Li se reunirá hoy con la presidenta, Dilma Rousseff, y partirá a Río de Janeiro para repasar iniciativas del país asiático en esa ciudad. Mañana viajará a Colombia, en una gira que también incluirá Chile y Perú.
La segunda generación de inversiones chinas en Brasil, tras la inicial en materias primas, se concentrará en la industria pesada y en obras de infraestructura, explicó recientemente el subsecretario general de política de la cancillería brasileña, José Graça Lima.
Además de buscar la compra de un primer segmento de 22 aviones Embraer, parte de una operación ya acordada de 60 aeronaves, y la reapertura del mercado del país asiático a la carne bovina brasileña, la lista de negocios incluye autopartes, transporte, energía, puertos, hidroeléctricas y ferrovías.
En carpeta estará también un corredor “ferro-oceánico” que permita sacar exportaciones brasileñas a China por el Pacífico, un proyecto monumental que atravesará parte de la Amazonia, un aspecto espinoso y sensible de la iniciativa que también prevé extenderse hasta Perú.
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