Los socios europeos lamentaron la decisión de los británicos, e instaron a Londres a empezar cuanto antes las negociaciones de ruptura, para las que hay un plazo de dos años prorrogable.
El Brexit es un "golpe a Europa", declaró la canciller alemana Angela Merkel, que invitó al presidente francés François Hollande, al primer ministro italiano Matteo Renzi y al presidente del Consejo Europeo Donald Tusk a reunirse en Berlín el lunes.
Hollande, por su parte, consideró que la salida "pone a prueba a Europa", pero Jean-Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea negó que fuera el fin de la Unión Europea.
Sí que fue el fin de Cameron, que presentó su dimisión al poco de conocerse la victoria del Brexit en el referéndum del jueves por 52% frente a 48%.
La renuncia del primer ministro se hará efectiva antes del congreso del Partido Conservador, en octubre.
"No sería correcto que yo fuera el capitán que dirigiera al país", dijo ante su residencia de Downing Street.
Lágrimas en las calles de Londres
Los ganadores estaban exultantes. Con apenas un diputado en el Parlamento, el líder antieuropeísta Nigel Farage se convirtió en el gran ganador al haber conseguido centrar la campaña en el tema de la inmigración, donde más le interesaba.
Farage pidió que el 23 de junio sea declarado feriado y "Día de la Independencia".
"Ahora tenemos una oportunidad gloriosa para aprobar nuestras leyes y fijar nuestros impuestos", dijo el conservador Boris Johnson, exalcalde de Londres.
La euforia de los "Brexiters" contrastaba con las lágrimas de Francesca Crimp, una empleada bancaria que iba camino al trabajo: "Estoy asustada, voté por el futuro de mi hijo y ahora me siento muy insegura".
"Esta ciudad multicultural en la que vivo cambiará drásticamente, y el mundo ya no es el mismo".
Efecto dominó
"Hay momentos en que lo correcto es consultar a la gente", aseguró Cameron, defendiendo su decisión de convocar el referéndum, aunque sus consecuencias podrían sentirse durante mucho tiempo.
Así, España pidió inmediatamente una "soberanía compartida" sobre Gibraltar, los independentistas escoceses anunciaron el inicio de los preparativos legales para un segundo referéndum de independencia; el Sinn Fein irlandés quiere también que el Úlster pueda votar unirse a Irlanda, y los ultraderechistas de Francia y Holanda reclamaron poder pronunciarse sobre la UE.
Para el candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, que se encontraba en Escocia este viernes, el Brexit es "fantástico" y es un fenómeno parecido al suyo.
"Veo un paralelismo real" entre mi campaña y la del Brexit, dijo Trump en su campo de golf del sudoeste de Escocia, añadiendo: "La gente quiere recuperar su país, quieren la independencia".
Viernes negro en los mercados
"Un jodido desastre": así resumió el Brexit, a preguntas de la AFP, un operador de la bolsa de Londres.
Las bolsas cayeron en picado, la libra esterlina marcaba sus peores registros de los últimos 30 años y los inversores compraban alocadamente deuda alemana, amenazando con una nueva crisis financiera a la maltrecha zona euro.
El Banco de Inglaterra se mostró dispuesto a inyectar inmediatamente 250.000 millones de libras esterlinas en liquidez.
"Los británicos votaron [por el Brexit] pese a las advertencias de la enorme mayoría de los expertos económicos. No hay que sorprenderse entonces de que esta mañana los resultados del referéndum provoquen oleajes en los mercados financieros globales", dijo Daniel Vernazza, economista de Unicredit Research.
Además, la salida forzará un traslado de miles de ejecutivos de la City de Londres a Fráncfort, París o Dublín.
Sin precedentes en la UE
Nunca en la historia de la UE un país había votado para abandonar ese proyecto que nació en los años 1950, de las cenizas de la Segunda Guerra Mundial.
Los ministros de Relaciones Exteriores alemán, francés, holandés, italiano, belga y luxemburgués anunciaron una reunión de urgencia en Berlín.
"Soy totalmente consciente de cuán serio, dramático es este momento. (...) Es un momento histórico, pero ciertamente no es un momento para reacciones histéricas", declaró el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk.
No habrá vacío jurídico mientras el Reino Unido negocia cómo abandonar el bloque, insistió.
La negociación, según los tratados europeos, puede llevar dos años como máximo, a partir del momento en que un miembro los denuncia.
Transcurridos esos dos años, el divorcio debe consumarse, sean cuales sean los desacuerdos aún existentes.
En juego está el estatuto legal de millones de trabajadores europeos en el Reino Unido, de centenares de miles de jubilados británicos en países como España, Francia o Portugal.
"Estoy conmocionada, no me puedo creer que el sentimiento patriótico haya llevado a este caos", explicó a la AFP Carmen Martínez, de 43 años, los tres últimos en Londres.
Martínez, funcionaria en excedencia, estudió para profesora en el Reino Unido y no considera irse, de momento. "Si me ponen trabas, tendré que irme. A Malta, que es europea y hablan inglés. O a Escocia, si siguen en la UE".
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