"Los puertorriqueños deben saber que no nos hemos olvidado de ellos, que son parte de la familia estadounidense", dijo Obama a periodistas en el Salón Oval de la Casa Blanca, poco antes de estampar su firma al pie de la nueva ley.
El mandatario destacó que "finalmente tenemos una legislación que dará a Puerto Rico la oportunidad de salir de esta larga incertidumbre con relación a su deuda" y le permitirá "volver a crecer".
Bajo la ley -adoptada con apoyo bipartidista en el Senado el miércoles y antes por la Cámara baja- Puerto Rico podrá renegociar su deuda sin riesgo de que sus acreedores puedan emprender acciones legales.
Como contrapartida, el territorio, cuya deuda llega a unos 70.000 millones de dólares, estará bajo la tutela financiera de Estados Unidos, país del que es estado libre asociado.
Esta nueva ley, admitió Obama, no será suficiente "en sí misma para resolver todos los problemas" de los puertorriqueños, pero se trata de "un importante primer paso en el camino para crear más estabilidad, mejores servicios y prosperidad general".
No es "una ley perfecta", puntualizó el mandatario, pero sirve para "movernos en la dirección correcta".
Por ser un estado libre asociado y no un estado de la unión estadounidense, Puerto Rico fue excluido en 1984 del capítulo 9 de la ley de bancarrota de Estados Unidos, por lo que carece de autonomía para reestructurar su deuda.
A raíz de eso, "hemos visto hospitales incapaces de operar, ambulancias paradas, servicios básicos parados y trabajadores públicos sin recibir salarios. Eso ha representado enormes sufrimientos a Puerto Rico", apuntó Obama.
El mandatario añadió que aún será necesario mucho "trabajo duro" para sacar a Puerto Rico "del pozo en que se encuentra", pero dijo que el gobierno está comprometido a ayudar con todo lo que sea necesario.
Crisis latente
Los legisladores pasaron semanas debatiendo cómo elaborar un paquete que ayudara a este territorio estadounidense, en recesión desde hace más de una década, y lograron ponerse de acuerdo antes del receso de actividades por el feriado del 4 de julio.
Los promotores de la ley, entre ellos el republicano Paul Ryan, presidente de la Cámara de Representantes, insistieron en el hecho de que ninguna asistencia financiera federal será dada a la isla, un punto que era rechazado por el grueso de los congresistas.
Este proyecto fue adoptado justo cuando Puerto Rico tenía este viernes un vencimiento de 2.000 millones de dólares que no iba a poder afrontar.
Para hacer frente a obligaciones futuras, la ley pone en marcha un comité de supervisión que negociará con los acreedores.
El 2 de mayo, Puerto Rico dejó de pagar 367 millones de dólares en obligaciones, parte de su descomunal deuda de 70.000 millones de dólares.
La crisis en el otrora próspero Puerto Rico comenzó cuando en 2006 finalizó un sistema de exoneración fiscal para empresas norteamericanas instaladas en la isla, lo que provocó una recesión económica.
Financieramente desangrados, sucesivos gobiernos emitieron deuda para cubrir el creciente déficit.
Mientras tanto, se aceleró el éxodo de puertorriqueños: entre 2010 y 2015 la población en la isla cayó 7%, más del triple que en la primera década del siglo, según el Pew Research Institute.
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