Pero la fortaleza del billete verde tiene, sin embargo, otro efecto, esta vez positivo, para las economías de América Latina que se nutren del dinero que le llega de sus emigrantes en el gran vecino del norte a través de las remesas.
La revalorización de las remeses que se reciben en América Latina arroja lecturas divergentes, en función del origen de los flujos de capitales que llegan a cada país, reseñó el diario español El País.
El alza del dólar eleva el valor de las remesas en los países cuyos inmigrantes están concentrados en Estados Unidos. Las grandes beneficiadas por el brusco movimiento registrado en el mercado de divisas son, por tanto, México (el dólar se ha apreciado un 22 por ciento en el último año, si antes equivalía a 13 pesos, ahora compra 16) y países de América Central como El Salvador, Guatemala y Honduras, donde el Banco Mundial ya vio el año pasado un robusto incremento del 6 por ciento en el montante de dinero que le llega de sus nacionales en el exterior.
México es el cuarto mayor receptor del mundo en términos absolutos de remesas, con 25.000 millones de dólares (al cambio actual, 22.760 millones de euros) en 2014. Le superan la India, China y Filipinas, según el diario.
Pero el valor de estas transacciones varía incluso cuando se comparan los países de la misma región. Es el caso de economías como las de Brasil, Perú, Argentina, Bolivia, Colombia y Paraguay que se ven afectadas por la debilidad de la actividad económica en España y el efecto de depreciación paralela del euro por la crisis griega.
Uno de cada 10 inmigrantes latinoamericanos vive en España.
EL EFECTO DEL EURO
El euro está tratando ahora de mantener los 1,10 dólares. Está lejos de los 1,40 dólares que se vieron el pasado verano y llegó a caer hasta rozar la paridad.
Europa es la principal fuente de remesas para los países del Norte de África y la adversidad en el tipo de cambio se hizo notar especialmente en Marruecos.
Mientras que las remesas en euros subieron un 9,6 por ciento entre noviembre y enero, cayeron un 2,6 por ciento cuando se pasan a dólares. Argelia y Túnez sufren una situación similar.
Los conflictos y las dificultades económicas, como señalan los técnicos del organismo que apoya el desarrollo, harán que la gente siga buscando trabajo fuera. Pero con el incremento de las remesas moderándose, piden a los países receptores de esta liquidez que sean más “creativos” para aprovechar esta fuente de dinero que les llega del exterior.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) quiere que este ingente flujo de capital puede contribuir al desarrollo de proyectos en infraestructuras o se utilice como colateral para reducir el coste de la deuda externa.
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