Aunque el Banco Central violó sus normas y no reporta la inflación desde hace tres meses (el último dato fue publicado a fines de agosto, de 63,4% anualizado) los venezolanos sienten día a día cómo el bolívar se vuelve humo en sus bolsillos y se intercambia por cada vez menos productos, en una economía dependiente de las importaciones.
La popular hamburguesa Big Mac de McDonalds refleja la espiral inflacionaria: en septiembre de 2013 costaba 125 bolívares (20 dólares) con su combo de papas fritas y bebida gaseosa, mientras que en noviembre 2014 casi duplicó su precio a 245 bolívares (38 dólares). /AFP
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