lunes, 4 de marzo de 2013

Crisis financieras: causas y efectos - I

Charles Kindleberger señala que de 1618 a 1929 hubo un sinnúmero de crisis financieras. Por mencionar sólo algunas: la de los tulipanes (1636-1640), la de las compañías de oriente a fines del siglo XVIII, la caída de los títulos ferrocarrileros (siglo XIX) y la caída en menos de dos horas del 75 por ciento de los títulos de RCA (25 de octubre de 1929); en los años 30 más de mil bancos estadounidenses se declararon en quiebra. Más recientemente, sorprende la caída del índice Nasdaq4, en el transcurso de un año, a partir de marzo de 2000, cuando el precio de los títulos de la nueva economía se desplomó en cerca de un noventa por ciento, iniciando un proceso de recesión económica mundial, después de un periodo de casi diez años de crecimiento de la economía de EUA.
El colapso de grandes, medianos y pequeños bancos tiene una significación muy importante en el campo de la teoría económica, en el ciclo económico, en la competencia entre los mercados financieros nacionales y entre las diversas regiones del mundo. Las quiebras bancarias en Tailandia, Indonesia, Corea del Sur y Japón tuvieron un costo para el Fondo Monetario Internacional cercano a los cien mil millones de dólares; las de los bancos de Escandinavia al inicio de los noventa y las de América Latina (México, Argentina, Brasil, y Venezuela), son las más importantes en la última década del siglo XX. Sin embargo, no debe olvidarse la quiebra de las sociedades de ahorro y préstamo en Estados Unidos durante los ochenta, que le costaron al Sistema de la Reserva Federal (banco central de EUA, conocido como Fed) más de 150 000 millones de dólares, ni el colapso financiero de los años treinta, cuando más de mil bancos se declararon en bancarrota.
El estudio de las crisis bancarias que desembocan en crisis financieras debe enmarcarse en el proceso de desregulación y liberalización de los sistemas financieros nacionales, que consiste en la eliminación, a través de las fronteras, de las limitaciones al otorgamiento o prestación de servicios financieros (créditos e inversiones fundamentalmente). “Una integración financiera que hace imposible desvincular los distintos mercados financieros y que debe acompañarse de una creciente armonización de los distintos marcos regulatorios financieros de las economías capitalistas desarrolladas, apuntando en el sentido de buscar ordenar, garantizar y consolidar la integración financiera, y propiamente la globalización económica” (Correa, 1998, p. 167).

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