lunes, 23 de mayo de 2016

Empresa y libre comercio mundial

La esencia fundamental de una economía de mercado es el intercambio de todo tipo de bienes, servicios y activos por medio del dinero y sobre la base de precios libres y competitivos que se determinan por los comportamientos de ofertas y demandas en cada mercado. Este comportamiento ya está generalizado al interior de los países, pero no con el exterior, lo cual debería hacerse también. A esto se llama internacionalizar la economía como parte de la globalización.

Si ningún gobierno impone barreras al comercio al interior de su país, se podría generalizar diciendo que hoy todos los países internamente son economías de libre mercado. En cambio, siguen las trabas al libre comercio entre países por la existencia de aranceles y otras barreras llamadas "para arancelarias”, que son modificadas por las políticas económicas de los gobiernos en función de lo que ellos creen que es conveniente para sus países.

Hace ya tiempo que existen "tratados de libre comercio”; es un avance, sin duda, hacia la economía de libre mercado en el mundo, pero en estos tratados dominan los intereses nacionales, que son los intereses de sus grandes empresarios y de los propios trabajadores, a quienes no les gusta la competencia externa si es que producen lo que ellos hacen pero a precios más bajos. Por esta razón, en los tratados de libre comercio se estipula qué cosas pueden comerciarse sin ninguna restricción y cuáles no pueden tener la misma conducta. La principal barrera que deben eliminar todos los países del mundo son los aranceles, que son impuestos a la actividad del comercio exterior.

Para que la economía de libre mercado y competitiva funcione plenamente a nivel mundial se requiere, primero, lo que ya se señaló: eliminación de todo tipo de barreras arancelarias, lo cual quiere decir que el comercio entre países debe cumplir las mismas reglas que al interior de un país. Segundo, que esté acompañada de un postulado fundamental: la propiedad privada de los factores de la producción y de lo que se produce. Es decir, la predominancia de la empresa privada.

El mercado enseña que la forma eficiente de crear riqueza es la especialización, por eso unas empresas hacen un tipo de productos y otras, otros productos. El éxito de la economía de mercado para la creación de riqueza es que funciona a base de incentivos que señalan los precios. Cuando el precio de algo es alto en relación a su coste hay incentivos para producir. Cuando alguien crea un nuevo producto que satisface necesidades indica un camino para obtener ingresos más altos que otros. Y una exigencia para el funcionamiento económico de una sociedad, de manera pacífica, es la existencia de reglas simples de conducta obligatoria para todos, reconocidas como justas por todos. Es la única manera de asegurar la convivencia pacífica.

La empresa es la unidad de actividad económica al interior de los mercados. Cuando el empresario contrata los factores productivos que requiere se produce el intercambio ya mencionado. El empresario entrega dinero por la adquisición de los factores, paga por ellos. Pero la actividad económica al interior de la empresa no genera relaciones de intercambio, sino el cumplimiento de deberes. Así como la especialización es una regla general en los mercados, también esto se cumple al interior de una empresa bajo el nombre de división del trabajo.

Es decir, que de acuerdo con las habilidades y capacidades de las personas, que son diferentes; unos diseñan el producto, otros se encargan de conseguir los insumos, otros lo fabrican, otros venden el producto acabado, dirigen y administran las empresas, dando lugar a los roles y responsabilidades dentro de las empresas, cada uno con diferente remuneración de acuerdo al grado de escasez del factor en cuestión y de acuerdo al grado de conocimiento y responsabilidad que exige el cargo, lo que determina su productividad.

Cada uno de los participantes en el mercado no sólo tiene la obligación de realizar su trabajo de manera óptima, sino que también está interesado en que los demás lo hagan, porque sabe que no es suficiente que uno haga bien las cosas, sino todos, porque el proceso económico es un hecho social y no individual.

Al interior de la empresa se genera y se usa el conocimiento, el cual se difunde entre los miembros pero no en forma de intercambio. La empresa, cuando actúa fuera de ella, se relaciona por medio del intercambio; y al interior la regla es la obligada colaboración entre los participantes, porque a eso se comprometen las personas cuando celebran contratos mediante los cuales transfieren factores productivos a las empresas. Si un trabajador es eficiente en esta labor, como consecuencia de ello, puede tener acceso a una mayor remuneración, es decir, no desaparece la relación de intercambio que mantiene la empresa con todos los factores productivos que adquiere. Y esto es así porque en la empresa funcionan también los incentivos que conllevan los precios. Las remuneraciones que se pagan a los trabajadores representan la compensación por sus aportes a la misión de la empresa, las mismas que buscan motivarlos para que cada vez hagan un mejor trabajo, lo que redunda en el éxito empresarial.

Así como en la sociedad y en los mercados deben prevalecer reglas de conducta justas, lo mismo sucede dentro de una empresa, lo que se llama valores y cultura de la empresa, los códigos de ética.

*Profesor emérito de la UMSA y miembro de la Academia Boliviana de Ciencias Económicas.

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