El reporte Focus, elaborado por la entidad rectora del sistema financiero entre operadores del mercado, previó una tasa de inflación del 7,01% y un estancamiento de la actividad, que según la consulta crecerá apenas un 0,03%.
Como expresión del clima de negatividad que atraviesa la economía brasileña, un mes atrás el informe daba cuenta de una inflación de 6,56% y de un crecimiento del PIB de 0,5%.
El año pasado, Brasil terminó con un alza de los precios al consumidor de 6,41%, mientras que el Banco Central calculó un crecimiento de la economía de 0,2%. Este enero la entidad rectora del sistema financiero elevó la tasa de interés de referencia de 11,75% a 12,25% anual, en un intento por desestimular el crédito al consumidor y distender la presión sobre los precios.
El fin del 2014 mostró déficits gemelos en la balanza comercial y las cuentas públicas, en ambos casos el primer saldo negativo en más de una década.
El aumento de los gastos del gobierno central en 2014, un año electoral que tuvo además la organización de la Copa Mundial de fútbol, junto a la caída de los precios de la soja y del mineral de hierro, fueron factores clave para esos resultados. Para el 2016, las proyecciones de la encuesta del Banco Central muestran una inflación del 5,6% y un crecimiento del PIB del 1,5%.
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