Sigue siendo "muy difícil", dijo el presidente del Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem, al salir de la reunión de ministros de Finanzas.
"Tuvimos una discusión profunda sobre las propuestas de Grecia, sobre la cuestión de la credibilidad y de la confianza y naturalmente sobre las cuestiones financieras, pero no hemos terminado las negociaciones", añadió el también ministro holandés de Finanzas tras nueve horas de negociaciones.
Por su parte el comisario europeo de Asuntos Económicos, Pierre Moscovici, aseguró que sigue teniendo "esperanza" en un acuerdo.
Grecia había presentado el jueves un paquete de reformas y ajustes, necesario para convencer a sus socios que accedan a otorgarle un tercer programa de rescate, como lo había solicitado.
Las instituciones acreedoras de Atenas -Comisión Europea, Banco Central Europeo y Fondo Monetario Internacional- dieron un visto bueno positivo a este paquete que los ministros analizaron el sábado.
Pero el clima de desconfianza impidió cualquier avance en la redacción de un texto que sirva de base para los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea, que se reúnen en cumbre la tarde del domingo, una cita presentada como fecha límite de la última oportunidad para evitar que Grecia salga del euro.
"La inercia empuja hacia el Grexit"
"El ambiente no está fácil para los griegos", confió una fuente europea.
Alemania y Finlandia no ocultaron el sábado su deseo de que Grecia salga de la zona euro, al menos de manera temporal, indicó otra fuente.
Según un documento del Ministerio de Finanzas alemán, Berlín baraja la hipótesis de que Grecia salga de la zona euro cinco años para que pueda reestructurar su deuda. El documento no fue discutido formalmente por los ministros, confiaron diferentes fuentes.
"Si Grecia no puede garantizar una implementación creíble de las medidas y una deuda sostenible, habría que ofrecerle rápidas negociaciones para un periodo fuera de la zona euro, con una posible reestructuración de su deuda, si es necesario (...) durante cinco años", se puede leer en el documento.
El Parlamento finlandés dio por su parte mandato a su ministro de Finanzas, Alexander Stubb, para negociar una salida de Grecia de la zona euro, según la televisión pública finlandesa.
Desde hace meses, los diputados euroscépticos de la coalición en el poder (Auténticos Finlandeses) piden una salida de Grecia y aseguran que el país podría sobrevivir devaluando su nueva moneda.
Eslovaquia, Eslovenia, Lituania y Bélgica también mostrarían reticencias a un tercer rescate para Grecia. "Más de la mitad de los países miembros [de la zona euro] piensan que las propuestas griegas no van suficientemente lejos", declaró una fuente diplomática.
"La inercia juega a favor de un 'Grexit'", según un diplomático favorable a un acuerdo con Grecia.
Los socios de Grecia piden a Atenas nuevas medidas para complementar su plan de reformas presentado el jueves.
'Puente financiero'
Las instituciones acreedoras habían acogido favorablemente el viernes la nueva oferta de Atenas, que incluye recortes de pensiones, subidas del IVA, privatizaciones y nuevos impuestos para las empresas.
A cambio, Atenas pide un tercer rescate, que las instituciones estimaron entre 74.000 y 82.000 millones de euros. Grecia ya se benefició en 2010 y 2012 de dos rescates financieros por un total de unos 240.000 millones de euros.
Las reformas del gobierno heleno son impopulares y muy similares a las que exigían los acreedores de Grecia hace unas semanas antes de que expirara, el 30 de junio, el segundo rescate al país. El 61% de los electores griegos rechazó esa propuesta en un referéndum el domingo pasado.
Tsipras obtuvo el sábado de madrugada el aval de su Parlamento para negociar con Bruselas su propuesta de reformas con 251 votos a favor de un total de 300 diputados. Sin embargo varios diputados de su partido, Syriza, se abstuvieron en la votación, lo que según los observadores podría augurar cambios en la coalición gubernamental.
Según los cálculos de los acreedores, si se aprueba el tercer plan de ayuda, Grecia podría recibir entre 74.000 y 82.000 millones de euros en tres años, de los cuales 16.000 millones ya están previstos en un programa del FMI que expirará en marzo de 2016.
El Eurogrupo podría estudiar también una solución transitoria, un "puente financiero" que permita a Grecia pagar el 20 de julio al BCE un importante vencimiento. Este movilizaría unos 3.300 millones de euros prometidos en el pasado a Grecia y retenidos por los bancos centrales de la zona euro.
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