La organización revisó a la baja sus anteriores expectativas y vaticina que el año se cerrará con un crecimiento global del 2,4 por ciento, producto de una clara ralentización en las economías en desarrollo y transición.
Entre ellas, destaca la contracción del 3,8 por ciento que la ONU espera en Rusia (0,8 puntos porcentuales peor de lo que vaticinaba hace seis meses) o la del 2,8 por ciento que prevé en Brasil (un empeoramiento de 1,7 puntos con respecto a su anterior informe).
La bajada de los precios de las materias primas ha golpeado especialmente a las economías en desarrollo, sobretodo en Latinoamérica, pero Naciones Unidas espera que esa situación se corrija progresivamente en los próximos años.
El crecimiento a escala mundial, sin embargo, seguirá siendo muy moderado, con una previsión del 2,9 por ciento para 2016 y del 3,2 por ciento para 2017.
El próximo año, las economías desarrolladas crecerán un 2,2 por ciento superando por primera vez la barrera del 2 por ciento desde 2010, gracias a los progresos en Estados Unidos y en la zona del euro.
Dado el esperado frenazo en China y los problemas en otras economías emergentes, la organización destaca que el eje del crecimiento a escala global está volviendo parcialmente a las economías más ricas.
En Rusia, en tanto, se espera un crecimiento cero, antes de que la economía del país avance un 1,2 por ciento en 2017.
No hay comentarios:
Publicar un comentario