Las cifras dan vértigo. El Banco Central Europeo (BCE) destinará 1,14 billones de euros (1,3 billones de dólares) a frenar las tendencias deflacionarias en Europa y a apoyar la economía.
Este maná irá a parar sobre todo a la compra de deuda de los Estados en la zona euro. Los primeros 60.000 millones llegarán a principios de marzo.
Una oleada de dinero de consecuencias considerables, para las que el mercado de la deuda debe prepararse.
“Estamos en vísperas de un cambio profundo en el mercado de las deudas de los Estados”, explica a la AFP Cyril Regnat, experto de Natixis.
Un programa inédito
“El alcance de este programa es inédito tanto a nivel europeo como mundial y su impacto será masivo”, subraya Amaury d’Orsay, de la Société Générale CIB.
Según Patrick Jacq, de BNP Paribas, “esta medida bazuca” representa “alrededor del 7 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) de la zona euro en un año”.
Una dimensión comparable a la del programa al que acaba de poner fin la Reserva Federal (Fed) estadounidense, que representaba “6 por ciento del PIB de Estados Unidos”. Pero teniendo en cuenta que el déficit presupuestario estadounidense era más elevado, el plan europeo “supera en cuatro puntos porcentuales del PIB” al del banco central estadounidense, según estos cálculos.
Para entender mejor lo que va a pasar, hay que imaginarse a un cliente que llega a un mercado y dice: “compro un cuarto de lo que hay”. Y así cada mes durante 18 meses.
Con esta iniciativa, “a priori todos los Estados salen ganando”, asegura D’Orsay.
Pero con el tiempo ¿qué quedará de todo ello? “Existe un riesgo de sequía, pero el BCE estableció cortafuegos limitando sus compras al 25 por ciento” de las emisiones de deuda, destaca Eric Vanraes, gerente del fondo EI Sturdza, basado en Suiza.
“Evidentemente, según el tamaño de los mercados el impacto será diferente”, explica Jacq. Pero estas compras representarán “alrededor del 12 por ciento” de bonos soberanos, con lo que no se espera “que deseque el mercado”.
Se busca que los bancos presenten más dinero
Lo único seguro es que mantendrá los tipos de interés bajo mínimos. Este programa es una chapa “que impide la subida de los tipos de interés”, asegura Vanraes.
Y traerá consigo una “convergencia del conjunto de los tipos de interés de la zona euro”, favoreciendo así a los países menos sólidos, abunda Regnat.
Además los que esperan remuneraciones más altas se verán incitados a abandonar el mercado, donde algunos tipos de interés ya son negativos.
“Hoy en día la exposición de bonos soberanos a tipos de interés negativos supera los 1,5 billones sobre un total de 4,5 billones”, evalúa Vanraes.
Pero “uno de los objetivos del BCE es motivar a los inversores a ir a otro lado” para que haya un impacto en la economía real, recuerda Regnat.
O dicho de otra manera: se busca que los bancos presten más dinero a las empresas.
El efecto de vaso comunicante ya se nota. A modo de ejemplo, el gigante Nestlé ya tiene algunos tipos de interés negativos.
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