Economistas del banco central y de bancos centrales concluyen que “cuanto más crece el
sector financiero más se ralentiza el crecimiento de la economía”.
París. AFP.- Las finanzas contribuyen al crecimiento
económico, pero su hipertrofia perjudica la
economía, que se ve privada de los mejores cerebros
y las mejores ideas para la prosperidad, según las
conclusiones “sorprendentes” de dos expertos del
Banco de Pagos Internacionales (BPI).
Los economistas del banco central y de bancos
centrales concluyeron al cabo de su estudio que
“cuanto más crece el sector financiero, más se
ralentiza el crecimiento de la economía”. El problema, precisamente, es que las economías
avanzadas han dejado engordar el sector financiero (bancos, fondos de inversión, etc.) más allá
del tamaño a partir del cual éste se vuelve nocivo para la economía “real”, destacan los expertos
del BPI.
Los dos economistas del BPI que firman el estudio, Stephen Cecchetti y Enisse Kharroubi,
partieron de la idea comúnmente aceptada de que “las finanzas son buenas para el crecimiento”,
un argumento que sentó las bases de la desregulación financiera masiva iniciada en los años 1980.
El problema, afirman los economistas, es que el hipertrofiado sector financiero se ha convertido
en “un peso para el resto de la economía”.
Tras estudiar la historia económica reciente, los dos autores sacan dos conclusiones
“sorprendentes”. La primera es que “a un nivel bajo, el aumento del tamaño del sector financiero
acelera el crecimiento de la productividad”.
Sin embargo, “llega un momento, que las economías avanzadas superaron hace tiempo, en que
una mayor cantidad de bancos y de crédito se asocian a un crecimiento más débil”.
El análisis demuestra que cuando la masa de crédito privado supera el PIB, “se convierte en un
lastre para el crecimiento de la productividad”. Asimismo, cuando el sector acapara más del 3,5%
del total de la fuerza laboral de un país, todo aumento suplementario tiende a dañar el crecimiento
¿EL TAMAÑO IMPORTA?
Los dos economistas fijaron exactamente en 3,9% de la fuerza laboral el umbral a partir del cual el
tamaño del sector financiero hace más mal que bien.
Los ejemplos más inquietantes en este sentido son Canadá (5,5%), Suiza (5,1%), Irlanda (4,6%) y
“en menor medida” EEUU, con un 4,2%.
Los autores del estudio advierten incluso de que en algunos casos los efectos perversos en el
crecimiento pueden observarse cuando más del 1,3% de la fuerza laboral de un país trabaja en las
finanzas. Un umbral que superan los 21 países estudiados por los expertos (Australia, Austria,
Bélgica, Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Finlandia, Francia, Alemania, Irlanda, Italia, Japón,
Holanda, N. Zelanda, Noruega, Portugal, Corea del Sur, España, Suecia, Suiza y EEUU). Los
economistas llegan así a una segunda conclusión: “cuanto más rápido crece el sector financiero,
más lento crece la economía en su conjunto
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