Pekín, 13 jul (EFE).- China, la segunda economía mundial, confirmó el freno que sufre su crecimiento
económico al revelar hoy una subida del Producto Interior Bruto (PIB) del 7,6 % en el segundo
trimestre de 2012, la peor tasa en tres años.
La cifra supone una desaceleración de cinco décimas respecto a la tasa de enero-marzo (8,1 %) y
marca el sexto periodo consecutivo en el que el crecimiento trimestral del gigante asiático se
ralentiza, según los datos publicados hoy, ante una gran expectación de los mercados, por el Buró
Nacional de Estadísticas (NBS).
"En la primera mitad de 2012 nos enfrentamos a un medio ambiente económico complicado y volátil,
tanto en China como en el exterior", señaló el portavoz del NBS, Sheng Laiyun, al presentar las cifras,
y subrayó que, pese a todo, "la economía nacional logró un desarrollo estable y creció a un ritmo
moderado".
En el primer semestre de 2012, el PIB chino totalizó 3,55 billones de dólares (2,91 billones de euros),
un crecimiento interanual del 7,8 %, peligrosamente próximo a los objetivos mínimos que el régimen
comunista se ha marcado para todo este año, del 7,5 % (respecto al límite del 8 % de otros años).
El portavoz del NBS pidió, no obstante, que se tenga en cuenta que China se ha fijado el objetivo, en
palabras del primer ministro, Wen Jiabao, de lograr un crecimiento "de calidad, no de cantidad", por
lo que las cifras deben de tener en el futuro una importancia relativa, primando, por ejemplo, el
aumento en inversión en I+D.
"No deberíamos estar demasiado obsesionados con un crecimiento económico del 8 %", señaló
Sheng en rueda de prensa.
Esta misma semana, el primer ministro alertó de que la economía china debe aumentar sus esfuerzos
para conseguir un reequilibrio, ya que en su opinión "la presión sigue siendo muy grande" debido a la
caída de las exportaciones de Occidente y otros factores.
En 2011, la economía china creció un 9,2 %, aunque con altos niveles de inflación y excesivo
crecimiento de sectores como el inmobiliario.
Las cifras publicadas hoy por el NBS indican que la economía china, pese a seguir creciendo rápido
para los estándares de Occidente, lo hace a ritmos menores que en años anteriores.
Son tasas que recuerdan a las del año 2009, cuando el país hacía frente a los efectos negativos de la
crisis financiera mundial, que a China especialmente le generó una caída en las exportaciones, por el
descenso de pedidos en mercados como la UE y EEUU.
La situación se repite en la actualidad para el comercio exterior chino, con una Eurozona sumida en la
crisis financiera y Japón, otro socio fundamental, aún no recuperado de los desastres naturales de
2011, aunque esta vez Pekín intenta paliar esa baja demanda promocionando las ventas a las
economías emergentes.
Las aduanas chinas publicaron el pasado 10 de julio el indicador de las exportaciones de la primera
mitad del año, que ascendieron a 1,84 billones de dólares (1,49 billones de euros), un "discreto"
aumento del 8 % con respecto al mismo periodo de 2011, por debajo del 10 % que el Gobierno chino
se ha fijado para 2012.
El indicador, unido a la baja inflación de junio que también se conoció esta semana (2,2 %), parece
indicar, señalan analistas, que tanto las exportaciones como el consumo interno, motores
fundamentales de la economía china, se encuentran en un momento de freno de la demanda, lo que
añade presiones a Pekín.
Por ello, el régimen comunista este año ha cambiado las medidas de contención de 2011 (en aquel
entonces para frenar la alta inflación) por otras inversas de estímulo, y a tal fin ha bajado los tipos de
interés en dos ocasiones, reduciendo el coeficiente de caja de los bancos en tres e inyectando
liquidez en el mercado monetario.
"Ya que la inflación se ha moderado, ha de haber una relajación de las políticas para impulsar el
crecimiento doméstico y compensar la debilidad en las exportaciones", opinó tras conocerse los
indicadores el economista Zhang Liqun, del Centro de Investigación para el Desarrollo del Consejo de
Estado chino. EFE
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