Tombini, en una comparecencia en el Senado, dijo que el nivel de la inflación en abril será “bien inferior” al de estos tres primeros meses de 2015 y reiteró que es “factible” conseguir que el alza de precios llegue a la meta del 4,5 por ciento anual en 2016.
En febrero los precios acumularon una subida interanual del 7,70 por ciento, el mayor nivel en Brasil en una década, y, según indicadores previos, la inflación podría subir aún más en marzo.
El repunte de los precios se acentuó, explicó Tombini, debido a la depreciación del real frente al dólar y al alza de las tarifas controladas por el Gobierno, lo que incluye combustibles, energía eléctrica, transporte y agua.
El efecto de la subida de los precios controlados se disipará a partir del segundo trimestre, mientras que el encarecimiento del dólar se seguirá sintiendo en la economía en los próximos meses, señaló.
No obstante, Tombini dijo que el efecto del dólar se “mitigará” en parte por la bajada del precio de las materias primas, por la debilidad de otras divisas, como el euro, y por la actual política económica del Gobierno, que está aplicando un recorte de gastos.
El repunte de la inflación es uno de los problemas económicos que más preocupan al Gobierno brasileño, puesto que está causando descontento en la población y mermó la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff en los últimos meses.
Tombini también afirmó que la economía brasileña vive un periodo de “ajuste importante y necesario” en 2015 con el objetivo de construir “bases más sólidas” y retomar el “crecimiento sostenible” en el futuro.
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