domingo, 10 de marzo de 2013

Mercados Emergentes: Flujos de Capital - IV

f Otro elemento que debe ser analizado es la creciente participación de China en el mercado internacional. Su producto interno bruto fue de 900 mil millones de dólares en 1997 y el ingreso per-cápita, de 724 dólares; desde 1986 ha tenido un crecimiento del diez por ciento anual. A partir de 1993, China ha recibido una gran cantidad de flujos de capital, sobre todo en la forma de inversión extranjera directa13. El superávit en cuenta corriente fue de 8.3 mil millones de dólares en 1994; un año antes había registrado un déficit de 10.7 mil millones de dólares. En 1995 el superávit fue de 18 mil millones de dólares y creció a 46.2 mil millones en 1997. Si bien es cierto que las importaciones crecieron de 95.3 mil millones de dólares en 1994 a 136.5 mil millones de dólares en 1997, las exportaciones tuvieron un incremento aun mayor al pasar de 103.6 mil millones de dólares en 1994 a 182.7 mil millones de dólares en 1997. 
g El impacto de los flujos de capital a escala internacional en las economías emergentes y el comportamiento de la inversión extranjera directa en dichas economías, distorsionan las estructuras productivas internas en la fase donde los sistemas económicos inician su integración al proceso global. En la medida en que la tasa de crecimiento de la inversión extranjera indirecta (de cartera) crece de manera más acelerada que la inversión extranjera directa hay un impacto en las estructuras productivas dónde el financiamiento del desarrollo se distorsiona. No obstante, en algunos periodos el flujo de inversión extranjera indirecta disminuye o se invierte, debido al incremento en las tasas de interés de los fondos federales de EUA. La política económica permite mantener un tipo de cambio sobrevaluado, tasas de interés al alza y un crecimiento artificial del PIB. Ello, aumenta el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y los sistemas bancarios se vuelven frágiles. Esto se da principalmente en la región asiática y latinoamericana. Por lo anterior, la hipótesis central para poder entender las crisis financieras es no sólo el impacto de los flujos de capital internacional en los países emergentes sino también cómo la inversión extranjera directa se comporta en esas naciones. Las crisis bancarias se enmarcan en los procesos de desregulación y liberalización financiera de los sistemas bancarios mundiales y de su inserción en un modelo global. La competencia entre los mercados financieros nacionales y la integración de un mercado financiero global pugnan por mercados contestatarios. Si bien el presente trabajo se refiere sólo al sistema bancario, es importante rescatar la hipótesis clásica según la cual los bancos y la industria tienen una correspondencia muy estrecha y son precisamente los cambios en el sector productivo y las necesidades de éste, los que determinan el comportamiento del financiamiento y del crédito. Así, el patrón de financiamiento observado en un país corresponde al grado del desarrollo que tiene su proceso de industrialización.

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