No obstante, debido a su escala en estos mercados, el país asiático se mantendrá como un factor clave en el largo plazo, aunque sea a un ritmo más lento.
China compra actualmente cerca de un octavo del petróleo del mundo, un cuarto del oro, casi un tercio del algodón y hasta la mitad de los principales metales básicos. Su poder de compra ha convertido al país en parte integral del comercio global de commodities, con influencia sobre los precios e incluso las horas que trabajan los operadores.
Aunque los analistas proyectan una desaceleración en el crecimiento de la demanda de materias primas de ese país, consideran que es poco probable que disminuya su influencia en el mercado.
Los precios de los commodities cayeron pronunciadamente en los últimos días, extendiendo el reciente declive, ante preocupaciones de que un menor crecimiento económico del gigante asiático debilite la demanda que impulsó los mercados durante más de una década. El consumo voraz de China en medio de una expansión anual de dos dígitos también produjo un superávit de nuevos suministros, desde fertilizantes hasta oro.
La Administración de Información de Energía de Estados Unidos cree que, a pesar del menor crecimiento del consumo de crudo por parte de China, el país aún representará más de un cuarto del aumento de la demanda global de petróleo este año. Consume el 46% del cobre del mundo, entre otros.
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