Europa es hoy tierra dividida entre virtuosos y malditos, entre buenos y malos estudiantes, entre
acreedores y deudores. El cacareo político no deja de invocar una mayor unión, pero los mercados
resultan mucho más elocuentes y en esta fase de la crisis han abierto una brecha enorme entre norte y
sur. Alemania, Francia, Holanda, Austria y Finlandia gozan de tal credibilidad entre los inversores que,
en este clima de miedo, están logrando toda una anomalía financiera en toda regla: que los inversores
paguen intereses por cobrar sus títulos de deuda en lugar de cobrarlos. Mientras, a España, Italia,
Grecia, Portugal e Irlanda les exigen los intereses más altos de la historia del euro por prestarles
dinero.
Esta es la Europa de la aversión al riesgo, la de las dos velocidades.
“El euro solo es un antipasto”,
decía Romano Prodi hace 10 años, un entrante que se toma antes del plato principal, un paso
totalmente político tras el cual seguirían muchos más para construir un mundo con dos grandes polos
económicos: el del euro y el del dólar. Pero una década después de la creación de la moneda única,
las decisiones de mayor integración se hicieron remolonas y es la propia Europa la que tiene una
economía bipolar. El Tesoro francés logró subastar el pasado lunes un total de 4.110 millones de
euros en letras a tres meses a interés negativo del 0,005% y 2.120 millones en letras a seis meses
con un interés también negativo del 0,006%. Hay comparaciones odiosas: en la última subasta de
letras con el mismo vencimiento, el Tesoro español tuvo que pagar un tipo de interés medio del 2,5%.
Los inversores también admiten intereses negativos a Austria y Finlandia
El país francés se unió así a un selecto club en el que ya figuran Alemania y Holanda, dentro de la
Eurozona, y Suiza y Dinamarca fuera. Eso supone que cuando emiten deuda, luego han de devolver
algo menos de lo que recibieron prestado. Finlandia y Austria también están en condiciones de emitir
a tipos negativos, pues ya cotizan así en los mercados secundarios, es decir, en la compraventa entre
inversores de bonos ya emitidos. Alemania fue el primer país del euro en financiarse gratis, o menos
que gratis. Este jueves, con la salida del BCE de casi medio billón de euros en depósitos, los tipos de
interés hasta dos años de plazo de los bonos de países refugio se pasaron al negativo.
Los grandes fondos han dado el espaldarazo al Gobierno de François Hollande pese a que el país
perdió el pasado enero la máxima nota de solvencia, la triple A, por parte de la agencia de
calificación de riesgos Standard & Poor’s, aunque las otras dos (Fitch y Moody’s) le mantuvieron el
sobresaliente. Fue el mazazo final tras una escalada de tensión para Francia y Bélgica en los
mercados, que empezaron a verse contagiados por los problemas de los países periféricos y los
intereses de su deuda a crecer. Pero, finalmente, ambos países han caído del lado de los buenos.
Las dos caras de la moneda
Estas eran el jueves las dos Europa del mercado de la deuda: mientras los inversores reclamaban un
interés de un 1% a España por las letras a tres meses, y el 0,60% a Italia, a Alemania y Francia les
regalaban una rentabilidad del 0,15% y el 0,02%, respectivamente. En los bonos a 10 años, el interés
alemán (1,24%), en mínimos históricos, quedaba también a años luz del español (6,5%) o el italiano
(5,8%). El diferencial entre la rentabilidad que pagan respecto al bund germano, considerado la
referencia por su solvencia, es la prima de riesgo y este jueves —un día después de anunciarse el
plan de recortes más duro de la democracia, de 65.000 millones —, subió para España.
Los mercados piden a Madrid disciplina presupuestaria y garantías de que cumplirá los objetivos de
reducción de déficit, pero al mismo tiempo abominan de la recesión económica en que se encuentra
(la segunda en dos años) y ven cada vez más lejana la recuperación.
La prima española subió casi
ocho puntos básicos, hasta los 538, mientras que la italiana alcanzó los 466, con un aumento de 12
respecto a la jornada anterior. La bolsa española, que se dejó un 2,58% lideró las pérdidas en
Europa, donde todos los grandes parqués cerraron con números rojos.
La prima de riesgo española vuelve a crecer pese al duro plan de recortes
Roma también acaba de aprobar un duro programa de ajustes, de 26.000 millones, pero este jueves
salió airosa de su primera subasta de deuda tras el anuncio y logró colocar hoy el máximo previsto de
7.500 millones en bonos a 12 meses con un interés del 2,6%, muy inferior al del 3,9% que se pagó en
junio, última emisión comparable.
Tuvo mucho que ver en ello el hecho de que el Banco Central Europeo (BCE) haya reducido al del
0,25% al 0% la remuneración a los bancos por depositar dinero en sus arcas. El órgano que dirige
Mario Draghi lo decidió con el fin de que las entidades tengan más incentivos para otorgar crédito en
lugar de dejar sus fondos en el cuartel de invierno.
El miércoles, primer día que entró en vigor la medida, los bancos aparcaron en el BCE hasta 324.900
millones menos que la jornada anterior, cuando habían dejado 808.500 millones. Se trata de la cifra
más baja desde el 21 de diciembre. Grandes bancos como JPMorgan, Goldman Sachs y BlackRock
han decidido cerrar la entrada de nuevos inversores en sus fondos europeos tras esta rebaja en la
remuneración de los depósitos, según informó Bloomberg. “Es un milagro que los bancos dejen
dinero en la facilidad de depósito”, en palabras Christoph Rieger, jefe de renta fija de Commerzbank.
“La mayor parte de bancos están destinando su dinero en cuentas de reserva en lugar de eso”,
añadió.
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