miércoles, 31 de mayo de 2017

¿Financia Goldman Sachs al gobierno de Nicolás Maduro?

En principio, si hay una empresa que esté en las antípodas del Gobierno de Venezuela es Goldman Sachs, el banco que para muchos simboliza todo lo malo de Wall Street, y al que Donald Trump, en las fases más populistas de su campaña, atacó incesantemente, antes de ganar las elecciones y llenar su gabinete con directivos procedentes de él, incluyendo al número dos de la entidad, Gary Cohn.

Y, sin embargo, la oposición venezolana se manifestó ayer frente a la sede de Goldman, en Nueva York. La razón es el hecho de que la firma ha comprado en el mercado secundario 2.800 millones de dólares (2.500 millones de euros) de deuda de la petrolera estatal venezolana PDVSA. Según la oposición al régimen de Nicolás Maduro, eso ha sido como entregar un balón de oxígeno financiero a un país que a pesar de tener las mayores reservas de petróleo del mundo vive una crisis económica de proporciones inimaginables, con una caída del PIB del 27% en tres años y una inflación del 720% este año.

Claro que también podría ser lo contrario. O sea, que Goldman Sachs apueste por una mejora de la situación del país. Los bonos de PDVSA fueron emitidos en 2014, y el banco central venezolano los adquirió. Ahora los ha vendido, a través del broker con sede en Londres Dinosaur Group, a un precio del 31% del valor de emisión.

Eso indica que Goldman ha pagado 800 millones de dólares por unos activos que valen, en teoría, 2.800 millones, y que vencen en 2022. El banco cree que las cosas en Venezuela van a mejorar de aquí a 2022, y que esa deuda podría acabar valiendo el doble que en la actualidad, o sea, unos 1.600 millones. La transacción, incluso, podría ser interpretada como una apuesta por un cambio de régimen en Venezuela que mejore la por ahora inexistente solvencia del país.

El banco, además, ha indicado en un comunicado que esos bonos «están mantenidos en fondos y cuentas de nuestros clientes». En otras palabras: Goldman no ha sido, directamente, quien ha comprado nada a Venezuela.

Para la oposición venezolana eso no es más que una excusa ante una operación destinada a financiar al Gobierno de Nicolás Maduro. El presidente del Congreso de Venezuela, el opositor Julio Borges, ha declarado que recomendará a cualquier Gobierno futuro hacer default de esos bonos.

Pero, aunque la transacción no sea problemática, sí tiene un riesgo de imagen. Y, también, un potencial peligro. Incluso en el caso de que un futuro Gobierno en Caracas no haga default de esos bonos, es posible que todas las operaciones con el equipo de Maduro sean analizadas desde el punto de vista de sus relaciones con el narcotráfico. Ése puede ser un problema para Goldman, que ahora mismo está siendo investigado en EEUU y en Suiza por haber colaborado con el fondo soberano de Malasia, 1MDB, en una operación en la que el presidente y el primer ministro de ese país se embolsaron 700 millones de dólares (625 millones de euros) en 2015.

Empresarios de monedas alternativas ven grandes ganancias en las criptomonedas



Un mercado en línea que existe más en concepto que realidad recauda $us 12.5 millones en línea en cuestión de minutos, dándole un valor de $us 300 millones. En un mes, la cifra ha saltado a $us 2.8 mil millones.

Otro proyecto que se ha creado con la vaga promesa de ayudar a los propietarios de computadoras a comercializar sus espacios de almacenamiento no utilizados está valuado en $us 350 millones.

Estos esfuerzos de financiamiento colectivo suenan como los cuentos del auge de las puntocom, cuando los inversionistas perseguían hasta extremos ridículos las valoraciones de las compañías con la simple promesa de una idea de negocio. El entusiasmo especulativo por los proyectos —llamados Gnosis, Storj y Golem— ciertamente es el mismo. Pero en realidad son parte de un fenómeno financiero mucho más extraño. Éstas son ofertas iniciales de monedas (ICO, por sus siglas en inglés). En lugar de acuñar acciones mediante una oferta pública inicial, estas compañías están acuñando criptomonedas.

Toda persona que participe en ventas como éstas recibirán fichas, o "tokens", teóricamente utilizables en el futuro en los mercados que se creen. Como en el caso de todas las monedas, cualquier valor provendrá de la voluntad de la gente de tratarlas como medio de intercambio, o de considerarlas una reserva de valor.

Es fácil descartar este fenómeno sin pensarlo dos veces. La burbuja que ha crecido tanto en cuestión de semanas en las llamadas monedas alternativas es el aspecto más espeluznante de un frenesí especulativo en las monedas digitales, incluyendo el Bitcoin. Dado que las personas están literalmente acuñando su propio dinero en un mercado totalmente desregulado, las estafas seguramente abundan.

Pero eso sería perder de vista un punto importante. Algunos de los proyectos se ven mejor como experimentos de descentralización radical, con un enfoque particular en el sector financiero. Si los bancos y las compañías de seguros pensaron que podían dominar la cadena de bloques, o “blockchain”, estos son recordatorios de que existe la posibilidad de una devastadora desintermediación.

Las entidades de monedas alternativas son las más simples de las compañías tecnológicas, pues emiten solamente un pequeño fragmento de código. Tienen el propósito de desarrollar formas criptográficamente seguras de habilitar transacciones entre partes que no tienen otro contacto o manera de autenticarse mutuamente en línea. Los usuarios finales pueden lograr acuerdos "inteligentes" que se establecen en códigos: si se cumplen ciertas condiciones, los valores cambian de mano automáticamente. Y si los contratos pueden codificarse y las transacciones verificarse y publicarse en una cadena de bloques pública, ¿quién necesita a todos los intermediarios?

También son experimentos de gobernanza distribuida. Estas entidades, creadas por pequeños equipos de desarrolladores, dependen de que los usuarios confíen en que existe un mecanismo para manejar los problemas, y para permitir el futuro desarrollo de los sistemas.

Por supuesto, todavía hay un enorme abismo entre esta visión de finanzas totalmente habilitadas por la tecnología y la realidad actual. Bitcoin es uno de los mecanismos de pago preferido por los traficantes de drogas y los piratas informáticos, y ha tenido problemas para encontrar una manera de acelerar su infraestructura subyacente como resultado de desacuerdos entre los usuarios.

Ahí es donde entra la actual ola de experimentos. Tezos, una cadena de bloques descentralizada que espera lanzar una oferta inicial de monedas en junio, representa un enfoque hacia la superación de los problemas de gobernabilidad del Bitcoin. Integradas en su sistema están las reglas simples para resolver controversias, superando potencialmente la confusión.

Al igual que el auge de las puntocom, la especulación financiera masiva que ha estallado es tanto una bendición como una maldición para los empresarios de las monedas alternativas. La promesa de riqueza instantánea ha atraído a más desarrolladores y ha provocado un auge de la creatividad, aunque también ha atraído a estafadores y corre el riesgo de enterrar todo bajo una avalancha de especulaciones.

Como la burbuja de las puntocom, probablemente tomará una década o dos averiguar cuán disruptiva es esta tecnología.

La imprevisibilidad de Trump está desestabilizando el mundo



Donald Trump está muy orgulloso de su imprevisibilidad. Al presidente estadounidense le gusta presumir que —a diferencia de Barack Obama— no tiene intenciones de compartir sus planes con el mundo.

Pero, conforme Trump realiza su primer viaje al extranjero, el costo de su imprevisibilidad es cada vez más evidente. Muchos aliados de EEUU están en un estado de confusión y alarma. Los adversarios de EEUU, especialmente China y Rusia, están aprovechando el desorden para promover sus propios intereses.

El problema es que Trump es propenso a tratar a los países extranjeros como rivales comerciales conforme el presidente estadounidense practica el “arte de la negociación”. Pero cuando se trata de la diplomacia, la imprevisibilidad puede ser peligrosa, especialmente cuando estás tratando con aliados que necesitan que alguien asegure la coherencia de la visión global de EEUU. Estas naciones han creado sus propias estrategias globales basadas en su fe en la estabilidad y la constancia de EEUU.

Cuando Trump sugiere que los compromisos principales de EEUU —desde la OTAN hasta el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN)— tal vez sean poco fiables, él está socavando la creencia de que EEUU mismo es fiable. Y ya que las alianzas encabezadas por EEUU son la base del sistema de seguridad internacional en su totalidad, es posible que resulte en la inestabilidad global.

El hecho de que Trump ha hecho afirmaciones tranquilizantes a sus aliados en Arabia Saudita e Israel esta semana —y posiblemente haga lo mismo en Bruselas— no puede eliminar la incertidumbre que ha creado hasta el momento.

De hecho el mundo está lidiando con tres niveles de incertidumbre con respecto a Trump. El primer nivel tiene que ver con las políticas del presidente. El segundo con su temperamento. El tercero con su durabilidad. Con todos los escándalos en Washington, han surgido dudas legítimas sobre si Trump seguirá en su cargo dentro de un año.

En el nivel de políticas, Trump ya ha cambiado de opinión vertiginosamente. En su viaje a Arabia Saudita, él dijo que el Islam es una “de las grandes religiones en el mundo”, cuando previamente había hecho un llamamiento para prohibir la entrada de todos los musulmanes en EEUU. Ha declarado que la OTAN es “obsoleta” y entonces ha afirmado que no lo es. Ha llamado a China un manipulador de la moneda y después ha cambiado de opinión.

Ha condenado las intervenciones humanitarias en el Medio Oriente y entonces ha lanzado misiles en contra de Siria para castigar el uso de armas químicas. Ha elogiado al Brexit y a la UE también. Su relación con Rusia sigue siendo un acertijo desconcertante.

Aunque los saudíes y los israelitas forman parte de un pequeño grupo de aliados de EEUU que estaban complacidos con la victoria de Trump, aun ellos están preocupados por las señales contradictorias de la Casa Blanca. Cuando Trump estaba realizando su campaña presidencial, él prometió erradicar el acuerdo nuclear con Irán, un acuerdo denunciado por Arabia Saudita. Pero a pesar de sus comentarios sobre Irán en Riad, hasta el momento Trump está cumpliendo con los términos del acuerdo. También había prometido que iba a trasladar la embajada de EEUU en Israel a Jerusalén, pero parece haber cambiado de opinión al respecto.

En ambos casos, el presidente estadounidense probablemente ha tomado una buena decisión al alejarse de la retórica insensata de su campaña; pero eso no altera la impresión —en EEUU y en el extranjero— de que no se puede confiar en las promesas de Trump.

Las preocupaciones sobre la personalidad y el temperamento de Trump aumentan con cada tuit desaconsejable que emite la Casa Blanca. Todos los aliados de EEUU seguramente se preguntarán si pueden confiar en un compromiso de su administración. Y si su presidencia se desploma, ¿qué precio habrá que pagar por haberse acercado demasiado a la Casa Blanca de Trump?

Conforme se suman las preguntas sobre el papel internacional de EEUU en la era de Trump, los rivales de la superpotencia se están aprovechando de la situación. Sergei Lavrov, el ministro de relaciones exteriores de Rusia, casi no pudo suprimir su alegría y su hilaridad durante su visita a Trump en la Oficina Oval. Rusia se está aprovechando del estado de confusión de Occidente para promover su posición en los Balcanes y el Medio Oriente.

El contraste entre el caos en Washington y la confianza en Beijing también es notable. Cuando la administración Trump estaba lidiando con las consecuencias del despido del director del FBI, James Comey, el presidente Xi Jinping estaba anunciando la iniciativa del Cinturón y la Ruta para invertir miles de millones de dólares en infraestructura a través de Eurasia, y recibiendo en la capital china a más de 100 países interesados en ser beneficiarios del proyecto. Si sólo mitad de los proyectos prometidos se ejecutan, crearán una red centrada en China que tendrá importantes consecuencias económicas y geopolíticas.

La riqueza, la visión a largo plazo y la confianza en el futuro de China fortalecerán la idea de un “siglo asiático”. En contraste, la presidencia de Trump amenaza con convertirse en un símbolo del declive occidental.

Moneda de Venezuela se devalúa 64,13% en subasta de dólares del Banco Central



La moneda venezolana se devaluó 64,13 por ciento en una subasta de dólares que empezó a aplicar el gobierno de Nicolás Maduro para contrarrestar el mercado negro de divisas y mitigar la crisis económica.

El tipo de cambio se ubicó en 2.010 bolívares por dólar, según Pedro Maldonado, del Comité de Subastas de Divisas del Banco Central de Venezuela (BCV), frente a la tasa de 721 vigente antes del nuevo sistema de oferta de divisas.

En rueda de prensa, desde la sede del BCV en Caracas, Maldonado informó que del total de divisas asignadas 22.945.000 dólares se adjudicaron a 776 personas jurídicas autorizadas y 1.157.887 dólares a 3.054 personas naturales.

La primera subasta se resolvió bajo el tipo de "modalidad ordinaria", quedando establecido el cambio en 2.010 bolívares por dólar, entre el límite superior e inferior establecido por el BCV, agregó Maldonado al destacar que "la oferta disponible logró solventar la demanda de divisas con el tipo de bandas fijadas".


martes, 30 de mayo de 2017

Brasil: ¿Riesgo de contagio?



Tras las graves denuncias de corrupción realizadas contra el presidente Temer, vuelven a temblar las economías regionales. El impacto en Bolivia no es menor, pues se trata de nuestro principal socio comercial por la venta de gas y petróleo.

La preocupación por la inestabilidad política del gobierno de Brasil había comenzado a disiparse a principios de año, con una renovación de la confianza de los mercados sudamericanos, pero las denuncias de corrupción en contra del presidente Michel Temer volvieron a instalar las suspicacias en el tablero económico regional.

Un reciente informe de la consultora Ecolatina advirtió sobre el impacto que la crisis política en ese país podría tener en la economía.

Argumentando que “los recientes acontecimientos que involucran al presidente Michel Temer muestran que la crisis política continúa”, y que “parte del desencanto tiene que ver con la crisis de representación de la dirigencia política que se agudizó… con la difusión de un audio que involucra al actual presidente en actos ilícitos”, el estudio señala que “la crisis de legitimidad y gobernabilidad que enfrenta el gobierno no hacen más que dificultar la resolución de los problemas que aquejan a la economía brasileña”.

Ecolatina se preocupa en estudiar sobre todo los efectos de esa crisis en Argentina, el principal socio comercial de Brasil. “Si la situación política no se soluciona rápidamente, la incipiente recuperación de la economía brasileña puede marchitarse acotando las perspectivas de recuperación de la actividad local (argentina)”, advierte la consultora. De más está decir la influencia de la economía brasileña —la mayor del continente— en los mercados del cono sur sudamericano.

El impacto en Bolivia

El presidente del Banco Central de Bolivia (BCB), Pablo Ramos, confirmó que la crisis brasileña impacta en la economía nacional.

“Sin duda que impacta. Impacta de varias maneras, por ejemplo, en la medida que el real pierde capacidad competitiva, nos da ventajas… y también el otro lado, en la medida en la que los brasileños tienen problemas en sus pagos, en sus demandas, nos afecta porque es socio principal. Nosotros tenemos como principal socio del comercio exterior a Brasil, por el gas y petróleo que exportamos”, dijo, en conferencia de prensa, hace una semana y media.

“Lo que pasa con Brasil tiene que ser visto con cuidado porque nos afecta de forma directa e indirecta; inmediata y mediata, porque afecta en las relaciones en los precios y a largo plazo porque puede influir sobre demandas y nos importa mucho mantener una alta demanda brasileña sobre el gas", agregó Ramos.

Sostuvo que “Brasil en este momento ingresa en la etapa del invierno y van a tener que demandar más gas; de otro lado, sus repesas, que estaban llenas por las buenas lluvias que tuvieron y que les posibilitó tener energía hidroeléctrica, ahora ya también estarán obligados a comprar más gas para cubrir la demanda de energía interna”.

¿Riesgo de contagio?

El analista económico Alberto Bonadona declaró que Bolivia no puede ser afectada ante la crisis económica que pasa Brasil debido a que este paga todo lo que compra con dólares. “Incluso podría ser beneficioso para el país”, aseveró él.

“Si se devalúa la moneda brasileña, Cobija podría comprar cosas más baratas del Brasil y este, cuando compra algo del comercio boliviano, compra cosas que no puede producir. No sé hasta qué punto perjudicaría a Cobija. Bolivia no tendría por qué ser afectada; mas en algunos casos podría ser beneficioso, porque Brasil nos paga en dólares todo lo que compra”, explicó.

CLAVES

Racha

Tras dos años

Según datos del Banco Central de Brasil, en los primeros tres meses del año la actividad económica trepó 1.1% en términos desestacionalizados y 0.3% en la comparación interanual, cortando una racha de caídas consecutivas de dos años.

Inflación

Alza de precios

Respecto al alza de precios, tras finalizar con una inflación de 6.3% en 2016 (cerca del límite superior de 6.5% de la meta del Banco Central), en abril la inflación interanual se redujo a 4.1%, ubicándose por primera vez por debajo del objetivo del año.

PIB

Poco crecimiento

El “optimismo” se diluyó y una encuesta de mayo marca un incremento mínimo de solo 0.5% del PIB para 2017, evidenciando que los acontecimientos que involucran al presidente Temer muestran que la crisis política continúa.

'Lava Jato'

Michel Temer

La Fiscalía brasileña acusó al presidente Temer de intentar bloquear la investigación de la operación 'Lava Jato', sobre las coimas en Petrobras. Supuestamente, lo haría por medidas legislativas o por el control de nombramientos de los comisarios de la Policía.

Moody's

Nota negativa

La agencia de clasificación de riesgo Moody's rebajó la perspectiva de la nota de Brasil de estable a negativa, debido al “aumento de la incertidumbre en relación al momento favorable y a las reformas tras los últimos acontecimientos políticos”.

jueves, 25 de mayo de 2017

Argumento a favor de impuestos más altos en EEUU



Los estadounidenses se quejan de tener que pagar impuestos. Pero sólo 8 por ciento de ellos están molestos por lo que ellos mismos pagan; 67 por ciento siente que hay otros —los ricos, los pobres, las corporaciones— que no están pagando su parte justa, como lo señala Vanessa Williamson en su libro "Read My Lips: Why Americans Are Proud to Pay Taxes" (Lee mis labios: Por qué los estadounidenses están orgullos de pagar impuestos).

Esa percepción de opacidad e inequidad —ejemplificada por los Papeles de Panamá o la reticencia de Donald Trump con respecto a someter sus declaraciones de impuestos— está relacionada con la hostilidad en contra del “47 por ciento” más pobre de la población (la crítica de Mitt Romney en 2012 de los estadounidenses pobres que no ganan lo suficiente para pagar impuestos) o en contra del 1 por ciento de los ciudadanos que esconden su dinero en las Islas Caimán.

El punto clave es que a los estadounidenses no les importa pagar impuestos. Como lo demuestra la investigación de Williamson, ellos lo ven como parte de su deber cívico que les da el derecho a “ser respetados por los demás ciudadanos”. Pero sí les preocupa que el sistema no es justo ni eficiente.

Tienen razón. Hace unos días, el Congreso inició un debate sobre la reforma tributaria. Tanto los republicanos como los demócratas creen que el sistema necesita ser reformado. Pero desgraciadamente, la administración Trump y los republicanos en el Congreso están proponiendo la misma solución de siempre: recortes de impuestos para los ricos y para las compañías.

Su argumento es que la “economía de goteo” funcionará mágicamente para impulsar el crecimiento, aunque no hay ninguna evidencia de que éste haya sido el caso en los últimos 20 años. Los recortes tributarios en 2001 y 2003 durante la administración de George W Bush no estimularon el crecimiento ni lo lograron los recortes de la era de Obama.

De hecho, el repunte de crecimiento más grande se vio durante la presidencia de Bill Clinton en la década de 1990, en el contexto de tasas impositivas más altas.

Si las últimas décadas nos han enseñado algo, es que, conforme los ricos se han vuelto más ricos, no han creado una tendencia al alza de crecimiento para la economía general. En la década de 1950, la tasa impositiva marginal máxima para individuos era de 90 por ciento y la tasa corporativa era de más de 50 por ciento. Actualmente, la tasa corporativa es de aproximadamente 35 por ciento (la mayoría de las compañías pagan mucho menos) y la tasa individual más alta es de 39.6 por ciento. Sin embargo, la tasa de crecimiento actual del producto interno bruto per cápita real es 50 por ciento más baja. Por esto algunos economistas y políticos están comenzando a considerar una idea radical: tal vez las tasas de impuestos más altas no sólo no sean malas para la economía, sino hasta sean positivas.

Como se señaló en el reciente Panorama Económico Mundial del Fondo Monetario Internacional, la gran desigualdad de los ingresos y el populismo que ocasiona es la principal amenaza al crecimiento económico. No cabe duda de que la reducción de las tasas impositivas en las últimas décadas han ensanchado la brecha de riqueza; los países como EEUU y el Reino Unido que tuvieron las mayores reducciones de las tasas impositivas máximas también tuvieron los mayores incrementos en la desigualdad de ingresos.

Lo más interesante es que hay una gran falta de evidencia para aseverar que la reducción de las tasas realmente haya incrementado la inversión, lo cual es la base de la mitología de las “economías de goteo”. Como lo señala un análisis del Instituto Roosevelt, los negocios en EEUU están invirtiendo ganancias marginales y fondos de empréstitos a 25 por ciento de la tasa en comparación con la década de 1960. Cuando consideras que las tasas impositivas eran mucho más altas en ese momento, los argumentos de grupos como la Business Roundtable o la Cámara de Comercio de EEUU que aseveran que las compañías invertirían más en EEUU si las tasas impositivas fueran más bajas, parecen absurdos.

Es probable que las compañías invertirían cualquier monto adicional obtenido por una tasa más baja sobre la repatriación de efectivo extranjero en una recompra de acciones. El impuesto sobre los dividendos de 2003 no impulsó la inversión, pero la “amnistía de repatriación” de 2004 impulsó la recompra de acciones en 21.5 por ciento. Eso tiene el efecto de desconectar a los mercados de la economía real y de potencialmente aumentar el riesgo de un desplome del mercado, una posibilidad que les ha preocupado a los investigadores en el departamento del Tesoro durante algún tiempo.

Además incrementa el salario de los ejecutivos, impulsando al grupo de ingresos más altos a exigir un salario más alto de lo normal, según una investigación realizada por los economistas Emmanuel Saez y Thomas Piketty. Esto es parte de su argumento a favor de una tasa impositiva mucho más alta para los individuos más ricos.

Aun usando un clásico análisis económico de las tasas impositivas óptimas para los ricos (que se basa en determinar cuán altas pueden llegar a ser las tasas sin eliminar el incentivo para que los ricos quieran trabajar más), el resultado sería una tasa máxima de cerca de 57 por ciento, mucho más alta del nivel actual.

Nadie está sugiriendo que los estadounidenses ricos o las compañías en EEUU deberían pagar ese nivel de impuestos. Pero es un error pensar que un recorte de impuestos estimulará el crecimiento y que pagar impuestos —como lo asevera Trump— es una estupidez. Como lo señala Williamson, pagar impuestos es uno de los pocos factores que unen a nuestra sociedad.

miércoles, 24 de mayo de 2017

Moreno decretará austeridad para sostener la dolarización en Ecuador

El nuevo presidente de Ecuador, el izquierdista Lenín Moreno, anunció este miércoles que decretará la austeridad en su gobierno para mantener la dolarización de la economía, que afronta problemas por la falta de divisas.

"Como lo ofrecí en campaña, firmaré un decreto ejecutivo de austeridad en el gobierno. Todo gasto, toda inversión pasará por un filtro objetivo de necesidades ciudadanas", dijo Moreno en la ceremonia en la que fue juramentado por el Parlamento.

Agregó que "vamos a sostener la dolarización" de la economía ecuatoriana, implantada en marzo de 2000 en medio de una crisis bancaria, y que "para ello impulsaremos todas las políticas y actividades que permitan sumar dólares a nuestro país. No tendremos una moneda paralela".

Moreno, quien reemplazó a su copartidario Rafael Correa, anotó que la nación "requiere multiplicar la producción y el empleo" con miras a "entregar en el año 2021 un país con mejores resultados en los ámbitos interno y externo".


El nuevo gobernante heredó un Ecuador con dificultades económicas por la caída del precio del crudo -su principal producto de venta- y de otras exportaciones, junto al encarecimiento de las importaciones.

También prometió una "implacable" lucha contra la corrupción. "Vamos a practicarle una cirugía mayor", insistió.

"Combatiremos la corrupción, la de ahora y la de ayer, y la que podría venir, la de adentro y la de afuera. Por eso hemos exigido a Odebrecht, a la justicia norteamericana, a la justicia brasileña que nos entregue la lista de los corruptos, los de ayer y los de ahora", manifestó Moreno.

La Fiscalía ecuatoriana abrió una investigación tras la revelación del Departamento de Justicia de Estados Unidos en diciembre pasado de que la gigantesca constructora brasileña pagó entre 2007 y 2016 unos 33,5 millones de dólares a funcionarios ecuatorianos.

La justicia de Ecuador dispuso el sábado prisión preventiva por 90 días para Alecksey Mosquera, exministro de Electricidad de Correa, que habría recibido 920.000 dólares dentro de la trama de millonarios sobornos de Odebrecht.

Además está con arresto domiciliario por tener 70 años de edad) el empresario Marcelo Endara, tras ser involucrado con Mosquera en el caso.

martes, 23 de mayo de 2017

El peso argentino cae a su mínimo histórico



El mercado financiero de Argentina cayó ayer, liderado por la moneda doméstica hasta su piso histórico, dada la aversión hacia las inversiones de riesgo que se disparó la semana pasada con el escándalo político en Brasil por denuncias de corrupción.

“El dólar mayorista siguió demandado, por bancos y empresas para coberturas ya que ante los problemas políticos y económicos que padece Brasil —que genera incertidumbre en los mercados financieros y cambiarios de la región— nos ha afectado el tipo de cambio”, dijo Fernando Izzo, analista de ABC Mercado de Cambio.

El peso interbancario cedió un 0,85 ciento, al piso récord de 16,175/16,1875 por dólar, frente a un valor mínimo previo de 16,135 unidades para la venta anotado a inicios de febrero. Brasil es el principal socio comercial del Argentina.

“Es destacable la devaluación sufrida por el real, dejando así un atraso cambiario cada vez más grande, por lo que indefectiblemente traccionó al peso argentino tras meses de calma y tendencia bajista (revaluación)”, dijo la sociedad de bolsa Rava.

Por su parte, la moneda doméstica en el circuito marginal cayó un 0,68 por ciento, a 16,17/16,22 unidades, nuevamente con negocios reducidos, dijeron operadores.

El índice Merval de la Bolsa de Buenos Aires bajó un 0,52 por ciento, a 21.500,84 unidades, luego de recuperarse un 2,76 por ciento el viernes.

viernes, 19 de mayo de 2017

FMI descarta que crisis de Brasil contagie a la región


El Fondo Monetario Internacional (FMI) "monitorea" la situación de Brasil después del escándalo de corrupción que salpica directamente al presidente Michel Temer y descarta un "contagio" en la región, según explicaron hoy directivos del organismo.


El director del departamento del Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner, consideró hoy en San Pablo que todavía es "pronto" para realizar un diagnóstico sobre las consecuencias que la nueva crisis política en Brasil tendrá en el campo económico.


Werner precisó que en las próximas semanas el organismo seguirá de cerca los acontecimientos de Brasil con el fin de evaluar futuras proyecciones económicas, aunque por el momento mantendrá sus pronósticos.


Según el FMI, el Producto Interior Bruto (PIB) de Brasil avanzará un tímido 0,2 % este año y escalará al 1,7 % en 2018, después de dos ejercicios consecutivos en números rojos por primera vez desde la década de 1930.


La economía del país suramericano cayó un 3,8 % en 2015, su mayor tropiezo en un cuarto de siglo, y perdió un 3,6 % en 2016, hundiéndose en una profunda recesión.
"Hay que tener cautela. Vamos a ver como las cosas se desarrollarán y con las cosas más claras evaluaremos las proyecciones económicas", aseguró Werner en un encuentro con periodistas en Sao Paulo, antes de la presentación del informe "Las Américas. Historia de dos ajustes".


El FMI cree que las probabilidades de contagio a otros países de Latinoamérica son mínimas, ya que, a su juicio, las economías de la región "tienen suficiente espacio de maniobra, reservas internacionales" y "salud en las hojas de balance de los bancos y las principales corporaciones".
"Cuando hubo la crisis política de Brasil hace dos años, o la volatilidad de México ante la incertidumbre sobre la posible renegociación del tratado de libre comercio, el impacto regional fue limitado", señaló el directivo.


En esta ocasión, añadió, "la probabilidad de un contagio es menor".
La crisis política brasileña ganó esta semana un nuevo capítulo, después de que salieran a la luz unas denuncias por corrupción contra el presidente de Brasil, que anunció que no renunciará pese a todas las presiones.


El Tribunal Supremo autorizó el jueves abrir una investigación judicial a Temer después de que un empresario, dueño del gigante cárnico JBS, revelara la grabación de una conversación entre ambos y le situara en el centro de una supuesta trama de sobornos.
El escándalo sacudió el mercado brasileño, la bolsa de Sao Paulo se derrumbó y el dólar se disparó, lo que llevó a una intervención del Banco Central.


"Los mercados actúan con volatilidad, pero con normalidad. Los esquemas del Gobierno y acción del Banco Central para que se mantenga la liquidez ha sido la adecuado para que el mercado actúe de manera correcta, aunque con incertidumbre", puntualizó el directivo.

La moneda brasileña se desploma en medio de crisis política


El real brasileño se desplomó este jueves y cerró con una caída de 7,55% a 3,390 unidades por dólar, el peor valor de 2017, reaccionando al torbellino político desatado luego de nuevas denuncias de corrupción que involucran al presidente Michel Temer.


La moneda había sufrido una baja de 1,18% el miércoles, cerrando a 3,134 unidades por billete verde, luego de seis días consecutivos de alza. La divisa llegó a las 3,350 unidades por dólar al mediodía, y no mejoró luego de la alocución del presidente Michel Temer, cuando aseguró que no renunciará al cargo, a pesar de ser blanco de una investigación judicial.


Es la peor cotización desde el 16 de diciembre de 2016,cuando cerró la jornada en ese valor.

"Hubo un ajuste fuerte y no es fácil predecir el comportamiento que la moneda tendrá en los próximos días porque aún hay muchas incertidumbres" en el escenario político, dijo el analista Silvio Campos Neto, de Tendencias Consultoria.

Según el diario económico Valor, esta fue la peor desvalorización diaria de la moneda desde el 15 de enero de 1999, cuando cayó 11,10% tras ser anunciadas alteraciones en el régimen cambiario.


Con el derrumbe de este jueves, el real se depreció 4,07% en 2017. La divisa comenzó enero cotizándose a 3,252 unidades por dólar.

martes, 16 de mayo de 2017

Después de Trump, Macron ofrece un momento de optimismo



Existen políticos y también existen líderes que cambian el clima. La Quinta República francesa ha tenido suficientes políticos. En Emmanuel Macron ahora ha elegido a un hacedor de lluvia como presidente.

En este punto, es casi obligatorio enumerar las incertidumbres y los obstáculos. Francia es una nación profundamente dividida (pensé que eso era lo que sucedía durante las elecciones). Un poco más de un tercio de los votantes se sintió impulsado a votar en favor del nocivo Frente Nacional de Le Pen. El partido ¡En Marcha! De Macron todavía tiene que ganar escaños en la Asamblea Nacional. Los sindicatos poderosos están alineados en contra de cualquier propuesta de modernización económica. ¿Recuerdas el "Sí podemos" de Barack Obama? Bueno, los estadounidenses ahora han colocado a Donald Trump en la Casa Blanca.

Los reparos y las advertencias son inevitables, pero su enunciación constante, incluso antes de que Macron haya cruzado el umbral del Palacio del Elíseo, revela el colapso de la fe en la política. El Antiguo Régimen está aprisionado por el fatalismo; sólo hay que observar a los moderados parlamentarios del Partido Laborista del Reino Unido arrojándose al acantilado en vez de enfrentarse a Jeremy Corbyn, su líder de extrema izquierda. La victoria de Macron debiera, por lo menos, restaurar una cierta confianza en la política en Francia y más allá de sus fronteras. Los líderes con la valentía de sus convicciones pueden cambiar las cosas.

La era digital les presenta otras tentaciones a los comentaristas. Demasiado a menudo exige que el mundo se describa a grandes rasgos. Por esto la elevación de Trump a la presidencia de EEUU firmó la sentencia de muerte de la democracia liberal. El espectacular éxito de Macron la ha vuelto a la vida. El mundo real no es tan solícitamente pulcro.

En un continente empapado de pesimismo, la victoria de Macron debiera celebrarse como algo espectacular. No hace mucho más de un año él era un ministro en la fallida administración de François Hollande. Él dejó atrás al Presidente y al partido socialista para crear el movimiento ¡En Marcha! Eso tomó resolución. Aún más impresionante que su éxito fue la sustancia y el estilo de su campaña.

Los políticos han huido asustados de los populistas, temerosos de defender el internacionalismo abierto y tolerante que ha sustentado la paz y la prosperidad europeas. Macron no dio disculpa alguna. Él colocó la apertura, el europeísmo y la modernización económica en el centro de su campaña. El himno de Europa, "Oda a la alegría", se escuchó durante la celebración de su victoria. Contrastemos esto con el temeroso nacionalismo que obliga al Gobierno británico de Theresa May a arriar la bandera de la Unión Europea (UE).

El Presidente electo estableció la opción central de nuestra época, la que se encuentra entre competir y retirarse. Él ganó. Más Europa significa más Francia. Aquellos que minimizan los resultados debido al margen de su victoria pudieran recordar que Trump perdió el voto popular ante Hillary Clinton y que los partidarios del "Brexit" ganaron por sólo una insignificancia.

En Washington, esta semana yo escuché comparaciones con Trump. Ambos presidentes son, a su manera, parte del sistema y ajenos a la vez; ambos alteraron drásticamente sus respectivas clases políticas dirigentes. Y, si se desea continuar la analogía, Trump se ha visto limitado por las realidades de la misma manera que Macron se enfrentará ahora a las duras verdades de una Francia fracturada.

Aunque superficialmente atractivos, estos paralelos dicen poco. Trump llegó a la Casa Blanca sin más que un conjunto de prejuicios, como se evidencia en el caprichoso caos que reina en su administración. No hay que compartir las convicciones de Macron para darse cuenta de que él tiene una estrategia.

La democracia europea tiene ahora dos poderosos campeones. No hace mucho tiempo, la vigorosa defensa de los valores liberales durante la crisis de la migración por parte de Angela Merkel amenazaba con acabar con su control sobre el poder. En la actualidad, todo parece indicar que la canciller alemana está en camino de un cuarto mandato en las próximas elecciones de otoño.

A los dos principales políticos de Europa les esperan numerosas luchas. No me cabe duda de que Merkel se aferrará a la ortodoxia económica que puede sofocar a las economías más débiles. Ella ya ha advertido que "el apoyo alemán no puede sustituir a la formulación de políticas francesa". Macron tendrá que luchar, a la misma vez, para impulsar reformas en su país y para persuadir a Berlín de que una unión monetaria necesita un marco económico. Pero el argumento y el compromiso han sido siempre la base de la cooperación franco-alemana.

Los dos principales poderes del continente están ahora dirigiéndose hacia la misma dirección. Para Macron, la revitalización de Francia y la restauración de la fe en la colaboración europea son indivisibles. Merkel se ha quejado desde hace tiempo de que, en ausencia de un socio francés serio, Alemania ha asumido la carga del liderazgo europeo. La propuesta de Macron conlleva un precio. Pero Berlín no puede dejar pasar esta oportunidad.

Trump se aprovechó de la ola de eventos. El colapso financiero, el estancamiento de los ingresos, las inseguridades y las dislocaciones del avance tecnológico y de la globalización y, sí, la despreocupada indiferencia de las élites ante el destino de quienes quedaron atrás, han corroído la fe en las instituciones de la democracia liberal. El Presidente estadounidense no tiene respuestas para estos retos. Por el contrario, él encabeza una administración que sirve a su propio grupo de plutócratas.

Macron representa un momento de optimismo. Él es un recordatorio de que los votantes todavía están preparados para prestarle atención a un caso razonado. Su éxito no está predestinado, pero tampoco lo está su fracaso. Todavía hay vida palpitando en la democracia liberal. Dejando a un lado la ruptura del "Brexit", Europa se ve en mejor forma de que lo se había visto desde hace algún tiempo. Ahora cuenta con una promesa de liderazgo.

miércoles, 10 de mayo de 2017

La victoria de Macron es un alivio para Europa pero está incompleta



La contienda presidencial entre Emmanuel Macron y Marine Le Pen ocupará un lugar como una de las épicas batallas entre el progreso y la reacción que han reverberado en la historia francesa desde 1789.

No siempre ha prevalecido el progreso. Pero el domingo pasado sí lo hizo, aunque tras pagar cierto precio. Las encuestas de salida sugieren que la victoria de Macron es de 66 por ciento contra el 34 por ciento de su oponente.

No sólo los partidarios de Macron y los aliados de Francia, sino todo el mundo que quiere creer en la capacidad de la democracia liberal de regenerarse a sí misma, respirará con alivio tras la derrota de la extrema derecha de Le Pen. En una elección que expuso claramente las diferentes actitudes francesas hacia el capitalismo global, Europa y la identidad nacional, una mayoría votó, en efecto, por la apertura, la tolerancia y el internacionalismo.

Aun así, la victoria de Macron es incompleta. Esta elección legitimó la extrema derecha francesa como nunca antes. El fracturado panorama político de Francia, un gran descontento social, el pesimismo sobre el futuro de la nación y la decadencia de la presidencia como institución harán de los cinco años de mandato de Macron los más difíciles en Francia desde que Charles de Gaulle estableció la Quinta República en 1958.

Primero viene la elección de dos rondas el 11 y 18 de junio para los 577 escaños en la Asamblea Nacional, la cámara baja del parlamento. Sin una mayoría legislativa para su naciente partido En Marche!, Macron puede convertirse en un prisionero de los partidos tradicionales, decididos a frustrar sus intentos de echar a un lado lo que él ve como la desgastada ortodoxia de la lucha política izquierda contra derecha. Sin una mayoría, tendrá un mandato menos convincente para las medidas pronegocios, las reformas del mercado laboral y la reforma del estado que constituyen el núcleo de su programa económico.

Sin embargo, el triunfo del domingo le da impulso. El apasionado llamamiento que lanzará a los votantes para un pleno mandato puede hacer de En Marche! el mayor partido de la Asamblea Nacional, aunque no logrará la mayoría absoluta. Sea cual sea el resultado, un desafío más serio puede provenir de la resistencia a sus reformas en las fábricas, el sector público y las calles de Francia.

Las dos rondas de la elección presidencial revelaron el amplio apoyo a Le Pen, a la izquierda radical de Jean-Luc Mélenchon y a varios candidatos extremistas menores. Claramente, gran parte de la sociedad francesa se encuentra desesperada por el alto desempleo, el estancamiento de los niveles de vida, el deterioro de los suburbios y las tensiones raciales y religiosas. Nacionalistas, proteccionistas e islamofóbicos culpan a la Unión Europea, y al orden económico mundial del que forma parte, por exacerbar los males de Francia.

Durante la campaña, Macron fue el candidato internacionalista más pro Unión Europea. A fin de convencer a los millones de franceses desilusionados de que sus reformas merecen tiempo para tener éxito, necesitará la ayuda de Alemania conforme intenta implementarlas. Si Alemania no ayuda a Macron con el apoyo a las políticas de inversión procrecimiento y con menos dogma sobre las finanzas públicas, ¿a quién ayudarán alguna vez los alemanes en París?

Es probable que la luna de miel de Macron con el electorado francés sea corta. El aura de la presidencia no es lo que era, gracias a los fracasos políticos y a las deficiencias personales de Jacques Chirac, Nicolas Sarkozy y François Hollande, los presidentes desde 1995 hasta la fecha.

Sin embargo, se pondrá a prueba mucho más que la carrera de Macron en los próximos cinco años. Él proviene, y fue la elección política, de las élites tecnocráticas francesas. Preocupado por el modelo fracturado de los partidos políticos y el malestar social de la Francia moderna, lo identificaron como la joven, talentosa, y éticamente impoluta figura necesaria para insuflar nueva vida a la Quinta República. Si Macron tropieza, podría allanar el camino para el regreso de Le Pen en 2022.

Repunte de la economía mundial no representa un crecimiento sostenido



La economía mundial está mejorando. La pregunta es cuán fuerte y duradera será esta mejora. La recuperación pudiera decepcionar, durar por un tiempo o marcar el comienzo de un período de rápido y sostenido crecimiento. Esto último parece ser el resultado menos probable. Pero el fracaso no está predestinado.

Las Perspectivas de la Economía Mundial (WEO, por sus siglas en inglés) del Fondo Monetario Internacional (FMI) exponen los asuntos. Se había anticipado que la economía mejorara, y puede que esté sucediendo. El año pasado, la economía mundial creció un 3,1 por ciento (a paridad de poder adquisitivo). El FMI actualmente prevé un crecimiento del 3,5 por ciento en 2017 y del 3,6 por ciento en 2018. Estas predicciones son más o menos idénticas a las publicadas en octubre pasado. Como observa el WEO, incluso el comercio mundial se está fortaleciendo. Sin embargo, a este repunte hay que ponerlo en contexto: surge después de muchos años de reducciones en los pronósticos. El futuro augura ser mucho peor de lo que parecía que iba a ser tan sólo hace unos años.

La razón más importante de la recuperación es que tres choques sucesivos (la crisis financiera de 2007-09, la crisis de la eurozona de 2009-2013 y las caídas de los precios de los productos básicos de 2014-15) se están quedando en el pasado. La mayoría de las economías afectadas disfruta de recuperaciones cíclicas: de hecho, se prevé que todas las regiones y las economías más importantes disfruten de cierto crecimiento. A medida que estos choques se han desvanecido, la confianza ha regresado. Las crisis financieras, en particular, tienen efectos duraderos, pero incluso estos efectos no duran por siempre. Las políticas monetarias de fuerte apoyo también han ayudado. Es probable que por fin estemos en el final del "malestar" poscrisis.

En general, expone el WEO, "a menos que existan acontecimientos imprevistos, se proyecta que la recuperación continua y el cierre gradual de las brechas de producción mantengan el crecimiento modestamente por encima del potencial en numerosas economías avanzadas durante los próximos años". Entre las economías emergentes, el cambio radical experimentando por los exportadores de materias primas ha sido particularmente notable.

¿Qué pudiera entonces determinar la longitud y la fuerza de este repunte?

Una feliz historia se basaría en la idea de fortalecer la confianza y aumentar la inversión en las economías de altos ingresos y en las economías emergentes (con la notable excepción de China, donde se necesita disminuir el ritmo de inversión). Esto fortalecería el crecimiento de la productividad, ya que capital más nuevo y más eficiente reemplazaría la vieja y anticuada oferta de capital de hoy. Con la inversión productiva y el crecimiento potencial en aumento, también sería más fácil salir de la deuda.

Esa es una historia agradable. Por desgracia, está lejos de ser la única posibilidad. Podemos fácilmente identificar significativos riesgos negativos.

El primer grupo de riesgos de este tipo es político. La reacción en contra de una economía mundial abierta en los países de altos ingresos es real y, en el caso de la elección de Donald Trump, ya es significativa. Sin embargo, el creciente proteccionismo y la consiguiente desaceleración del comercio mundial no representan los únicos peligros. Un riesgo aún mayor lo representa un fracaso en materia de cooperación e incluso un conflicto abierto entre las grandes potencias.

El segundo grupo de riesgos es la nueva agenda política estadounidense. Probablemente, el mayor peligro es que las ambiciosas esperanzas de crecimiento económico se utilicen para justificar unas políticas fiscales excesivamente expansionistas y una política monetaria exageradamente laxa. En el corto y mediano plazo, esto pudiera generar una bonanza e incluso una reelección segura para Trump, como lo hicieron las políticas similares en el caso de Richard Nixon en 1972. A más largo plazo, esto pudiera ser extremadamente desestabilizador.

Un tercer grupo de riesgos, también estrechamente vinculado a la agenda de los republicanos, es la irresponsable desregulación financiera. Los efectos a corto plazo de eliminar los frenos de un sistema financiero inestable también pudieran ser positivos. Los de más largo plazo pudieran incluir una crisis aún más devastadora que la de hace una década.

Un cuarto grupo de riesgos se relaciona con la evolución de la economía china a largo plazo. A corto plazo, las autoridades tienen la capacidad de mantener el crecimiento en línea con los objetivos. Pero el crecimiento continúa dependiendo del crédito. A más largo plazo, las autoridades parecen tener la posibilidad de elegir entre una deuda cada vez mayor y un crecimiento mucho más lento. La forma en que los chinos manejen esta situación sigue siendo vital para las perspectivas económicas mundiales.

Un quinto grupo de riesgos surge en las otras economías emergentes. En particular, el impacto de la administración de Trump pudiera ser altamente desestabilizador a través del aumento de las tasas de interés y del aumento del valor del dólar estadounidense.

Un sexto grupo de riesgos se halla en Europa. Como observa el WEO, en las economías rezagadas de la eurozona, el persistentemente pobre desempeño económico pudiera combinarse con las debilidades del sector financiero para deprimir permanentemente la demanda y, por ende, el suministro. El país europeo más vulnerable a esta condición es Italia. Pero incluso Francia no está inmune. Mientras tanto, existe el riesgo de que un Brexit duro, o incluso caótico, acabe perjudicando sustancialmente la economía de Reino Unido.

Por último, existen factores políticos, aparte de la ascendencia de un demagogo derechista en Estados Unidos. El auge de la dictadura plebiscitaria en Hungría, Polonia, Rusia y Turquía no representa un buen presagio para sus economías. En Sudáfrica surgen preocupaciones no muy diferentes. La buena política depende de legisladores sensatos. El suministro de este último tipo no puede darse por hecho, especialmente en la actualidad.

La pregunta más importante entonces es si la política le brindará a la economía el apoyo necesario. Actualmente existe una razonable posibilidad de una recuperación cíclica, pero convertirla en algo más duradero significará lograr un delicado equilibrio. Los legisladores deben apoyar la inversión privada y la pública; fomentar la innovación; mantener economías abiertas y competitivas, y reducir las regulaciones cuando sean excesivas y mantenerlas cuando sean indispensables. Sin embargo, los legisladores también deben asegurarse de que los beneficios del crecimiento sean mucho más ampliamente compartidos que en el pasado.

El repunte representa una oportunidad. Si esto no se explota, pudiera resultar siendo apenas una irregularidad económica ascendente temporal, pero pudiera (y debiera) ser más que eso.

La implosión del Gobierno delincuente de Venezuela



Cuando Hugo Chávez reescribió la Constitución venezolana hace 18 años, predijo que perduraría por “siglos”. La semana pasada, su sucesor, Nicolás Maduro, declaró que quiere una Constitución nueva. Lo que es aún más grave, el Presidente dijo que quería crear una “asamblea popular”. Este nuevo órgano “supremo” del poder no requeriría partidos políticos ni elecciones populares. En teoría, podría estar en el poder para siempre.

La propuesta provocó ira en el país. Ha impulsado a las manifestaciones que han surgido en las calles de Venezuela este mes pasado, en las que más de 30 personas han muerto. “Éste es el golpe de Estado más serio en la historia de Venezuela”, afirmó Julio Borges, líder de la Asamblea Nacional controlada por la oposición. Es un “golpe de Estado”, concordó Aloysio Nunes, el ministro de relaciones exteriores de Brasil. Pero este último intento de Maduro para tomar el poder y evitar las elecciones también es una señal de desesperación. Un cambio de régimen es una posibilidad real. Esto tendrá consecuencias que repercutirán mucho más allá de Venezuela

La inflación galopante, corrupción desenfrenada, escasez de alimentos y una recesión que ha encogido a la economía en 25 por ciento desde 2013, han minado el apoyo de Maduro. Aunque él continúa declarando que Venezuela es un mar de paz, esta semana un video que lo mostró bailando en la televisión estatal inmediatamente fue seguido por una toma de las calles llenas de gas de lacrimógeno en Caracas.

Maduro también está aislado en el extranjero. Hace dos semanas inició la retirada de Venezuela de la Organización de Estados Americanos (OEA) para evitar ser rechazado por la organización. La Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac), un grupo regional fundado por Chávez, no está brindando a Maduro el mismo apoyo diplomático que antes tenía. China, que le ha otorgado préstamos de 60 mil millones de dólares a Venezuela, no está ofreciendo crédito adicional.

Las consecuencias humanitarias del colapso de Venezuela son las más apremiantes. Refugiados del país se están dirigiendo a Brasil y Colombia. El colapso del cuidado médico significa que las mujeres embarazadas están cruzando la frontera para dar a luz. Tres cuartas partes de la población han perdido un promedio de nueve kilogramos de peso corporal el año pasado.

También hay implicaciones de carácter penal. Venezuela se ha convertido en un importante centro de tránsito para el tráfico de cocaína hacia África e Europa.

Finalmente, hay ramificaciones financieras. Venezuela tiene las reservas energéticas más grandes del mundo y muchas compañías han invertido grandes sumas en el país. La planta de General Motors fue nacionalizada la semana pasada. Los bonos cotizados en 100 mil millones de dólares de Venezuela hace tiempo han sido valorados con un alto riesgo de incumplimiento.

Si hay un impago, Rosneft, la compañía petrolera rusa puede confiscar la mitad de Citgo, la refinería estadounidense que es propiedad de Venezuela, como garantía.

Claro que es posible que este ciclo de protestas se disipe, al igual que los ciclos previos de 2014. Los círculos concéntricos de seguridad que surgen del régimen (el Ejército, la Policía y la Guardia Nacional, los maleantes asalariados llamados “colectivos”, y los asesinos mercenarios que se filmaron en un video reportaje del Financial Times esta semana) tal vez se mantengan.

Actualmente la situación es aún más desesperada. Las importaciones de alimentos han caído 70 por ciento desde 2014. Hasta en los vecindarios chavistas tradicionales se percibe una sensación de traición de la revolución. Las familias de la Policía y la Guardia Nacional también están hambrientas. En algún momento tal vez ni los colectivos puedan controlar las protestas masivas. Entonces, surge la pregunta: ¿llegará el Ejército y disparará en contra de los manifestantes?

Venezuela enfrenta varias opciones. Un camino lleva a una dictadura respaldada por los militares; el otro al fin del régimen. Hay un tercer camino en el que la comunidad internacional desempeña un papel: una transición negociada, que tal vez pudiera ofrecer amnistía para los altos dirigentes para asegurar su retirada. Tristemente, Caracas no ha mostrado interés en hablar. En vez de eso, se ha aislado como lo hacen las dictaduras.

Todo esto nos lleva a una desalentadora conclusión. Venezuela es un lugar nefasto que se va a volver aún más peligroso. Este país que ha sido un problema durante tanto tiempo está a punto de convertirse en una prioridad urgente que otros Estados no pueden seguir ignorando.

martes, 9 de mayo de 2017

El dólar paralelo en Venezuela alcanzó 5.100 bolívares

La cotización de la divisa estadounidense rompió una nueva barrera, al devaluarse la moneda local un 10 por ciento en los últimos 20 días, marcados por las protestas de la sociedad civil y la violenta represión. La tasa oficial, mantenida por el gobierno, es 510 veces más baja.

09 de Mayo de 2017


El dólar paralelo en Venezuela alcanzó un nuevo techo histórico al superar la barrera psicológica de los 5.000 bolívares por dólar en medio de las masivas protestas opositoras que han sido respondidas con una brutal represión por parte del régimen chavista. Aunque en las últimas semanas la crisis política acaparó los titulares, el ahogo económico y la inflación se mantienen en el país. El nuevo aumento de llamado “dólar lechuga” representa una devaluación de la moneda local de 9,87% desde el pasado 19 de abril, fecha en la que la moneda estadounidense alcanzó un pico de 4.601,57 bolívares por dólar, en coincidencia con una gran protesta opositora contra el gobierno de Nicolás Maduro. Desde entonces, la divisa ha tenido altibajos hasta situarse ayer en 5.105,71 bolívares, según el sitio web dolartoday.com, fuente habitual para ciudadanos y comercios en el país. La inflación en Venezuela, una de las más altas del mundo, se vio acentuada recientemente por el aumento del salario mínimo en un 60%, anunciado el 30 de abril.

sábado, 6 de mayo de 2017

Crónica de The Wall Street Journal: "Venezuela está muriendo de hambre":

Jean Pierre Planchart, de un año de edad, tiene el rostro de un anciano y un grito que es poco más que un gemido. Pesa sólo 5 kilos. Su madre, María Planchart, trató de darle de comer lo que podía encontrar entre las bolsas de basura. Finalmente lo llevó a un hospital de Caracas, donde reza por un brebaje de leche de arroz que mantiene vivo a su hijo.

"Lo vi dormir y dormir, cada vez más débil, todo el tiempo perdiendo peso", contó María Planchart, de 34 años de edad, al periodista Juan Forero, del diario The Wall Street Journal. "Nunca pensé que vería a Venezuela así".

Su país era en otro tiempo el más rico de Latinoamérica, produciendo alimentos para exportar. Venezuela ahora no puede crecer lo suficiente para alimentar a su propio pueblo en una economía afectada por la nacionalización de las granjas privadas y los controles de precios y moneda.

Venezuela tiene la inflación más alta del mundo -estimada por el Fondo Monetario Internacional en un 720% este año- lo que hace casi imposible que las familias hagan sus cuentas. Desde 2013, la economía se ha reducido un 27%, según el banco de inversión local Torino Capital; Las importaciones de alimentos han caído un 70%.

Hordas de gente, muchas mujeres con niños a cuestas, rebuscan en la basura, una visión poco común hace un año. La gente en el campo escoge granjas limpias por la noche, robando todo, desde frutas que cuelgan de árboles hasta calabazas en el suelo, lo que agrega a la miseria de los agricultores heridos por la escasez de semillas y fertilizantes. Los saqueadores apuntan a las tiendas de comida.

Tres de cada cuatro venezolanos dijeron que habían perdido peso el año pasado, un promedio de 8 kilos, según la Encuesta Nacional de Condiciones de Vida, un estudio anual realizado por científicos sociales. La gente de aquí, en una mezcla de rabia y humor, la llama la dieta de Maduro.

Durante más de un mes, los venezolanos han protestado contra el gobierno cada vez más autoritario de Nicolás Maduro; hasta el viernes, más de 37 personas habían sido reportadas muertas en los disturbios. El Ministerio de Alimentación, la oficina del presidente, el Ministerio de Comunicaciones y el Ministerio de Relaciones Exteriores no devolvieron llamadas ni correos electrónicos solicitando comentarios para este artículo de The Wall Street Journal.

"Aquí, para el gobierno, no hay niños desnutridos", dijo Livia Machado, médica y experta en nutrición infantil. "La realidad es que esta es una epidemia, y todo el mundo debería prestar atención". La doctora Machado y su equipo de médicos están viendo un aumento dramático en los bebés demacrados traídos al Hospital Domingo Luciani en Caracas, donde trabajan.

El problema no es mejor en pueblos como Yare, al sur de Caracas, donde el movimiento izquierdista del gobierno fue muy popular. "Comer", dijo Sergio Jesús Sorjas, de 11 años, "a veces voy al carnicero y le digo: 'Señor, ¿tiene usted huesos que me pueda dar?'".

El niño recibe una fórmula nutricional o un bollo de maíz venezolano tradicional. Sergio dijo que no ha probado carne en meses: "A veces, no como en absoluto". La caridad católica Cáritas y un equipo dirigido por Susana Raffalli -especialista en emergencias alimentarias que ha trabajado en Guatemala, África y otras regiones atormentadas por el hambre- son grupos de monitoreo allí.

El estudio más reciente realizado por Caritas sobre 800 niños menores de 5 años en Yare y otras tres comunidades mostró que, en febrero, casi el 11% sufría de desnutrición aguda grave, potencialmente fatal, en comparación con el 8,7% en octubre. Caritas dijo que casi una quinta parte de los niños menores de 5 años en esas cuatro comunidades sufría de desnutrición crónica, lo que impide el crecimiento y podría marcar una generación.

Según los estándares de la Organización Mundial de la Salud, las conclusiones de Caritas constituyen una crisis que requiere que el gobierno organice una ayuda extraordinaria. Pero las autoridades han resistido las ofertas de alimentos y ayuda del extranjero.

La desnutrición creciente del país se agrava por una interrupción de la atención de la salud, la propagación de enfermedades transmitidas por mosquitos y lo que la Federación Farmacéutica de Venezuela ha llamado una grave escasez de medicamentos.

Mucho que desear
Belkis Díaz vio a su recién nacido, Dany Nava, morir el verano pasado por falta de comida. No había fórmula para bebés, y la señora Díaz no podía amamantar, explicó Albertina Hernández, la abuela del bebé. "No pudimos encontrar comida, no pudimos encontrar la leche, y empezó a adelgazar", dijo Hernández.

Cuando Dany llegó al hospital, tuvo una tos grave y luego murió. "Era tan pequeño", lamentó su abuela. En años pasados, las granjas al sur de Venezuela producían a grandes cantidades, desde pollos hasta soja.

Alberto Troiani, de 48 años, todavía trabaja la granja de cerdos que su padre, un inmigrante italiano, fundó en los años 70. Su negocio ha sido golpeado por los controles de precios, la escasez de suministros y las bandas criminales.

La granja ha pasado de tener 200 cerdos hembra, cada uno produciendo una docena de lechones, a 50. Troiani no puede permitirse el suministro de proteínas y las medicinas que utilizó una vez. Los cerdos maduros ahora pesan 79 kilos en lugar de 108 kilos.

Lo que es peor, dijo, es ver a sus cerdos a veces morder la cola y las orejas de los demás. "Solíamos enviar 120 a 150 cerdos al mes para matar", dijo Troiani. "Ahora son 50, 60 animales; un chiste". Él hace USD 0,93 por kilogramo de carne, dijo, pero necesita USD 1,17 para obtener ganancias. Desde 2012, el 82% de los productores de cerdos de Venezuela han cerrado su negocio, y la producción ha caído un 71%, según representantes de la industria.

Troiani habló de dejar Venezuela con su madre, Yolanda Facciolini, de 69 años, que llegó de Italia en los años sesenta. Dijo que no tendría compradores: a su alrededor, la gente está abandonando sus granjas. Los ladrones toman lo que queda: alambre de cobre, tractores, cortadoras de malezas.

Según los economistas y los grupos de agricultores, las empresas agrícolas que el gobierno ha tomado, incluidas las fábricas de leche y los distribuidores de fertilizantes y piensos, están cerradas o apenas operan.

"El sistema se crea para que no se pueda ganar", dijo Alberto Cudemus, que dirige la asociación nacional de cerdos. "El gobierno piensa que su supervivencia está en el comunismo, no en nosotros, no en la producción. Y ahí es donde están equivocados".

Habilidades de supervivencia
En el Hospital Domingo Luciani de Caracas, la señora Planchart lloró cuando recordó las maneras en que trató de alimentar al bebé Jean Pierre y a sus otros cuatro hijos. Pasó por bolsas de basura, buscando trozos de maíz o pan sin gusanos.

"Me quedaba allí y pensaba: 'No puedo hacerlo', preocupada por ser vista por los vecinos. Y me dije a mí mismo 'Si no lo hago, ¿qué voy a llevar a mis hijos?'".

María Planchart tenía una serie de trabajos: cajera, peluquera, cocinera. Hasta que el empleo desapareció; la inflación y la escasez de alimentos hicieron todo peor. Contó que un día vio a un vecino cocinar a su perro.

Mientras veía a Jean Pierre adelgazar y dejar de moverse, decidió pedir ayuda a la doctora Machado y a otros expertos en desnutrición del hospital. Los médicos no tienen vitaminas, antibióticos o suero para los bebés enfermos. "No lo estamos alimentando bien en este hospital", reconoció Machado. "Ningún muchacho como este va a mejorar con plátanos y queso".

La señora Planchart, mientras tanto, acaricia los brazos de Jean Pierre poniéndole una crema. "No se ha recuperado completamente", dijo sobre su bebé, que ahora tiene varicela. "La idea es que él aumente de peso y que su metabolismo llegue adonde debe ser. Pero es delicado".

miércoles, 3 de mayo de 2017

Las reformas de Mauricio Macri son la mejor esperanza para Argentina



Tal vez se atribuya a la experiencia personal. América del Sur, a diferencia de Estados Unidos y Europa, parece haber rechazado el populismo. Argentina fue el primer país en hacerlo a fines de 2015 cuando, para sorpresa de todos, Mauricio Macri ganó la presidencia.

Macri es de centro en cuanto a la política, liberal con respecto a la economía y tiene una evidente conciencia social. El exempresario es un perfecto ejemplo del nuevo pragmatismo que ha surgido en la región, lo que ha sido un refrescante cambio que se aleja de la ideología, la corrupción y los malos manejos que han caracterizado a muchos de los populistas de la "marea rosa" que llegaron antes.

Sin embargo, últimamente Argentina enfrentó varios desafíos con la aparición de numerosas manifestaciones y huelgas. La manera en que Macri ahora maneje la turbulencia es importante para Argentina, país miembro del G20. Además, es crucial que sus políticas y acciones representen un modelo capaz de ser adaptado por reformadores de otras partes.

De hecho, es increíble lo popular que sigue siendo Macri. Él heredó una economía plagada de subsidios excesivos, sin acceso a crédito internacional, despojada de inversión, cargada de controles monetarios y con reservas cada vez más escasas. Su equipo económico se movió rápidamente; llegó a un acuerdo con los bonistas extranjeros para recuperar el acceso al crédito global; desmanteló los controles monetarios; y subió las tasas de interés para controlar la inflación. A pesar de haber pasado por una recesión, el índice de popularidad de su Gobierno sigue siendo de 50 por ciento.

Esto es un gran logro para un país que lleva un año bajo un programa de reajuste. Y es increíble dada la serie de tropiezos políticos que sufrió Macri, tales como la cancelación innecesaria de un feriado público. De hecho, su relativamente alto índice de popularidad se debe en parte a la impopularidad de su predecesora, Cristina Fernández. Ella sigue siendo la líder más visible de la oposición peronista, a pesar de las múltiples investigaciones de corrupción tanto de su desempeño como el de sus exministros.

Estos escándalos han ayudado a Macri desde el punto de vista político. Le han permitido presentar el futuro de Argentina como una elección binaria: un retorno al pasado con los peronistas, o un nuevo futuro con su partido, Cambiemos. La mayoría de los argentinos prefieren la visión de Macri. El 1 de abril, decenas de miles tomaron las calles, declarando: "No queremos volver al pasado". En contraste, una huelga general inspirada por los peronistas la semana siguiente, no contó con mucho apoyo. Las cruciales elecciones intermedias en octubre serán un referendo más decisivo.

Antes de que se lleven a cabo las elecciones, Macri necesita que aumente la sensación de bienestar de Argentina. Aunque terminó la recesión, muchos aún no han percibido los beneficios. La inflación elevada pero en baja redujo los salarios reales y el pueblo argentino está de mal humor. Para apaciguar los ánimos, Macri detuvo los recortes de gastos sociales y retrasó el recorte final de los subsidios domésticos. Esto le compra apoyo, pero también tiene un costo. El déficit fiscal, que se encuentra en 7 por ciento de la producción económica, está descontrolado y los niveles de deuda suben. Ambos factores han deshecho demasiados programas de reformas en el pasado.

Más o menos cada 12 años, Argentina (el reino de las promesas incumplidas) recibe una segunda oportunidad. Macri es una de ellas. Su Gobierno es la mejor esperanza que ha tenido el país en una generación. A pesar de algunos fracasos, sus logros han sido considerables. Su programa de reformas se merece apoyo e inversión internacional, incluyendo de parte de Estados Unidos y de Donald Trump.

Sin embargo, cuando Macri visitó al presidente Trump en Washington el jueves pasado, ambos líderes evitaron cualquier indicio del escándalo del conflicto de intereses que surgió en noviembre cuando el entonces presidente electo Trump supuestamente pidió Macri, un exsocio comercial, que aprobara la construcción de una torre de 100 millones de dólares en Buenos Aires. Tanto en casa como en Washington, Macri debe transitar por un delicado camino político.

martes, 2 de mayo de 2017

La gran banca internacional sigue enferma

La percepción sobre la salud de la economía de la región y, en particular, de Bolivia nunca es la misma entre los distintos clientes. Entre los más precavidos están quienes afirman con satisfacción que ya tienen su dinero en el exterior. Otros, los menos, lo han hecho considerablemente mejor trabajando hace ya varios años con expertos europeos o estadounidenses independientes muy entendidos en la materia, pero la sola apertura de cuentas de ahorro o incluso corrientes en el exterior ya no es garantía para protegerse de la voracidad fiscal local, como en un pasado no muy lejano.

Para establecer una estrategia inteligente de preservación es indispensable saber que la gran banca internacional aún es muy peligrosa.

Con la crisis de Lehman Brothers y la explosión de toda la serie de burbujas de activos desde 2007 por todo Occidente, los gobiernos han crecido sobre la base de la misma batería de medidas que los llevó a la crisis en un principio. Para resumirlo, represión fiscal y financiera para el ciudadano, y -cómo no- monetización de deuda para privilegiar a ciertos sectores.

Nada de eso ha servido realmente. Si no sirvió para lograr estabilidad relativa a cambio de hipotecar el crecimiento de largo plazo, mucho menos ha servido para solucionar los problemas sistémicos del sector bancario financiero, pero ahora que la marea parece empezar a bajar nuevamente, no vaya a ser usted a quien esta vez encuentren desnudo.

Olvídese por un momento de que Deutsche Bank o Monte dei Paschi en Europa hayan ocupado
las portadas en los últimos meses. Es cierto que la tendencia al alza de los mercados en EEUU ha sido generalizada desde que Donald Trump asumió su mandato y empezó a hablar de la desregulación del sector bancario financiero, pero este comportamiento es particularmente sospechoso cuando sigue siendo igualmente o más peligroso que en la última gran crisis de 2008, con Dodd-Frank y Basilea III incluidas.

Desde el 10 de marzo, los seis bancos estadounidenses más grandes (JP Morgan Chase, Bank of America, Wells Fargo, Citigroup, Goldman Sachs y Morgan Stanley) han subido en conjunto un 33,5%. BofAML encabeza la lista con un aumento del 48,8% en sólo tres meses. Las acciones de Goldman Sachs y Morgan Stanley subieron un 36,6%.

Desde la crisis de 2008, los activos de los seis grandes bancos han aumentado en un 21%, y los de los cuatro más grandes en un 25%.Como ha demostrado ya Robert J. Shiller, Nobel de Economía 2013, el sobre optimismo generalizado puede llegar hasta la "exuberancia irracional”, cuando las valoraciones de activos llegan a divorciarse de los fundamentales económicos formando una burbuja.

¿Se trata de una burbuja? Del total de los Global Derivatives Notional de 544 billones de dólares, los seis bancos más grandes sostienen 168 billones de dólares. Comparando esa cifra con sus activos totales, se obtiene un apalancamiento de 24 veces, sólo un poco menos que el apalancamiento de sus derivados antes de la crisis de 2008.

¿Cuál podría ser el detonante de la explosión de esta posible nueva burbuja? Por ejemplo, en el sector real el comercio minorista acaba de entrar en una crisis profunda al cerrarse más de 8.600 tiendas de cadenas de ropa como Macy’s, JC Penney y Sears, y el cierre de varias decenas de centros comerciales.

Peor aún, desde que Lehman explotó, Canadá fue un gran refugio para el capital estadounidense. La banca canadiense era muy respetada y fue elemento de estudio sobre por qué no había sufrido un efecto contagio tanto durante el auge como durante la caída estadounidense. Sin embargo, la propia burbuja inmobiliaria canadiense acaba de explotar. ¿Cómo sería el efecto contagio sobre EEUU y su banca?

Las regulaciones de Dodd-Frank obligan a los bancos a elaborar un plan anti crisis que no implique el uso de fondos de los contribuyentes, e incluyendo Goldman Sachs, Morgan Stanley y BofAML, cinco de ocho bancos reprobaron los test de estrés, y tampoco respondían al Código de Bancarrota. El único que aprobó con necesidad de mejoras fue Citigroup.

Más aún, la moral bancaria está en un máximo de 42 meses, los impagos de préstamos suprime para automóviles están en su nivel más alto desde la crisis de 2008, los impagos y los créditos con riesgo de impago están aumentando.

Según Forbes, 62 compañías incumplieron una deuda de $59.300 millones, un 57% más que los $37.700 millones en impagos que en 2015. Aparentemente sí, a juzgar por las condiciones bajo las que actualmente opera el sector bancario financiero, parece tratarse del pico máximo de la última etapa de auge estadounidense, la más larga y pronunciada a la fecha.

A estas alturas ya no se pregunte qué harán o qué pueden hacer ahora los gobiernos, busque un experto que lo ayude a prever lo mejor y lo más seguro para preservar su patrimonio. Es mejor asegurarse un año antes que un minuto tarde.

Mauricio Ríos García
El autor es economista y founding partner
de Genea Wealth Management.

Economía Trump: 100 días



Él mismo reconoció que su gestión está siendo más difícil de lo que pensaba. Donald Trump pateó el tablero de la política al ganar las elecciones nacionales en Estados Unidos y puso a tambalear las fichas de la economía internacional. Un dato: Su gobierno tiene solo 100 días y es, ya, el presidente de su país más impopular en la historia moderna.

¿Cuál ha sido el comportamiento de la economía en este tiempo del excéntrico empresario del jopo amarillo? Cabe recordar que ganó la presidencia con la promesa de estimular un crecimiento más rápido de la mayor economía del mundo.

“Pienso que nunca se ha visto nada igual”, dijo Trump al señalar que los “100 días son un falso estándar, pero tengo que decirles que creo que nadie ha hecho lo que nosotros hemos sido capaces de hacer en 100 días, así que estamos muy felices”.

Después de esas afirmaciones vale preguntarse si no serán parte de las estrategias de la nueva era de la posverdad; es decir, si el Presidente de EEUU no estará apelando a una “verdad aparente” para hacer creer una realidad que no es tal.

Ayer, el secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, reconoció que “probablemente” tome dos años alcanzar la prometida tasa de crecimiento anual de 3%, unavez se apruebe la reforma fiscal, se avance en la agenda de desregulación financiera y se mejoren los acuerdos comerciales

Los números

Según datos preliminares divulgados el viernes por el Departamento de Comercio de EEUU, el PIB de ese país creció un 0.7 por ciento entre enero y marzo, en tanto que el gasto de los consumidores y del Gobierno cayeron a sus menores niveles en tres años.

Aunque está levemente por debajo del 0.8% del mismo trimestre de 2016, el resultado está muy lejos del crecimiento de 2.1% del último trimestre del año pasado. También muy por debajo del 1.1% esperado por los analistas. El último primer trimestre decepcionante fue el de 2014, que tuvo una caída de 1.2%.

Las acciones de su gobierno que tuvieron una mayor repercusión tienen que ver con el armamentismo.

“Pocas nueces”

El doctor Arturo Porzekansky, experto en economía, finanzas internacionales y docente en American University, en un audio que se puede escuchar en www.voanoticias.com, analiza que “en estos 100 días lo que ha habido más que nada es tentativas, anuncios, ideas, y realmente hay que aclarar que esas cosas que han sucedido no han tenido todavía impacto sobre la economía”.

“En general”, agrega Porzekansky, “ya sea la política cambiaria, la política monetaria, la política fiscal, la política de comercio exterior, etc., todas ellas siguen igual. Lo que sí, ha impactado en los mercados y en las expectativas de la gente los anuncios, los rumores, las tentativas y por eso, de estos primeros 100 días lo que va a quedar en limpio es, más que eso, ‘mucho ruido, por ahora pocas nueces’”.

En estos más de tres meses si hubo una palabra que se repitió en el ambiente de la economía internacional, respecto al Gobierno de EEUU, es “impredecible”. Por lo demostrado hasta ahora, nadie puede saber lo que pasará al día siguiente.

Bueno para el mercado

“Gestión”, periódico de economía en Perú, para indicar que en al menos cinco días la administración Trump hizo que el volumen de transacciones se disparara en el mercado de divisas cita al CLS Group Holdings, que liquida más de $us 1 billón (algunos dicen 5 billones) en transacciones al día con su trabajo de eliminación de riesgos.

“Independientemente de lo exitoso que se perciba que el Presidente Trump ha sido hasta ahora, él y su administración dominaron los titulares de noticias durante los primeros 100 días en el cargo”, dijo CLS en un informe publicado esta semana y mencionado por Gestión, de Perú. “El impacto en el mercado cambiario fue realmente significativo”.

Trump se atribuyó el mérito del aumento de la confianza de consumidores y empresas, del crecimiento del empleo y de las ganancias récord en Wall Street

México

Ningún otro país estuvo más pendiente del desenvolvimiento del Gobierno de EEUU que México, un vecino indeseable para Trump. Y, con tal antecedente, debe estar dolido el poderoso mandatario después de conocerse que la economía mexicana arrojó mejores resultados que la de su nación. Mientras la economía estadounidense se desacelera, la mexicana sorprende por su buena salud.

CLAVES

100 días malos…

para la economía estadounidense, que avanzó a un ritmo anual de solo 0.7%, el más lento en tres años, en el primer trimestre de 2017, justo cuando se cumplen los primeros 100 días de gobierno del controvertido presidente Donald Trump.

Gasto de consumidores

La marcada ralentización con respecto al aumento del 2.1% registrado de octubre a diciembre está lejos del 4% anual que prometió Trump y es el peor dato de gasto de los consumidores desde 2009.

100 días buenos…

para la actividad del mercado de divisas, que mueve $us 5,1 billones al día y cuya actividad fue impulsada por el Presidente de EEUU. Él se adjudica el aumento de la confianza de consumidores y empresas, además de las ganancias récord en Wall Street.

41.9% de aprobación

En los primeros 100 días de su gobierno, la popularidad de Donald Trump cayó casi tres puntos: de 44.3% que tenía en el día 1 a 41.9% en este momento. Ese es el nivel de aprobación del Presidente de Estados Unidos, según agencias de noticias internacionales.

25 millones

El presidente Donald Trump gastó en sus primeros 100 días de gobierno nada menos que 25 millones de dólares solamente contando los viajes para las reuniones que concertó en su exclusivo resort Mar-a-Lago, ubicado en Florida.