Tokio, 20 nov (EFE).- El Banco de Japón (BOJ) evitó hoy anunciar nuevas medidas de
flexibilización aunque advirtió de que la economía sigue "relativamente débil", en un momento
en que crece el debate sobre el papel que debe desempeñar la entidad para sacar al país de la
crisis.
El BOJ, que apostó un mes más por mantener los tipos de interés entre el 0 y el 0,1 %, estimó
en el informe emitido tras el encuentro mensual de su junta de política monetaria que, aunque
la volatilidad de los mercados parece haberse sosegado, las grandes economías mundiales aún
no crecen lo que deberían.
Esto ha provocado una caída en Japón de la inversión privada, la producción industrial o las
exportaciones, que representan el 40 % del producto interior bruto (PIB).
El consumo privado, que compone prácticamente el 60 % restante, se ha mostrado sólido,
subrayó el documento, aunque las ventas de automóviles se han comenzado a resentir debido
al fin de las ayudas estatales a la compra de vehículos menos contaminantes.
El "alto grado de incertidumbre" que encara la tercera economía mundial responde, según el
BOJ, a la crisis de deuda europea, al tímido ritmo de recuperación de EEUU y también a los
efectos que ha tenido el reciente empeoramiento de los lazos con China debido a una disputa
territorial.
La decisión tomada en septiembre por el Gobierno de Tokio de comprar de manos de su dueño
japonés el terreno de las islas Senkaku (Diaoyu en chino), cuya soberanía se disputa con
Pekín, enfureció al Gobierno chino y ha llevado las relaciones entre ambos países a su peor
momento en años.
El auge del sentimiento antinipón ha perjudicado los intereses de las grandes empresas
japonesas en el país vecino, principal destino de sus exportaciones (el 21 %), y ha hecho
retroceder en octubre la inversión directa en suelo chino un 32,4 % con respecto al mismo mes
del año anterior hasta los 460 millones de dólares.
Con respecto a la deflación, otro gran obstáculo que afecta a Japón de manera endémica
desde hace años, el BOJ destacó nuevamente que prevé que la subida de precios se mantenga
de momento en torno al 0 por ciento actual, lejos de su objetivo de situarla de manera estable
en torno al 1 por ciento.
El mes pasado, el Gabinete del primer ministro, Yoshihiko Noda, y el emisor se comprometieron
a cooperar para terminar con la deflación, aunque el Ejecutivo decidió no forzar la adopción de
un objetivo de inflación, ya que iría contra la independencia del Banco de Japón que marca la
ley.
Sin embargo, el líder del opositor Partido Liberal Demócrata (PLD) y favorito para las elecciones
generales del próximo 16 de diciembre, Shinzo Abe, ha hablado de la necesidad de fijar "un
claro objetivo de inflación" entre el 2 y el 3 % y de llevar a cabo una "flexibilización monetaria
ilimitada" hasta alcanzarlo.
Incluir en el programa electoral la revisión de la ley que regula el papel del BOJ es algo que
baraja ya el partido de Abe, quien ha asegurado que estudia además la posibilidad de que el
emisor compre deuda pública directamente de manos del Gobierno para combatir la deflación si
gana en las urnas.
La propuesta ha sido criticada por el primer ministro Noda, conocido defensor de la disciplina
fiscal, que ha asegurado que una política económica en la que el banco central financia
directamente al Estado va contra el control deficitario y de deuda aplicado durante su mandato
y "nunca debería permitirse".
La ley nipona permite al BOJ comprar títulos de deuda estatal sólo en el mercado secundario y
según criterios propios, y no directamente del Gobierno.
Por su parte, el gobernador de la entidad, Masaaki Shirakawa, desechó hoy a su vez en rueda
de prensa la idea de comprar bonos, al tiempo que tachó de "poco realista" el objetivo
inflacionista propuesto por Abe.
Además, defendió la independencia de la institución y afirmó que una posible reforma de la ley
debe ser considerada con detenimiento.
Pese a las palabras del gobernador, Abe y su partido se muestran convencidos de poder
modificar el cometido de la entidad, ya que el Gobierno que salga elegido el 16 de diciembre
será el que proponga al sucesor de Shirakawa, cuyo mandato concluye en abril.
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