La quinta bajada de tasas en nueve meses demuestra que el banco central considera que se trata de un problema serio. Y además, poco antes las Bolsas se habían derrumbado por tercer día consecutivo, esta vez más de un siete por ciento.
La principal tasa de interés baja en 0,25 puntos porcentuales al 4,6 por ciento, comunicó la entidad. En igual medida baja la tasa para los depósitos a un año, hasta un 1,75 por ciento. A su vez, el capital mínimo de reserva exigido a los bancos se reduce a partir del 6 de septiembre en medio punto porcentual. La medida podría liberar según las estimaciones del "Wall Street Journal" un total de 678.000 millones de yuanes (93.000 millones de euros/106.000 millones de dólares) para créditos.
El anuncio hizo subir de inmediato las Bolsas europeas que aún estaban negociando, pero los expertos se mostraron escépticos respecto de su efectividad en China. "En teoría una bajada de tasas tiene que hacer subir el mercado de acciones, pero los pequeños inversores están en pánico, por lo que es incierto si este paso podrá cambiar el clima deprimido en los mercados", señaló a dpa la experta financiera independiente Ye Tan.
Sin embargo, el gobierno tampoco tenía otra opción para levantar el ánimo de la población ante las celebraciones previstas el 3 de septiembre y el desfile militar por el 70 aniversario del fin de la Segunda Guerra Mundial en Asia, añadió.
Después de las fuertes pérdidas en las Bolsas el viernes y el lunes, el Composite de Shanghai perdió hoy un 7,63 por ciento. Cerró en con 2.965 puntos, por debajo de la marca simbólica de los 3.000. También cayó el Component de Shenzhen, que retrocedió un 7,04 por ciento hasta los 10.198 enteros.
El lunes las cotizaciones habían sufrido su peor jornada en ocho años y perdieron más de un 8,0 por ciento.
Los analistas consideraron que la tendencia negativa continuó hoy debido a que el gobierno de Pekín había paralizado las compras que llevaba a cabo para sostener el mercado.
Desde el inicio del crac bursátil a mediados de junio las autoridades han intentado estabilizar los mercados con la inyección de miles de millones, pero en principio esta vez no habían intervenido, hasta que después del cierre de las Bolsas anunciaron la bajada de tasas y de las exigencias mínimas a los bancos.
El "Financial Times" escribe hoy que Pekín finalmente capituló ante las fuerzas del mercado y que por eso no ha intervenido de forma directa en la Bolsa esta vez. En las siete semanas anteriores el banco central compró acciones por valor de unos 200.000 millones de dólares para frenar la caída. El dinero usado procede de las reservas de divisas del país, según el "FT".
Además, desde la fuerte devaluación del yuan (renminbi) el 11 de agosto, el banco también había usado unos 200.000 millones de dólares de las reservas para evitar una caída aún mayor de la moneda. Como fuente de su información, el "Financial Times" cita círculos cercanos al Banco de China y las intervenciones en el mercado.
El problema para la cúpula china es que pese a haber gastado ya unos 400.000 millones de dólares para sostener el yuan y las Bolsas, la situación parece peor que al inicio de las intervenciones, comenta el diario.
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