Los cambios que se presentaron en la reforma financiera en México
fueron acompañados por las modificaciones en el perfil y la
organización de la producción, desde la privatización de los bancos
hasta la actividad económica en general. Por otro lado, la renegociación
de la deuda externa en el marco del Plan Brady18 y las expectativas de
la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte
(TLCAN), permitieron que México pudiera volver a obtener créditos en
el mercado internacional de capitales. "Por la privatización de los
bancos el gobierno federal recibió 39, 711 millones de pesos
(equivalentes a casi 13,000 millones de dólares). Como en el resto de las privatizaciones, los recursos obtenidos también se destinaron
íntegramente al Fondo para el pago de la deuda interna." (SHCP,
febrero de 1995).
La banca mexicana a pesar de un entorno favorable presentaba ciertos
desajustes; la cartera vencida (los préstamos impagados) de los bancos
creció a una tasa mayor que el PIB en el periodo de 1990-1994. Los
problemas de capitalización se agudizaron y existía un alto nivel de
endeudamiento en empresas privadas, bancos comerciales y banca de
desarrollo.
El año 1994 fue muy difícil, pues a las circunstancias señaladas se
sumaron los aumentos significativos en la tasa de interés de Estados
Unidos, la disminución de los flujos de capital hacia México, la
necesidad de lograr financiamiento a través de los tesobonos captando
el dinero de los fondos mutualistas. Por otra parte, hubo una difícil
transición sexenal y las reservas del Banco de México se fueron
agotando, con la consiguiente depreciación del peso mexicano, que
profundizó la complejidad de la crisis bancaria.
La crisis financiera, particularmente en el sector bancario se manifestó
en el crecimiento de la cartera vencida, en las dificultades para
constituir reservas preventivas y en los problemas de capitalización del
sistema bancario. Desde entonces se ha registrado una mayor presencia
de filiales de intermediarios financieros extranjeros, alianzas
estratégicas y fusiones, como opción para enfrentar la competencia y
las necesidades de recapitalización.
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