Aferrados al euro y cuesta abajo, así es como nos dibuja el BCE en su informe mensual, en el que
afirma, cuando de cumplen cinco años del inicio de la crisis, que "el euro es irreversible", al tiempo
que reconoce "grandes riesgos" en torno a las perspectivas económicas y recorta sus previsiones
de crecimiento hasta un 0,3% este año y un 0,6% el que viene.
En referencia a España e Italia, a las que no menciona expresamente, el prólogo del documento
afirma que "los niveles elevados de las primas de riesgo de algunos países son inaceptables,
y han de afrontarse de manera contundente", una expresión con la que parece sugerir una futura
posible intervención que justifica además advirtiendo que "diferenciales excepcionalmente altos y la
fragmentación financiera están obstaculizando el funcionamiento efectivo de la política monetaria".
A renglón seguido, y un párrafo que parece redactado por el Bundesbank, recomienda
encarecidamente a los responsables políticos que avancen con "gran determinación" en el
saneamiento de las finanzas públicas y recuerda a los gobiernos que "deben estar dispuestos a
activar" los mecanismos de rescate, cita los fondos de rescate temporal y permanente, ligados a
una estricta condicionalidad si existen "circunstancias excepcionales" en los mercados financieros y
en caso de "riesgos para la estabilidad financiera".
El BCE advierte que los riesgos en torno a las perspectivas económicas de la Zona Euro siguen
siendo bajistas y están relacionados, principalmente, con las tensiones de los mercados financieros
de la región y sus posibles consecuencias en la economía real. Añade que también tienen que ver con
"un posible incremento de los precios de la energía en el medio plazo".
Con su rebaja de las previsiones, la institución que dirige Mario Draghi recoge las advertencias de
los bancos centrales europeos y reconoce que crisis ha llegado al corazón de Europa.
El Banco de Francia, con una previsión de caída del PIB del 0,1% en el tercer trimestre, espera que el
país entre en recesión técnica a final de año.
El Banco de Inglaterra, por su parte, ya ha reconocido que Reino Unido no crecerá en 2012, después
de que su PIB haya retrocedido un 0,8% entre mayo y junio.
Hasta el segundo trimestre de este año y a la espera de conocerse algunas cifras, hay ocho países
europeos en recesión: España, Italia, Grecia, Portugal, Chipre, Reino Unido, Eslovenia y Países
Bajos. República Checa y Hungría amenazan con sumarse a ese pelotón, mientras que los países
destacados, como Alemania o Austria, comienzan a mostrar evidentes signos de desgaste
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