En un comunicado, el FMI apuntó que las causas en su rebaja de la previsión son “las políticas fiscales y monetarias más ajustadas” del Gobierno brasileño, los recortes en inversión de la petrolera estatal Petrobras y el descenso en la actividad que arrastra desde 2014.
Además, el FMI explicó que su nueva previsión está sujeta a varios riesgos que podrían rebajarla todavía más, como un hipotético racionamiento del agua y la energía por la sequía, los posibles efectos colaterales derivados del caso de corrupción en Petrobras y una coyuntura internacional adversa.
Sin embargo, el organismo indicó que la aplicación “decidida” de medidas de austeridad permitirá a Brasil regresar a la senda del crecimiento positivo el año que viene.
El FMI presentará el próximo martes la actualización de sus pronósticos de crecimiento global, en su informe “Perspectivas Económica Globales”, después de advertir que la economía global parece estar entrando en una fase de bajo crecimiento generalizado.
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