el progreso, crear una armonización del sistema fiscal e instrumentar un sistema financiero estable y común para toda el área. El Nobel adelantó a Estrategia & Negocios que los países dependientes de Europa – por dechado, por conservar con mucha capacidad acuerdos comerciales- deben estar atentos a lo que sucede en el sistema financiero, porque ahí está la primordial vía de contagio de la aprietos. Asimismo insistió en que en la globalización “no se puede hablar de una moneda de señal, sino anticipar hacia una canasta de monedas que sea la señal”. Fuente: Estrategia de Negocios
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