Ahora que las nubes se ciernen sobre la mayor parte de las economías emergentes después de la caída de los precios de los productos básicos, es un momento dificilísimo para que el exalcalde de Buenos Aires diseñe un cambio para el futuro de Argentina. Pero muchos inversionistas se muestran muy optimistas acerca de la tercera mayor economía de América Latina, a medida que Macri encabeza una iniciativa para normalizar las relaciones con la comunidad internacional después de su victoria en las elecciones de diciembre.
Una reunión planeada en Davos entre Macri y David Cameron, del Reino Unido, podría allanar el camino para lograr un acuerdo acerca de las muy disputadas Islas Malvinas en el Atlántico Sur.
Se espera que pronto el nuevo Gobierno de centro-derecha de Argentina anuncie un préstamo de 5 mil millones de dólares por parte de un grupo de bancos internacionales encabezado por JPMorgan y HSBC para aumentar las reservas del banco central, agotadas por el anterior gobierno izquierdista.
Pero aunque el nuevo Gobierno, favorable al mercado, ha tenido un "comienzo fuerte" (incluyendo una devaluación bien recibida) aún debe enfrentar difíciles retos futuros, según advierte Edward Glossop, economista de Capital Economics, con sede en Londres.
Entre esos retos se encuentran reducir la inflación de aproximadamente 30 por ciento, un déficit fiscal de casi 8 por ciento y una disputa de una década con los acreedores "holdout" en Estados Unidos que, hasta la semana pasada, estuvieron bloqueando el acceso de Argentina a los mercados internacionales de capital.
En un intento por poner fin a la saga de la deuda, Argentina presentará una propuesta antes de lo esperado al grupo de fondos de cobertura dirigido por Paul Singer, un multimillonario estadounidense, esta semana, según funcionarios del Gobierno.
Pero obtener el apoyo para lidiar con los "buitres", como se les conoce en Argentina, en un congreso dominado por la oposición es muy importante. Sin embargo, resulta alentador que Sergio Massa, un influyente líder de la oposición, haya aceptado la invitación de Macri para que lo acompañara a Davos.
En cuanto a abordar los desafíos económicos, Alfonso Prat-Gay, el ministro de Finanzas, anunció la semana pasada planes para reducir en un punto porcentual el déficit fiscal primario y reducir la inflación hasta algún punto entre 20 y 25 por ciento, un objetivo que los economistas de Bank of America Merrill Lynch describen como "muy ambicioso".
La devaluación del 30 por ciento del peso argentino, poco después de que Macri asumiera el poder, eliminó los estrictos controles de capital establecidos por Cristina Fernández de Kirchner en 2011, pero alimentó los temores de una mayor inflación a pesar de que los economistas de Barclays describieron la medida como "perfectamente orquestada".
Además, medir la inflación (un paso importante para recuperar la confianza de los inversionistas) sigue siendo difícil hasta que el Indec, el Instituto Nacional de Estadísticas, lance un nuevo índice de precios al consumidor, lo cual se espera suceda en septiembre, para sustituir el indicador anterior, ampliamente desacreditado.
Pero para Alejo Costa, jefe de investigación de Puente, un banco de inversión local, el reto más difícil es el déficit fiscal. Si no se arregla el déficit fiscal (el cual se considera la causa fundamental de las crisis económicas periódicas durante el último medio siglo) será difícil solucionar la inflación y crecer nuevamente, dice.
Para Macri, su viaje a Davos (donde celebró reuniones con los jefes de Estado y líderes empresariales de todo el mundo) le brindó una grata distracción de los desafíos que enfrenta en su país.
No hay comentarios:
Publicar un comentario