La medida generó incertidumbre sobre el estado de la economía de China -y a su vez de la economía del mundo- y sobre el momento indicado para que la Reserva Federal aumente las tasas de interés, así como preocupaciones sobre las perspectivas de una guerra de divisas.
Todo esto se presenta en un momento en que las empresas ya fueron sacudidas por la caída de los precios del petróleo y el aumento del dólar estadounidense. Las tasaciones, al menos en EEUU, parecen estar infladas en un factor de 17 veces en el S&P 500.
Peor de lo esperado
"Todos sabíamos que la economía de China estaba bajo presión, pero la devaluación fue una indicación de que es peor de lo esperado y eso representa un problema para las ganancias corporativas”, dice Nicholas Colas, estratega de mercado de ConvergEx.
Las compañías blue-chip del Reino Unido, EEUU y de la eurozona en sectores que durante mucho tiempo dependieron de China -incluyendo los fabricantes de automóviles, los mineros y los minoristas de artículos de lujo- sufrieron las peores consecuencias de la venta por parte de los inversionistas la pasada semana. Esto ocurrió cuando las empresas en los sectores de la energía, de los materiales y de la industria se quedaron seriamente rezagadas durante la mayor parte de este año, con la caída de los precios de las materias primas augurando que la demanda de China se ralentizó significativamente.
"Las compañías con ventas de un 20% o más a China han sufrido enormemente en el mercado, pero lo mismo sucedió con las que están vinculadas a los precios de las materias primas donde la demanda de las regiones en desarrollo fue clave para el superciclo anterior”, asegura el jefe de estrategia de renta variable para EEUU en Citi, Tobias Levkovich.
La pregunta que ahora enfrentan los inversionistas de capital es si la devaluación de China puede ayudar a fortalecer el crecimiento global y la demanda de los productos y servicios vendidos por las compañías globales de EEUU y Europa. Aunque los precios de las acciones se estaban estabilizando en Europa y en EEUU hace dos semanas, muchos creen que no es probable que la presión disminuya en un futuro cercano.
"En Europa, han estado contando con que sus exportaciones sean más baratas -el 40% del producto interno bruto de Europa lo representan las exportaciones- y el problema es que, de nuevo, los chinos están llevando a cabo maniobras para impulsar el crecimiento a través de un aumento de las exportaciones”, dice el estratega de mercado global de JPMorgan Asset Management, David Lebovitz.
Se fortalece el euro
Cabe destacar que el euro, y no el dólar estadounidense, se fortaleció más rápidamente frente al renminbi justo después de la devaluación china. Esto refleja la reversión de las operaciones especulativas en diversas clases de activos que son financiados por el euro, cuyos costos de préstamos a un día son mínimos.
Pero tal solidez en la moneda única enfatiza sólo la dependencia de las principales compañías blue-chip de la eurozona en el crecimiento de las exportaciones. Durante gran parte del año, los flujos de inversión favorecieron a las acciones de la eurozona, en base a valoraciones más baratas y mejores perspectivas de ganancias que sus rivales estadounidenses de primer nivel.
Eso explica por qué las empresas de la eurozona fueron más afectadas que sus rivales estadounidenses a inicios de agosto, con una presión particularmente intensa sobre los fabricantes de automóviles. El FTSE European Automobiles and Parts Index cayó a 8,3% durante la segunda semana del mes, el mayor descenso en al menos un año, impulsado por los temores de una demanda decreciente de las exportaciones europeas.
Sin embargo, también han surgido preguntas acerca de las industrias estadounidenses, como Caterpillar y Deere, ya que el S&P 500 estuvo en rojo para el año por un momento hace dos semanas. Otro motivo de preocupación es cómo los sectores líderes en el S&P 500 de este año -la asistencia médica y el consumo discrecional- se tambalearon durante agosto, lo cual sugiere que el mercado en general se encuentra a punto de experimentar una corrección pronunciada.
En este contexto, los participantes en el mercado predicen una mayor volatilidad después de la acción monetaria de China, con una débil actividad bursátil en agosto exacerbando la situación y, a la vez, conteniendo la respuesta. Mercados con poca actividad podrían significar cambios mayores en las acciones, pero había pocos inversionistas para "colocar apuestas” significativas en el mercado después de la devaluación, aseguran los participantes en el mercado.
Impacto a Estados Unidos
Algunos inversionistas opinan que la devaluación también podría afectar los planes de la Reserva Federal de elevar las tasas de interés. Mientras que eso ayudaría a reforzar esta opinión a corto plazo, esta medida también implicaría que la economía mundial está afectando a EEUU y preocupando a los funcionarios de la Fed.
"El impacto real es que prácticamente elimina cualquier argumento que la Fed tenga en relación con el porqué pueden o deben elevar las tasas en septiembre”, declara el director ejecutivo de Bruderman Brothers, Oliver Pursche.
Otro factor que influye nerviosa respuesta del mercado y la probabilidad de una volatilidad continua durante los próximos meses proviene simplemente de que la devaluación fue sorpresiva, y a los mercados no les gustan las sorpresas.
"Fue una total sorpresa”, dijo Colas. "Toma un par de días para que los mercados determinen cuáles serán los segundos y terceros efectos. No creo que hemos visto el final de la volatilidad”.
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"Toma un par de días para que los mercados determinen cuáles serán los segundos y terceros efectos. No creo que hemos visto el final de la volatilidad”.
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