Estas inversiones son financiadas por bancos chinos que, a diferencia de las fuentes de financiamiento tradicionales, no imponen filtros de impacto socio-medioambiental. Por ende, los conflictos laborales –muchas veces los obreros locales– cobran considerablemente menos que sus pares chinos, el desplazamiento de comunidades enteras y los severos impactos en el medioambiente, aparecieron con frecuencia en muchos lugares donde llegaron los capitales del país asiático. Por citar un ejemplo, Cardenal señala el caso de la presa de Sudán, donde se terminó relocalizando por la fuerza a cerca de 100 mil personas.
Además, como se trata de empresas vinculadas fuertemente al PCCh no cotizan en Wall Street ni en ninguna otra bolsa del mundo, debido a que, en muchos casos, el Estado chino (es decir, el Partico Comunista) es el único accionista. Evidentemente, son empresas cuyas acciones y operaciones no quieren que se expongan abiertamente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario