El crudo físico canadiense se vendió la pasada semana por debajo de los 20 dólares por barril, menos de lo que cuesta extraerlo y transportarlo.
Además, los operadores en el mercado de opciones se están protegiendo para evitar que los precios caigan por debajo de los 25 dólares.
La situación refleja la creciente preocupación de que un mercado que ya está inundado de petróleo esté sufriendo ahora el doble contratiempo de una fuerte desaceleración de la demanda en Estados Unidos y China.
Los bajos precios impulsaron la demanda global hasta sus máximos en varios años, salvando al petróleo de un colapso mayor y animando a los productores a confiar en que el mercado podría recuperarse más tarde en 2016.
El drástico escenario de Goldman Sachs (catastrófico dice el titular de esta nota), estaba basado en la lógica de que el mercado podría tener que sufrir el impacto de ver el barril a 20 dólares para obligar a un cierre de los yacimientos no rentables. Pero eso ya no parece una fantasía.
"El petróleo ha estado sometido a presión últimamente y los riesgos de hundirse hasta los 20 dólares han crecido", afirmó Bank of America Merrill Lynch.
El fin de las sanciones internacionales a Irán sacudió ayer los precios del petróleo, ante el temor a que el medio millón de barriles diarios adicionales que Teherán quiere exportar de forma inminente empeore el escenario de exceso de oferta que asfixia a los mercados desde hace año y medio, informó EFE.
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