El organismo internacional pronosticó un crecimiento mediocre de 1,3% este año para la región y el Caribe, en el reporte de actualización del informe de Perspectivas Económicas Globales para América Latina y el Caribe para este año.
El análisis se conoció en un contexto de persistente baja de los precios de las materias primas, debido al debilitamiento inesperado de la demanda en varias de las principales economías, entre ellas China.
El caso más notorio ha sido el del petróleo, en el que el crecimiento de la oferta también ha desempeñado un papel importante en la disminución de las cotizaciones.
Sin embargo, en términos generales, se prevé que la caída de los precios del petróleo sea neutral para América Latina y el Caribe en su conjunto, pero los efectos en los países serán muy diferentes.
"En un menor grado, la caída de los precios del petróleo también afecta las perspectivas de crecimiento de Bolivia, Colombia y Ecuador. Los balances fiscales sufrirán por la caída de los ingresos del petróleo en estos tres países, pero las posiciones iniciales son lo suficientemente sólidas como para hacer frente al impacto”, señaló Alejandro Werner, director del Hemisferio Occidental del Fondo.
La economía boliviana crecerá en 5%, según la previsión de octubre de 2014.
En contraste, la economía de Venezuela será la más afectada y la proyección actual es de una caída de actividad de 7% en 2015.
De hecho, cada disminución de 10 dólares en el precio del petróleo acarrea un deterioro de la balanza comercial del orden de 3,5% del PIB, un impacto muchísimo mayor que para cualquier otro país de la región.
La pérdida de ingresos de exportación agudiza los problemas fiscales y la recesión económica, advirtió el organismo.
México cuenta con cobertura financiera para proteger sus ingresos del petróleo en 2015.
En Chile, la incertidumbre en torno al impacto de las reformas de política parece estar afectando la inversión.
En el caso de Perú, la debilidad de las exportaciones y de la inversión ha causado una fuerte desaceleración recientemente, pero se prevé que las medidas concertadas de política económica y el desarrollo de nuevos proyectos en el sector de la minería favorezcan un repunte de la actividad este año.
Argentina continúa con importantes desequilibrios macroeconómicos y, de acuerdo con las previsiones del FMI, su economía se contraerá este año.
América del Sur, en particular, se enfrenta a fuertes vientos en contra derivados del crecimiento mundial aún mediocre y la continua caída de los precios de los metales y las materias primas agrícolas.
Al mismo tiempo, se beneficia poco de la recuperación económica de Estados Unidos.
El Fondo considera que, en general, el resto de la región se debería beneficiar de la caída de las cotizaciones del petróleo, especialmente los importadores de este energético en Centroamérica y el Caribe.
Previsión para 2015
Evaluación El FMI revisó a la baja su pronóstico para el crecimiento mundial, que se ubica ahora en apenas el 3,5% para 2015. Las perspectivas de crecimiento en Estados Unidos han mejorado, pero la debilidad en la zona del euro, China y Japón está afectando la actividad mundial, señala la entidad.
Subvención La caída de los precios del petróleo mitigará las vulnerabilidades externas y fiscales en algunos países. También brinda una excelente oportunidad para eliminar gradualmente los costosos y mal focalizados subsidios a la energía, que son tan comunes en la región.
Reforma La política fiscal también deberá adaptarse a la nueva realidad de que los pronósticos anteriores con respecto a los ingresos derivados de las materias primas y el crecimiento del producto ya no son realistas, advierte el FMI.
Debe mejorar el clima de inversión
Para mejorar las perspectivas de crecimiento y avanzar en la reducción de la pobreza en un contexto externo más difícil, será necesario redoblar los esfuerzos destinados a mejorar el clima empresarial, elevar la productividad y aumentar el ahorro y la inversión, sugiere el Fondo Monetario Internacional (FMI).
En gran parte de América del Sur, el debilitamiento de los precios de las materias primas aumentó los déficit en cuenta corriente. Un tipo de cambio flexible puede ayudar a amortiguar el shock externo, afirma.
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