martes, 6 de enero de 2015

Apuesta inteligente: esperar un año feliz para la economía

Es más factible que el optimismo resulte correcto en vez del pesimismo de moda.

En 2014, el producto global por persona creció cerca de 2 por ciento en cuanto a la paridad del poder adquisitivo. Así, al fin del año, los seres humanos estaban, en promedio, en una situación mejor que nunca en su larga historia. Esto posiblemente siga siendo cierto para fines de 2015. Es sensato ser optimista.

De hecho, es fácil imaginar un mejor resultado en 2015 que en 2014. La razón más importante es el colapso en los precios del petróleo, que se debe en gran parte a un aumento del suministro. El Fondo Monetario Internacional (FMI) arguye que los precios más bajos del petróleo aumentarán la producción mundial entre 0,3 y 0,7 por ciento en 2015.

Con la recuperación de la crisis financiera básicamente completa, la economía de Estados Unidos se ve particularmente fuerte. La Reserva Federal tal vez eleve las tasas un poco en 2015, pero no mucho.

Al esperar que el déficit del presupuesto federal sea menor al 3 por ciento del producto interno bruto, el ajuste de las medidas fiscales se vuelve innecesario. Las tasas de interés a largo plazo en títulos del Tesoro estadounidense a 10 años se mantienen cercanas al 2,2 por ciento. En general, la oportunidad para una aceleración de la economía se ve muy bien.

El Reino Unido no deberá crecer más rápido que el 2,5 por ciento esperado en 2014. Aún así, un buen año se ve probable.

La eurozona también podría dar la sorpresa hacia arriba. Las tasas de interés en bonos del gobierno a largo plazo y las condiciones mejoradas del sector bancario podrían bien iniciar el ciclo de pedir prestado y gastar.

A esto se le puede añadir la confianza generada por el tardío reconocimiento del Banco Central Europeo (BCE) sobre los riesgos de la deflación. Mientras que las dificultades en la eurozona se mantienen, una mayor demanda se ve probable.

Mientras tanto, la combinación de un activismo monetario extraordinario junto con la victoria electoral de Shinzo Abe deberían de reforzar la recuperación de la economía japonesa.

China se enfrenta a problemas económicos y retos en sus reformas, pero su Gobierno maneja bien las palancas económicas que necesita. Debería mantener la economía creciendo robustamente en 2015.

India, por su parte, debería conseguir un crecimiento de por lo menos 6 por ciento. Con reformas radicales, su crecimiento puede ser más rápido.

Estados Unidos, la eurozona, Japón, Reino Unido, China e India conforman el 60 por ciento del producto bruto del mundo, con respecto a la paridad del poder adquisitivo.

Si les va bien, a la economía del mundo le deberá ir bien también. Claro que existen riegos obvios. La caída de los precios de las materias primas causará problemas sustanciales en las economías que dependen de ellas – entre las cuales se destaca Rusia.

El sector financiero está expuesto directa e indirectamente a estos productores y esto puede ser más peligroso de lo que parece ahora. En general existe la preocupación sobre el riesgo que corren las corporaciones en las economías emergentes al estar expuestas al endeudamiento en divisas extranjeras. Esos peligros se ven manejables, pero es necesario estar alerta.

La geopolítica es una preocupación también. ¿Aumentará la apuesta Vladimir Putin en su confrontación con Occidente o desistirá?, ¿Cómo se van a desarrollar el Medio Oriente o las relaciones entre China y sus vecinos? Tampoco es difícil imaginar riesgos ligados a la política. ¿Abandonarán las economías en recesión de la eurozona sus programas de austeridad y reforma? O ¿se distanciarán aún más las relaciones entre Alemania y el Banco Central Europeo?

Más aún, la prosperidad global creciente dejará a muchas personas empobrecidas. Pues aunque la proporción de la población mundial en pobreza extrema está disminuyendo, los números continúan siendo enormes.

Sin embargo, uno debe acordarse de las buenas noticias. La economía abierta del mundo ha pasado por grandes crisis. Ha habido mucha recuperación. La prosperidad seguirá creciendo, posiblemente más aprisa que en 2014.

Feliz Año Nuevo.

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