Cádiz, Esp. Los jefes de
Estado, gobierno y
representantes de 22 países
iberoamericanos acordaron
este sábado rechazar
aquellas políticas cambiarias
que puedan tener
potenciales efectos
negativos sobre el comercio
internacional.
Al finalizar la XXII Cumbre
Iberoamericana, los políticos
signaron la Declaración de Cádiz que pide administrar con mayor rigor el ingreso de flujos de
capital para evitar la sobrevaluación de las monedas locales que determina condiciones de
competencia desfavorable para la producción nacional.
La Cumbre fue marcada este año por la crisis financiera europea y los especialistas vaticinaron
que el panorama desalentador continuará. La declaración final de los países centra su atención
en impulsar el crecimiento de las economías, propiciar el empleo “decente”, detonar el comercio
y apoyar a las pequeñas y medianas empresas.
El presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso, dijo que entiende perfectamente
la revuelta y la indignación que hay en muchas partes de Europa, por lo que anunció que el 5 de
diciembre presentará un paquete de medidas para fomentar el empleo juvenil, pues los jóvenes
han resentido los estragos de la crisis.
“Hay una situación de emergencia social en algunos de nuestros países, son
medidas drásticas pero las medidas que ahora están implementadas son mero
resultado de errores muy grandes del pasado: excesiva deuda pública, excesiva
deuda privada, comportamientos inaceptables del sistema financiero”, expuso.
Declaró que esta semana se negociará el presupuesto 2014-2020 para la Unión Europea,
procedimiento que será difícil pero ambicioso y realista.
“Me parece que va a ser muy difícil llegar a un acuerdo en Bruselas pero sigo con
esperanza (…). Es importante que todos los gobiernos puedan llegar con un
espíritu de compromiso, de consenso. Porque sería muy malo para Europa ir sin
estas condiciones, particularmente en momentos difíciles”, dijo.
El viernes, ante el Rey Juan Carlos y el presidente anfitrión, Mariano Rajoy, el secretario general
iberoamericano, Enrique Iglesias, dijo que son preocupantes las visiones encontradas de
dirigentes políticos, especialistas y economistas sobre las soluciones a tomar para salir de la
crisis económica internacional.
Destacó que las naciones están en un momento peligroso, con escasa coordinación y falta de
horizontes claros, mientras que América Latina se puede contagiar de efectos negativos por la
crisis.
“América Latina no puede permanecer inmune a la situación de los mercados internacionales.
La región pudo defenderse bien de los primeros impactos en el 2007 y el 2008, pero la
continuación del bajo crecimiento en los países desarrollados y su impacto en el crecimiento
del comercio exterior de las economías emergentes, como China, tendrá impacto sobre las
economías latinoamericanas”, expuso.
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