Tailandia y Corea fueron los países más fuertemente afectados por la
crisis del sudeste asiático. En Asia, el financiamiento externo se
canalizó principalmente al sistema bancario interno. Esto contrasta con
América Latina y refleja el hecho de que, a diferencia de los países
latinoamericanos, los países de Asia evitaron la crisis de la deuda de la
década de los ochenta.
En abril de 1998, los organismos financieros internacionales realizaron
un foro económico sobre Asia para responder a las siguientes
interrogantes: “¿Podría haberse evitado la crisis de Asia si se hubieran
respetado los principios de Basilea?24 ¿Se puede hacer algo para evitar
que se produzcan situaciones similares -burbujas del precio de los
activos, distorsiones macroeconómicas y fallas de infraestructura- en
otras regiones? ¿Qué enseñanzas se pueden extraer de la crisis?”. Una
de las conclusiones fue que independientemente del desencadenamiento
de la crisis financiera había fallas estructurales porque “... el sector
financiero carecía de normas de prudencia y supervisión adecuadas. Los
bancos y otras instituciones financieras no cumplían los requisitos en
materia de suficiencia de capital y la supervisión distaba mucho de los
25 principios básicos del Comité de Basilea.”(FMI, 18 de mayo de
1998)
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