martes, 7 de julio de 2015

Crisis griega puede afectar a Bolivia con las RIN y remesas

Sin duda, la crisis que enfrenta Grecia tras la declaratoria oficial del default y la posibilidad de una posterior salida del Euro, en los próximos días, ha sido y será la noticia en el mundo económico.

Si uno quisiera explicar rápidamente qué ha sucedido para que este país llegue a las instancias actuales, el relato puede fácilmente ser calificado como una “tragedia griega”.

Los orígenes de la crisis no son recientes ni de exclusiva responsabilidad del actual Gobierno. Empiezan en la época en la que la burbuja europea estaba en pleno auge, momento en el que la expansión del aparato público se desata casi sin control. Un ejemplo para cuantificar este punto: en 2007, un año antes de que empiecen los problemas en la Zona Euro, el aparato público griego contrataba, directa e indirectamente, a cerca de un millón de personas, casi el 10 por ciento de la población del país.

Evidentemente, gran parte de estos empleados públicos estaban al servicio de empresas estatales, las cuales llegaron a sumar más de 300 en 2008, dedicadas a actividades que iban desde transporte público hasta servicios de digitalización de fotografías para otras entidades estatales.

En el ámbito de la seguridad social, se tenía una edad relativamente baja de jubilación (61 años), junto con una batería de facilidades que permitían lograr jubilaciones adelantadas con una pensión de más del 90 por ciento del salario, incluso a los 50 años. Además, se puso en marcha una política de incrementos salariales que poco y nada se relacionaban con la productividad de sus trabajadores. Todo esto ayudó a configurar un continuo incremento en el déficit público, el cual llegó a alcanzar un 14 por ciento del PIB en 2009.

Ante la imposibilidad de emitir moneda, los Gobiernos griegos optaron por financiarse a través de deuda pública (emisión de bonos), que en principio fueron comprados por bancos nacionales, extranjeros y el Banco Central Europeo. Las consecuencias para los bancos privados fueron desastrosas, pues en la negociación de 2011 (la segunda ronda de rescates financieros que pidió Grecia desde 2008), el Gobierno logró la condonación del 50 por ciento de esa deuda, afectando directamente a la estabilidad de sus propios bancos.

Desde entonces, Grecia ha recibido un tercer paquete de ayuda financiera (y persigue una tercera condonación), y aunque la población ha sentido las medidas de ajuste, sostenidas sobre todo por incrementos a los impuestos a las empresas (que han impactado directamente en la creación de empleos y en el nivel salarial), el Estado no ha reducido sustancialmente su gasto, manteniendo las ineficiencias que desataron la crisis en primera instancia.

Algunas cifras

1.508 millones de euros: son los que tenía que pagar Grecia al FMI hasta el pasado 30 de junio, antes de entrar automáticamente al “default”.

7.200 millones de euros: son los fondos del segundo programa de rescate que Grecia dejará de recibir si no hay un acuerdo.

30.000 millones de euros son los que los griegos retiraron de los bancos entre octubre de 2014 y mayo de 2015. J 35.000 millones de euros: son los que el BCE ha prometido que se movilizarían para ayudar a crecer a Grecia.

107.000 millones de euros es la quita de deuda que recibió Grecia en 2012

131.000 millones de euros son los que ha prestado el Mecanismo de Estabilidad Europeo (Mede) a Grecia

242.000 millones de euros son los que debe Grecia a sus acreedores.



Valores y commodities

En esta situación, la estabilidad del Euro está en duda, algo que aunque no se refleja de manera fuerte en la cotización del mismo en las bolsas de valores, es un punto que se debe considerar para la economía boliviana. Por un lado, algo más del 9 por ciento de las RIN se encuentran en esta moneda, cifra que aunque parece pequeña, equivale a casi 1.340 millones de dólares. Por otro lado, en promedio, el 45 por ciento de las remesas del país vienen de la Zona Euro, por lo que una caída en la cotización de esta moneda podría impactar directamente en el poder adquisitivo de familias que las reciben.

En contrapartida, y ante la volatilidad que podría introducirse ante una salida de Grecia del Euro, los inversionistas buscarán activos donde resguardar su dinero, por lo que es posible que el petróleo y los minerales muestren incrementos en sus precios por un impulso en su demanda como commodities, lo que resultaría en algo positivo, aunque probablemente coyuntural, para la economía boliviana.

En este sentido, aún es muy difícil prever cómo reaccionarán los mercados y los propios actores. Sin embargo, debemos considerar que el mundo está cada vez más interrelacionado y que los blindajes, en economía, suelen ser espejismos que cuestan muy caro.

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