jueves, 2 de junio de 2016

Recesión se agrava en Brasil con caída de 5,4%

La recesión en Brasil, la mayor economía sudamericana, se agravó en el primer trimestre de este año, cuando el Producto Interior Bruto (PIB) se contrajo 5,4 por ciento con relación al mismo período de 2015, informó ayer el Gobierno.

En la comparación con el último trimestre del año pasado, la contracción en los tres primeros meses de 2016 fue del 0,3 por ciento, según los datos divulgados por el gubernamental Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE).

El resultado confirma las previsiones pesimistas de los analistas, que esperan para este año una contracción próxima a la del año pasado, cuando la economía del país se encogió un 3,8 por ciento, su peor resultado en los últimos 25 años.

La contracción de este año puede ser aún peor si considera que, en los últimos 12 meses hasta marzo, el PIB brasileño acumuló una retracción de 4,7 por ciento, casi un punto porcentual sobre el crecimiento negativo del año pasado.

Se trata de la mayor contracción acumulada por Brasil en un año desde que el indicador comenzó a ser medido con los actuales criterios en 1996.

De mantenerse la tendencia, la economía brasileña, en grave recesión desde 2015, encadenará dos años seguidos de crecimiento negativo por primera vez desde la década de 1930.

De acuerdo con el IBGE, la economía brasileña se encogió en los tres primeros meses de este año por cuarto trimestre consecutivo en comparación con el período inmediatamente anterior y por octava vez seguida en relación al mismo período del año anterior.



BAJAN LA INDUSTRIA Y EL CONSUMO

Según los datos divulgados por el Instituto Brasileño de Geografía y Estadísticas (IBGE), la caída del PIB en el primer trimestre frente a los tres primeros meses de 2015 fue provocada principalmente por el desplome del 7,3 por ciento de la producción industrial. La agropecuaria se redujo en un 3,7 por ciento, el mismo porcentaje que el sector servicios.

Por el lado de la demanda, la contracción fue provocada principalmente por la fuerte caída del consumo de las familias, del 6,3 por ciento frente al primer trimestre del año pasado, como consecuencia tanto del aumento del desempleo, de la caída de la renta y de la subida de la inflación.

El consumo del Gobierno también se redujo, pero sólo 1,4 por ciento con relación a los tres primeros meses de 2015. El consumo de los brasileños, impulsado por la reducción de la pobreza y el aumento de la renta, fue el principal motor de la economía hasta hace un par de años.

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