El hundimiento de la divisa rusa -ha caído desde principios de año un 50% ante el dólar y más del 40% frente al euro-- ha provocado un movimiento de pánico entre la población, a dos días de la muy esperada conferencia de prensa anual del presidente ruso.
Todo ello se produce en un contexto de gran tensión política con Occidente debido al rol de Moscú en la crisis ucraniana, y de riesgo para la economía rusa de entrar en recesión.
Las duras sanciones económicas occidentales contra Rusia adoptadas desde la anexión de Crimea, y el derrumbe de los precios del petróleo --que genera la mitad de los ingresos del país-- son dos de las principales causas de la grave crisis financiera y económica rusa.
"La situación en el país es totalmente inestable. Tenemos miedo" se lamenta Yulia, interrogada frente a un banco de Moscú, donde se ha formado una larga cola. "Tengo miedo de que volvamos a la situación de los años 1990", añade, aludiendo la difícil época de caos y desorden que siguió tras el final de la Unión Soviética.
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