Wall Street opera con leves variaciones pese a la
inesperada disminución de las solicitudes de subsidio
por desempleo en Estados Unidos la semana pasada.
Además, las esperanzas en que el Banco Central Europeo
actúe para controlar la crisis de deuda de la zona euro se
apagaron, dando paso a la cautela.
La falta de dirección del parque neoyorquino se produce a
pesar del inesperado descenso en 6.000 de las solicitudes
de subsidio por desempleo en EEUU la semana pasada, cuando quedaron en 361.000, en lugar del
aumento hasta 370.000 que habían previsto los analistas.
Tampoco parece influir sobre el rumbo de Wall Street la disminución del 10,7% que registró
el déficit comercial estadounidense en junio, cuando se situó en 42.900 millones de dólares,
el nivel más bajo desde diciembre de 2010, según el Departamento de Comercio.
Wall Street emulaba la indecisión con la que avanzaban las bolsas europeas y se ve presionado por
los datos sobre la inflación de China, que subió en julio el 1,8% respecto al mismo mes de 2011, lo
que confirma la desaceleración de los precios en la segunda economía del mundo.
En cualquier caso, el dato hacía prever a los inversores que el Gobierno chino pondrá en marcha
medidas para estimular la demanda interna, lo cual contrarrestaba parte del impacto negativo de la
noticia sobre las bolsas.
Por su parte, el índice Nikkei de la bolsa de Tokio subió por cuarto día seguido tras unos
indicadores desiguales en China que mantuvieron vivas las esperanzas de algunas medidas para
hacer frente a la desaceleración en el primer mercado de exportación de Japón.
La bolsa de Shanghái, por último, avanzó un 0,6%, con lo que continuó su tendencia de
ganancias, leves pero ininterrumpidas, desde el pasado viernes, cuando se anunció que China
recortará en un 20%, desde septiembre, su tasa por el intercambio de acciones en sus mercados de
valores y de futuros.
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