“Tenemos muchos motivos para estar contentos y que haya un cambio de ánimo. Queremos mantener el diálogo con el Gobierno y el trabajo en conjunto hacia el futuro”, dijo el presidente de la Sociedad Rural, Luis Etchevehere.
La eliminación de impuestos a las exportaciones agrícolas y la rebaja de un gravamen a la soja, además de la devaluación del 30 por ciento de la moneda a días de asumir Macri en diciembre, fueron aplaudidas por el sector agrario, que mantuvo fuertes enfrentamientos con el Gobierno de la expresidenta Cristina Fernández (2007/2015).
En un giro de 180 grados de la política del Gobierno que lo precedió, Macri eliminó los impuestos a exportaciones de trigo, maíz y sorgo mientras para la soja se rebajó del 35 al 30 por ciento, viejos reclamos de los productores de Argentina, uno de los mayores proveedores mundiales de alimentos.
Los impuestos a las exportaciones de granos, que permitieron un sensible aumento de la recaudación, habían generado en 2008 una prolongada huelga del campo.
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