Así, crear el Peso Latino garantizaría la sustentabilidad económica
de América Latina. Pero para crearlo, La Tercera Vía propone
construir un atajo más corto que el que, por más de medio siglo,
tuvo que transitar Europa antes de crear el euro.
Este atajo, cuya
maqueta ya está ensamblada en capítulo 16 del mencionado libro,
consiste en lograr que algunos países -además de Panamá,
Ecuador y El Salvador, que ya lo han hecho- adopten
temporalmente al dólar como su moneda oficial; para luego de unos
años, cuando sus economías ya se hayan acoplado, substituir en
conjunto ese dólar por el Peso Latino.
Gran parte de ese atajo, desde luego, ya ha sido recorrido por la
mayoría de los países latinoamericanos que utilizan dólares para
pagar su deuda externa; para preservar sus divisas; para recibir la
inversión externa; para pagar importaciones y cobrar exportaciones;
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para contabilizar los contratos de largo plazo, externos e internos;
y, para viajar por el mundo, por negocios o por placer.
Desde luego, la creación del Peso Latino, no se limita a posibilitar la
sustentabilidad económica como una de las columnas que
sostienen al desarrollo económico propuesto por La Tercera Vía;
sino que también lograría fecundar la unión y unidad de América
Latina.
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