Primero China introduce sus empresas en el extranjero para vender los productos fabricados por los propios chinos. Esto le trae ganancias que a su vez se incorporarán a los bancos controlados por el régimen comunista chino.
Con estas acciones, sus divisas aumentan a tal grado que actualmente ascienden a 3 billones de dólares. Y, de esta forma, el país asiático compra más empresas y se apodera rápida y silenciosamente de los activos estratégicos de los países que le faciliten su estrategia.
Es un modelo que se expande con “discreción y cara amable”, señaló el profesor. “Hay que tener en cuenta que el poder de esta economía emana de una dictadura del proletariado que no garantiza la libertad a sus ciudadanos”, advierte.
Pero, ¿qué pasaría si China continúa expandiéndose? Cardenal ejemplificó el caso de Argentina donde en los últimos años llegaron muchos capitales chinos al sector extractivo y de recursos naturales.
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