Las elecciones legislativas que se realizarán en Grecia el próximo domingo determinaran si el país sale o no de la zona euro. La turbulencia que pueda causar en los mercados extranjeros el desenlace de la tragedia griega despierta una incertidumbre que se extiende por la Comunidad Europea y llega hasta China y EE.UU.
Antes de las elecciones, los conservadores del partido Nueva Democracia, encabezados por
Andonis Samarás, prometen renegociar las duras condiciones del plan de rescate financiero
europeo, sin dejar claro si el país debe permanecer en el euro, mientras que la izquierda radical trata de disipar rumores sobre la salida de la eurozona si ganan los comicios.
Los inversores globales temen que, de ganar la coalición de izquierdas, se vaya al piso el rescate que "ha mantenido a Grecia a flote desde 2010". Al menos así lo acaba de señalar Ba Shusong, economista del Consejo de Estado de Investigación y Desarrollo chino: la segunda economía del mundo –que tiene a la Unión Europea como su principal socio comercial- teme daños en su exportaciones y una incidencia negativa en su crecimiento económico, que alcanzó su promedio mínimo en tres años durante primer trimestre de 2012, al subir solo un 7%.
La Comisión Europea volvió a negar este viernes los rumores de que se esté preparando un
supuesto plan para la salida de Grecia de la eurozona y reafirmó su deseo de que el país continúe con el euro. El Banco Central Europeo (BCE) asegura que ayudará a los bancos con más liquidez, si es necesario, y descartó que exista riesgo de inflación en algún país de la zona del euro, lo que facilita una próxima bajada de los tipos de interés.
Pero los temores persisten, porque aunque los últimos sondeos indican que habrá un empate técnico en los comicios, el partido de la izquierda radical de Syriza Nikos Juntis tiene posibilidades de triunfar. El eurodiputado dice que abrirá el camino al cambio y al rechazo a las políticas de austeridad en toda Europa. "Grecia fue el primer país de la Unión Europea donde se aplicaron estos programas y por tanto, si Grecia da una señal de rechazo a estas políticas, el resto de pueblos de Europa también comenzará a rechazarlas", afirmó Syriza. Añadió que el pueblo griego "dará un no a las políticas de austeridad" y que las "fuerzas de la izquierda cosecharán una victoria histórica".
El interrogante que aparece en el fondo de las turbulencias económicas de la región cae sobre el
proyecto de una integración económica europea. La unión de estados del viejo continente podría
empezar a desmoronarse, y para muchos militantes de partidos de izquierda de naciones como
España, Portugal e Irlanda, esto podría deberse a la “intromisión inaceptable” del organismo
multilateral para evitar una victoria de Syriza y por tomar medidas que no han logrado rescatar las finanzas griegas.
El gobierno de Berlín, que se ha convertido en el colchón económico de la crisis europea, acaba de manifestar que no se está planeando una reunión de líderes europeos para tomar medidas después de las elecciones, y que lo "decisivo" es que los griegos acudan a las urnas y que se forme un nuevo gobierno en Atenas.
Los griegos de a pie, sin embargo, no contemplan la posibilidad de salir de la zona Euro. El
periodista Joe Waisenthal del portal Business Insider, asegura que durante las primeras 24 horas
que duró en Grecia, a donde fue para cubrir los comicios, se llevó dos sorpresas: No conoció a nadie que asegurará que el país estaba cerca de salir de la eurozona y vio que la gente no culpaba a la estructura de la Eurozona por la aguda crisis económica que están viviendo, sino a su propio gobierno, la corrupción, la falta de pago de impuestos y la burocracia.
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