El estudio, que observó flujos de capital, activos y ganancias offshore (fuera de fronteras) de las personas más ricas de América Latina, señaló que los brasileños más acomodados guardaron 519.500 millones de dólares en paraísos fiscales, el cuarto lugar mundial detrás de sus pares de China (1,2 billones de dólares), Rusia y Corea del Sur (779.000 millones de dólares por cada país). La asociación, que lucha contra la evasión de impuestos y los paraísos fiscales, señaló en un informe que la cifra exacta de dinero de latinoamericanos en paraísos fiscales --2,058 billones de dólares-- es más del doble de la deuda externa de esa treintena de países, de 1,01 billones de dólares.
En América Latina los brasileños fueron seguidos por los mexicanos (417.500 millones de dólares), venezolanos (405.000 millones) y argentinos (399.100 millones), mientras sus pares de los otros 29 países sumaron una cifra de 316.400 millones de dólares. La cifra se compara con las deudas externas en 2010 de Brasil (324.500 millones de dólares), México (186.400 millones), Argentina (129.600 millones), Venezuela (55.700 millones) y 317.300 millones de dólares de los otros 29 países. Según James Henry, autor del estudio, estos activos están "protegidos por un grupo diligente y bien pagado de agentes en la banca privada y en empresas legales, de contabilidad e inversiones que tienen ventajas crecientes en la economía mundial cada vez más sin fronteras ni fricciones".
El reporte señaló que los diez mayores bancos privados del mundo manejaron más de 6 billones de dólares en 2010 con destino a paraísos fiscales, casi el triple en relación a los 2,3 billones de cinco años atrás. Henry basó su estudio en datos del Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial y el Banco de Pagos Internacionales (BPI).
El reporte de TJN -grupo que fue lanzado en 2003 en el Parlamento británico- estimó que al menos 21 billones de dólares en activos financieros estaban depositados por particulares en paraísos fiscales a fines de 2010 en Suiza o las Islas Caimán. Según la estimación más alta, el monto de los activos financieros (que excluye obras de arte, bienes inmobiliarios) depositados en plazas fuera de las administraciones fiscales de origen podría alcanzar incluso 32 billones de dólares. Si esas sumas reportaran un rendimiento anual de 3% y se les aplicara un impuesto a los ingresos de 30%, TJN afirma que se generarían entre 190.000 y 280.000 millones de dólares en ingresos fiscales anuales, cerca del doble de la ayuda para el desarrollo aportada anualmente por los países ricos de la OCDE.
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