Se trata de la peor crisis económica de los últimos 25 años y ha puesto en jaque a la presidenta Rousseff, que arrastra serios cuestionamientos por denuncias de corrupción. Los análisis, no obstante la gravedad del momento, son timoratos aún, comparándolos con las referencias a Grecia. Pocos se atreven a ser contundentes respecto al futuro de Brasil y el continente.
La recesión técnica oficializada en las últimas horas ha puesto a Brasil contra las cuerdas, al punto de que su mismo gobierno lanzó la alerta de que podría ubicarse en el alarmante nivel de la crisis griega. Pero, ¿cuán posible es esto?
Primero se conoció que el gobierno de Dilma Rousseff buscaba minimizar la situación con un nuevo tributo para evitar una catástrofe económica. El ministro de Hacienda, Joaquim Levy, dijo que estaba a favor de reinstaurar un impuesto a las transacciones financieras para lidiar con los problemas fiscales. Sin esa acción —advirtió— el país podría enfrentarse a una crisis similar a la de Grecia.
“Nadie puede concordar con que un mayor gasto sin más impuestos es viable”, advirtió Levy el sábado. “Si ustedes quieren convertirse en Grecia y decir ‘no’ a ningún tipo de impuestos, eso tendrá consecuencias”, agregó.
Pero, dos periódicos, 'Folha de S.Paulo' y 'Estado de S.Paulo', citando como fuentes a asesores presidenciales, aseguraron que Rousseff descartó la medida antipopular.
Como ocurre generalmente, la crisis económica arrastra otras, muy probablemente una política y/o una social: la corrupción en Petrobras no ha sido suficiente para la presidenta Rousseff, cuya popularidad descendió en gran forma incluso desde antes de la Copa Mundial de Fútbol del año pasado.
Nunca, en 12 años al frente del Gobierno, ni con Dilma ni con Lula da Silva, el Partido de los Trabajadores (PT) había enfrentado una crisis tan grande. Aunque esta, en honor a la verdad, es la peor de todas en los últimos 25 años.
Análisis
En medio de una economía en contracción, la pregunta del millón es: ¿Puede Brasil llegar al punto extremo de la insostenible Grecia?
Los países emergentes viven un periodo difícil, entre la crisis en Brasil y las convulsiones bursátiles en China que afligen a unos mercados pendientes del futuro de Grecia.
“...lo que más preocupa es lo que ocurre en emergentes, tanto Brasil como China, y EEUU”, dice José María Luna, director de análisis de la empresa de asesoramiento financiero Profim EAFI, desde España, a estrategiasdeinversion.com. Para los europeos, el remezón brasileño tendrá un pacto más local; para ellos y para muchos no es lo mismo la crisis china que la de nuestro vecino.
El economista y autor de bestsellers, también español, Daniel Lacalle, en su blog en El Confidencial primero señala el crecimiento anual del PIB de Brasil, que lleva cayendo desde la media de +4,5 % en el periodo 2006-10 a un +2,1% entre 2011 y 2014, es decir, “mucho antes de la debacle del petróleo”.
Y luego, este profesional apunta:
“Una recesión brasileña no debe tomarse a la ligera. La economía brasileña representa cerca del 40% del PIB de Latinoamérica y un 2% del mundial (...) La caída de las materias primas y la decisión equivocada de financiar inversiones ruinosas a muy largo plazo con ingresos en dólares a muy corto han llevado a desequilibrios muy similares a los que sufrió la economía española con la burbuja inmobiliaria.
La caída de las materias primas y la decisión equivocada de financiar inversiones ruinosas a muy largo plazo con ingresos en dólares a muy corto han llevado a desequilibrios muy similares a los que sufrió la economía española con la burbuja inmobiliaria”.
En las últimas semanas se ha advertido que el real, la moneda del país sudamericano, junto con las de otras naciones emergentes, como México, Sudáfrica, Colombia y Turquía, venían cotizando a su nivel más bajo desde hace años en los mercados de divisas.
Los análisis, no obstante la gravedad del momento, son timoratos aún. Pocos se atreven a emitir criterios contundentes respecto al futuro de Brasil y el continente.
Análisis
Una inflación interanual de casi el 10% y unos tipos de interés del 14,25%, el nivel más alto desde 2006, no serán fáciles de sobrellevar, a no ser un viraje —en serio— de las políticas económicas. Entretanto el “gigante sudamericano” se achica, su presidenta declaró: “Tenemos la certeza de que Brasil es un país fuerte, que va a crecer y va a superar sus dificultades, que son temporarias”.
DANIEL LACALLE - ECONOMISTA ESPAÑOL
"Una recesión brasileña no debe tomarse a la ligera"
CLAVES
Impuesto
transacciones financieras
El ministro de Hacienda, Joaquim Levy, advirtió que su país podría “convertirse en Grecia”, en caso de no aplicarse un nuevo impuesto a las transacciones financieras. Esto para evitar una catástrofe que podría afectar a las economías vecinas.
Reacción
Estaría descartado
A pesar de las advertencias del ministro Levy, la idea de imponer un nuevo tributo para salvar a Brasil de la debacle estaría descartada, según dos periódicos de ese país, que citaron a fuentes presidenciales.
Plan
0,38% sobre CPMF
Planeaban un proyecto de ley que reinstauraría un tributo de 0,38% sobre las transacciones financieras, conocido como CPMF, para recaudar unos 68.000 millones de reales (19.000 millones de dólares) al año.
Impopular
Dilma en problemas
La popularidad de la presidenta Dilma Rousseff cae en picada. Después de varias protestas masivas contra su gobierno, mediciones de las últimas semanas dan cuenta de que 7 de cada 10 brasileños pide que sea sometida a juicio político.
Déficit
Ahorro fiscal
Dos periódicos estimaron un déficit en el presupuesto de 2016 de 80.000 millones de reales (unos $us 21.300 millones) y, sin ingresos adicionales, debería reducirse la meta de ahorro fiscal de un 0,7% del PIB 2016.
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