La asunción de Mauricio Macri y el inicio de una nueva era tras 12 de años kirch-
nerismo generan, aquí, una nueva perspectiva sobre el país, dominada, eso sí, por la prudencia que impone una economía con varios problemas irresueltos.
"A partir de las elecciones hemos visto enorme interés en la Argentina, tanto de actuales como de potenciales inversionistas”, afirmó a La Nación Susan Segal, presidenta y CEO del Consejo de las Américas. "El entusiasmo es palpable y hay mucho optimismo sobre el futuro que aguarda al país”, completó.
En los últimos meses, fondos de inversión de Wall Street ya habían comenzado a apostar por la Argentina, montados en la expectativa de que las elecciones arrojarían un redituable giro político. Eso ocurrió. Ahora, la expectativa, envuelta en un clima de optimismo y cautela, está centrada en el despliegue de las primeras medidas económicas.
Desde que Macri ganó el ballottage se multiplicaron las conferencias telefónicas para cruzar información sobre el futuro del país y las noticias estuvieron a tope, merced a la ola de novedades que arrojó la transición política y las primeras señales del nuevo gobierno, como el viaje del secretario de Finanzas, Luis Caputo, para abrir una negociación con los holdouts por la deuda y buscar financiamiento fresco para nutrir las reservas del Banco Central de Argentina.
"El cambio de clima se siente en el aire. Todo Wall Street está hablando de la Argentina”, graficó a La Nació días atrás un analista de un banco de inversión extranjero.
El Consejo de las Américas fue testigo de esa "fiebre” la pasada semana. Un panel sobre la Argentina convocó a ejecutivos, analistas, inversores y empresarios que coparon el salón principal de la casona en el Upper East Side. Existen ya conversaciones para organizar un viaje de ejecutivos de empresas y fondos de inversión a la Argentina a principios del año próximo, en un intento por impulsar nuevas inversiones.
"Ya había mucho private equity en formación antes de la elección. Agrégale que ganó Macri y deberías tener más inversión extranjera”, evaluó ante La Nación, luego de las elecciones, un ejecutivo a cargo de la cartera de mercados emergentes de un importante fondo de inversión.
Apetito inversor
Los mercados emergentes están de capa caída, y la Argentina puede aprovechar el apetito inversor. Con todo, nadie en ese país deja de notar los enormes desafíos que aguardan al equipo económico de Macri.
El escenario optimista es un 2016 de ajustes (con una duda: la magnitud y el momento de la devaluación), y, si todo sale como lo previsto, un 2017 de despegue.
Vladimir Werning, analista del banco de inversión JP Morgan, estimó en el panel del Consejo de las Américas de la pasada semana que uno de los problemas que tendrá el equipo económico de Macri es por dónde empezar a resolver los problemas. Sin tapujos, dijo que el ajuste, al que comparó con quitarse una curita, no pasará desapercibido. "Va a doler. El tema es qué duele más, si quitar la curita rápido o lentamente”, graficó.
A su lado, Mauro Roca, economista senior de Goldman Sachs, resumía en cierta medida la visión sobre Argentina al afirmar que era "muy optimista” sobre las perspectivas económicas y que, a la vez, estaba "muy preocupado”. El problema central, indicó, es el déficit fiscal, que supera el 7% del producto interno bruto.
"No debemos subestimar los desafíos de la nueva administración -indicó-. Por otro lado, es un muy buen equipo, muy profesional. Mejor, imposible”.
No hay comentarios:
Publicar un comentario