domingo, 15 de marzo de 2015

¿La independencia del Banco de Inglaterra?

Hace 25 años, Nueva Zelanda fue el primer país en el mundo en adoptar un nuevo enfoque de política monetaria, cuya novedad consistía en el explícito compromiso público de controlar la inflación como objetivo primordial y en el énfasis puesto en la transparencia de la política y la correspondiente rendición de cuentas, que sustentaba la independencia operativa de los bancos centrales.
El Banco de Inglaterra (BoE por sus siglas en inglés), fue uno de los pioneros en adoptar en 1992 este enfoque como señal de transparencia e independencia.
Los libros de texto de economía y el proselitismo del FMI endiosaron la independencia de los bancos centrales, su transparencia e incluso afirmaron que el enfoque de metas de inflación era la mejor protección ante la crisis financiera.
Sin embargo, una noticia escueta de la BBC señaló: "La Oficina de Fraudes Graves británica (SFO, por sus siglas en inglés) está investigando la forma cómo el Banco de Inglaterra ofreció préstamos a la banca durante la crisis financiera de 2008... y si las llamadas subastas de liquidez, que permitieron a los bancos acceder a un mayor número de fondos durante la crisis crediticia, fueron manipuladas para generar ganancias fraudulentas”.
Esto querría decir que mediante estas operaciones, varios bancos del Reino Unido habrían tenido supuestamente acceso a préstamos del BoE en condiciones muy ventajosas, a fin de inyectar dinero en los mercados durante la crisis financiera y así salvar el país.
Adicionalmente, como si faltara la cereza de la torta, el gobernador del Banco de Inglaterra, Mark Carney, compareció recién en el Comité del Tesoro para dar explicaciones sobre otra investigación relacionada con un caso de manipulación de divisas extranjeras en la entidad.
Recordemos que cuando aún las autoridades de control no podían considerar como resuelto el escándalo de la manipulación de la tasa Libor (tasa de interés a la que los bancos se prestan dinero entre sí), en 2013 estallaba el escándalo de la manipulación del mercado cambiario.
El problema ya era si dirigentes del Banco de Inglaterra estarían implicados en la manipulación al igual que lo estuvieron en el escándalo de la tasa Libor. Es decir, estaríamos hablando de tres supuestos delitos financieros relacionados con el BoE: manipulación de tasas de interés, de la subasta de liquidez y de los tipos de cambio en el mercado internacional de divisas conocido como FOREX.
En teoría, la función principal de los mercados cambiarios era facilitar los intercambios comerciales internacionales, pero en 2013 el monto anual de las exportaciones mundiales representaba menos de cuatro días de las transacciones en el mercado de cambios.
Los grandes bancos son los principales actores del mercado mundial de divisas en el que más del 95% de sus intercambios sería especulativo, pues sólo una pequeña parte corresponde a transacciones relacionadas con la economía real: inversiones, comercio de bienes, servicios y remesas.
Así, según Eric Toussaint, en 2013, entre sólo cuatro bancos controlaban el 50% del mercado cambiario mundial (Deutsche Bank, 15,2%; Citigroup, 14,9%; Barclays, 10,2%; y UBS, 10,1%). Si se añade la parte de otros seis bancos (HSBC, JP Morgan, Royal Bank of Scotland, Crédit Suisse, Morgan Stanley y Bank of America), se alcanza el 80% del mercado. Además, la mitad de los intercambios tiene lugar sólo en el mercado de Londres.
A propósito del famoso HSBC, Hervé Falciani, que trabajó en los servicios informáticos de HSBC Suiza en Ginebra de 2006 a 2008, copió 127 mil ficheros que lo ligarían con operaciones masivas de fraude y de evasión fiscal.
Entonces: ¿quién regula a los bancos globales? Nadie a nivel mundial, si a nivel nacional donde están localizados tanto su casa matriz como sus sucursales. La regulación se centra en la evasión impositiva en el país que reside y si realizan operaciones de financiamiento con "países o grupos terroristas” o con el lavado de dinero y el narcotráfico, pero desde un punto de vista del cumplimiento de sus propias normas financieras, no interesándoles un pito lo que hagan con sus negocios en otras partes del mundo.
Pero, el problema es que ahora a nivel nacional nos encontraríamos con que el BoE no habría cumplido, en los temas financieros, con la tan cacareada transparencia de la política y la correspondiente rendición de cuentas, y que, si bien es independiente del Gobierno, no lo sería de los grandes bancos globales.

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