Los líderes de la zona euro acordaron modificar las reglas de la
asistencia financiera para apuntalar a los bancos y bajar los costos de endeudamiento de países
golpeados como Italia y España, en una señal de que el bloque adopta un enfoque más flexible para
resolver una crisis que lleva dos años.
Las medidas, acordadas tras 14 horas de negociaciones intensas que enfrentaron a Roma y Madrid
contra Berlín, tuvieron una buena recepción en los mercados financieros.
El euro subía fuertemente
contra el dólar y los rendimientos de la deuda española e italiana caían fuertemente.
Irlanda elogió las decisiones, que representaron un cambio significativo de parte de Alemania, por
considerar que "cambian el juego", pero muchos de los detalles aún deben definirse y los líderes
parecían estar enfrentados aún sobre cuán estrictas deberían ser las condiciones asociadas a
cualquier tipo de asistencia.
"El resultado de la cumbre no ofrece una 'bala de plata' para resolver la crisis del euro de una vez por
todas", dijo Holger Schmieding de Berenberg Bank. "Es otro intento para ganar tiempo adicional para
que la reparación fiscal subyacente y las reformas estructurales muestren resultados. En general, hay
algún avance".
En respuesta a las súplicas de los líderes españoles e italianos, que habían amenazado con bloquear
un paquete de medidas de expansión, el área de moneda única acordó que los fondos de rescate
pueden usarse para estabilizar a los mercados de bonos, sin obligar a los países que cumplen las
reglas de presupuesto de la Unión Europea a adoptar medidas adicionales de austeridad o reformas
económicas.
En un factor crucial, también se acordó que se creará para fin de año, mucho más rápido de lo que se
había esperado, un único organismo de supervisión para los bancos de la zona euro, bajo la órbita del
Banco Central Europeo.
Una vez que esto esté en funciones, el futuro fondo permanente de rescate del bloque, el Mecanismo
Europeo de Estabilidad (MEDE), será capaz de recapitalizar directamente a los bancos sin aumentar
el déficit presupuestario de un país, y sin un estatus preferencial para el repago de créditos.
Esa última concesión podría ayudar a España, que formalmente solicitó asistencia esta semana por
hasta 100,000 millones de euros, para apuntalar sus bancos, que cargan con deudas en mora tras el
estallido de una burbuja inmobiliaria.
Los inversores se habían preocupado por la posibilidad de que si el MEDE tenía la condición de
acreedor preferencial, en caso de un incumplimiento de pagos español el mecanismo habría tenido
prioridad en el repago, dejando para después a los acreedores privados.
Las medidas representaron una concesión de parte de la canciller alemana Angela Merkel, que había
insistido antes de la cumbre, celebrada en esta capital, que la ayuda debía ir directamente a los
Estados y sólo con condiciones estrictas.
Pero luego recibió pedidos para que adoptara un enfoque más flexible a la crisis, que se declaró a
inicios de 2010 y obligó a rescates totales para Grecia, Irlanda y Portugal.
Italia y España son vistas como "demasiado grandes como para caer", dando a los líderes de esos
países, Mario Monti y Mariano Rajoy, más influencia en las conversaciones.
Monti y Rajoy se rehusaron a firmar un paquete de crecimiento de 120,000 millones de euros
(149,000 millones de dólares) hasta que Alemania aprobara medidas de corto plazo para aliviar el
costo del crédito, aplazando las conversaciones por varias horas.
El nuevo presidente francés Francois Hollande ha apoyado la necesidad de medidas audaces para
ayudar a la tercera y a la cuarta economía del bloque, aumentando la presión sobre Merkel.
EL PAPEL DE LA TROIKA
"El proceso fue duro, el resultado fue bueno", dijo el primer ministro italiano, Monti, a la prensa,
agregando que Italia no tiene la intención "en este momento" de solicitar la ayuda de emergencia.
Hollande dijo que los líderes habían definido una "visión para el euro" con una mayor solidaridad.
Merkel sostuvo que la nueva ayuda no fluiría sin la "condicionalidad".
Los líderes de la zona euro regresaron para discutir planes a largo plazo que deriven en una unión
fiscal mucho más estrecha. Merkel quiere que sus socios cedan el control sobre sus presupuestos
antes de acordar medidas más fuertes como la emisión conjunta de deudas, que según piensan
algunos expertos, es necesaria para contener realmente la crisis.
Los países que soliciten apoyo para bonos del fondo de rescate tendrían que firmar un memorándum
de entendimiento que establezca los compromisos de políticas existentes y acordar un cronograma.
Pero no se enfrentarían a la supervisión intrusiva de una "troika" de los prestamistas internacionales a
la que Grecia, Irlanda y Portugal han sido sometidos, dijo Monti. Merkel dijo que la troika igualmente
tendría un papel de supervisión.
"Hicimos algo importante pero seguimos fieles a nuestra filosofía: no hay beneficios sin
contrapartida", dijo la líder alemana a los reporteros el viernes.
El presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, dijo en una conferencia de prensa a las
04:30 hora local (02:30 GMT) que "el objetivo es, por supuesto, convertir al euro en un proyecto
irreversible".
El euro llegó a subir más de 1.2 por ciento a 1,2628 dólares y las primas de riesgo que exigen los
inversores para mantener deuda española e italiana en lugar de la alemana descendió.
Pero aún no está claro si los inversores verán como suficiente el acuerdo alcanzado en la cumbre
número 20 desde que estalló la crisis a principios del 2010. Repuntes anteriores de alivio se han
desvanecido en cuestión de días u horas al surgir nuevas dudas.
"Es un paso de un camino muy largo", dijo Charles Diebel, jefe de estrategia de mercados de Lloyds
Bank, agregando que la aceptación alemana sugería que los líderes adoptaban cada vez más un
enfoque de "hacer todo lo que sea necesario".
"Pero no tenemos los detalles y ahí podría radicar el riesgo, porque el mercado empezará a buscar
los agujeros, como hemos visto previamente", agregó.
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