“Argentina era hasta hace cuatro meses absolutamente irrelevante para el resto del mundo y ahora es un motivo de confianza y de credibilidad”, afirmó en rueda de prensa el ministro de Hacienda argentino, Alfonso Prat-Gay, al anunciar los resultados de la colocación.
En la operación se recibieron ofertas por un total de 68.600 millones de dólares, de los cuales Argentina optó por tomar 16.500 millones.
Si no aceptó un monto mayor ha sido, según sostuvo el ministro, porque Argentina espera que las tasas de interés bajarán aún más en lo sucesivo y para “no ahogar el acceso al crédito de otros actores que lo necesitan”, como las provincias argentinas y el sector privado “que estaba esperando esta emisión de deuda para ver a qué tasa de interés pueden salir a colocar”.
El mayor caudal de ofertas, por 25.700 millones de dólares, fue para el bono a 10 años, del que finalmente se adjudicaron títulos por 5.500 millones de dólares, a una tasa del 7,5 por ciento.
Además, se colocaron bonos a 3 años, por 2.750 millones de dólares, sobre ofertas totales por 10.500 millones de dólares, a una tasa del 6,25 por ciento.
También se adjudicaron títulos por 4.500 millones de dólares, con una tasa del 6,87 por ciento y a un plazo de 5 años, por los que se recibieron ofertas por 14.500 millones de dólares.
Pero lo que más sorprendió al equipo económico de Argentina fue haber tenido una demanda por 17.900 millones de dólares para el bono a 30 años, un plazo de vencimiento por el que ese país nunca emitió títulos en forma voluntaria y que, para Prat-Gay, denota una “señal de confianza” por parte de los mercados.
Finalmente, se adjudicaron bonos a 30 años por 2.750 millones de dólares, a una tasa del 7,62 por ciento
Con gran parte de los fondos recaudados ayer, Argentina pagará este viernes 9.300 millones de dólares a acreedores que desde hace una década litigaban contra ese país en tribunales de Nueva York y con todos los que ha llegado a acuerdos de pago hasta el viernes pasado.
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