lunes, 6 de julio de 2015

El creciente “gasto religioso” reta a la recesión en Brasil

En el Templo de Salomón en Sao Paulo, una vasta réplica del templo bíblico construido a un costo de 300 millones de dólares por la Iglesia Universal de Brasil, el mensaje es claro: la salvación puede, y debe, comprarse.
Un lunes por la tarde, durante el Congreso del Éxito semanal de la iglesia evangélica, un empresario local es llamado al altar enchapado en oro del templo para explicar cómo su vida cambió repentinamente después de haber hecho su primera donación. "Yo vivía en el sótano de la casa de mi padre”, dijo, con su imagen proyectada en gigantes pantallas de plasma ante una embelesada congregación de casi 10.000 fieles. "Ahora soy dueño de una casa, de una cadena de comida rápida, de una correduría de seguros y ¡me compré el automóvil de mis sueños!”
Él está en compañía de una aspirante a actriz que acaba de conseguir un papel en una telenovela en horario estelar, y de una peluquera que, debido al gran éxito de su negocio, también está abriendo una tienda de lencería. "¡Honra nuestra fe, Señor!” exclama el obispo, mientras que mujeres con bolsos de terciopelo rojo vacíos y hombres bien trajeados con máquinas de tarjetas de crédito se alinean junto a él, listos para aceptar la recaudación de la semana.
Auge económico de las iglesias en Brasil
La creciente popularidad de las iglesias evangélicas de Brasil, como la Universal, la cual fue fundada por el multimillonario Edir Macedo en 1977 y ahora está presente en más países que cualquier empresa brasileña, ayudó a convertir a la religión en una de las empresas más prósperas del país. Los datos más recientes provenientes de las autoridades fiscales brasileñas demuestran que sus iglesias obtuvieron alrededor de 21.000 millones de reales (6.800 millones de dólares) en ingresos en 2011 por las contribuciones semanales, donaciones y hasta con la emisión de tarjetas de crédito a través de bancos locales.
Aunque Brasil sigue albergando la mayor población católica del mundo, los evangélicos representan actualmente alrededor de un cuarto de la población, y se espera que superen en número a los católicos en 2040, de acuerdo con estudios de la agencia de estadísticas del país y Euromonitor.
Sin embargo, la "evangelización” de Brasil no sólo incrementó los presupuestos de las iglesias, sino que también impulsó el crecimiento del mercado brasileño de bienes y servicios religiosos. A pesar de que el país se enfrenta a su peor recesión en un cuarto de siglo, se espera que el llamado "mercado de la fe” aumente en más del doble a 25.000 millones de reales en 2015, de los 1.000 millones a los que llegó en 2012, según la Universidade ESPM de Sao Paulo.
"Hasta ahora, la crisis económica tuvo poco impacto”, declaró Andrey Mendonça, profesor de la ESPM. A unos 20 minutos en automóvil del Templo de Salomón por la calle Conde de Sarzedas, el "hogar” de las tiendas evangélicas que venden cualquier cosa, desde biblias submarinas hasta videojuegos cristianos, numerosos comerciantes aseguraron que las ventas continuaron en ascenso.
Popularidad y consumismo
En contraste con las enseñanzas cristianas tradicionales que ensalzan la pobreza como una virtud, las iglesias evangélicas de Brasil, en especial las pertenecientes al neopentecostalismo como la Universal, promueven el consumismo y la riqueza material como signo de la gracia de Dios.
Esta controversial teología de la prosperidad ganó particular popularidad entre la nueva clase media brasileña, la cual creció en 40 millones de personas desde 2003 y cuyos miembros en gran parte miden su ascensión social a través de la capacidad de consumir que poseen.

Traído a Brasil por los misioneros a comienzos del siglo XX, el pentecostalismo y sus variantes también han encontrado popularidad entre los más pobres, declaró Ricardo Mariano, profesor de la Universidade de Sao Paulo (USP, por sus siglas en portugués). La promesa de soluciones sobrenaturales a los problemas cotidianos es particularmente atractiva en Brasil, donde muchos se encuentran a la merced de un pésimo sistema de salud pública.
El aumento de la evangelización no sólo impulsó las industrias religiosas existentes, sino que también creó otras nuevas, indicó Mendonça, de la ESPM. Él observó un aumento, por ejemplo, en el número de tiendas de mercancía relacionada con el sexo que sirven a los evangélicos "con productos para mejorar su matrimonio”, declaró. Para el soltero, hay sitios web evangélicos de citas tales como Encuentros Evangélicos, Pareja Perfecta y Amor Divino.

Sin embargo, la mayor industria detrás del impulso al mercado de la fe brasileño es el turismo, aseguró Mendonça. Según Euromonitor, el Santuário de Nossa Senhora da Conceição Aparecida, en el estado de Sao Paulo en Brasil, uno de los lugares de peregrinación más populares de Latinoamérica entre los católicos, atrajo a 12 millones de visitantes el año pasado, casi el doble del número de visitantes a la Torre Eiffel francesa en 2013.
Explosión de "gastos religiosos”
Si bien gran parte de la industria todavía está dirigida a los católicos, empresas como Gospel Cruises también comenzaron a ofrecer cruceros a lo largo de la costa de Brasil con sermones de a bordo para los evangélicos.
Mientras tanto, las compañías de música globales invirtieron seriamente en la música religiosa brasileña, la cual actualmente representa el segmento más popular del país después de "sertanejo”, la música campesina brasileña. Universal Music, que estableció su división Universal Christian Music Group en Brasil en 2013, estima que el mercado de la música religiosa local crece en un 15% anual.
Sin embargo, es demasiado pronto para saber si esta explosión de "gastos religiosos” permanecerá inmune a los efectos del aumento del desempleo, dijo Mariano, de la USP. Erní Seibert, de la Sociedade Bíblica do Brasil (SBB, por sus siglas en portugués), una de las mayores editoriales de la Biblia del país, expresó que la cantidad que se distribuyó el año pasado cayó un 4% a 7,6 millones en relación a 2013, y agregó que la demanda de versiones más baratas de la Biblia ya está en aumento.
Pero en el Templo de Salomón, las dificultades de Brasil no son nada que algunos pensamientos positivos y unas cuantas contribuciones generosas no puedan arreglar. "¿Cuál es el billete más valioso en Brasil?”, gritó el obispo a los asistentes al Congreso del Éxito, impulsando a los fieles a ondear los billetes azules brasileños de 100 reales. "¡Sí, el de 100 reales! Eso es lo que quiero que traigan la próxima vez. Y para aquellos que no puedan, no se avergüencen”, les dijo. "¡Vamos a orar para que sean capaces de hacerlo pronto!”

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El Santuário de Nossa Senhora da Conceição Aparecida, uno de los sitios de peregrinación más populares de Latinoamérica entre los católicos, atrajo 12 millones de visitantes en 2015, casi el doble que la Torre Eiffel en 2013.

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