El último informe del Banco Mundial para la región, “América Latina y el ascenso del Sur: Nuevas prioridades en un mundo cambiante”, publicado ayer en Lima, ofrece una mirada profunda a los actuales nexos comerciales y financieros globales y una evaluación seria en torno a sus promesas y tribulaciones para la región.
América Latina precisará de sus “propios motores” para retomar el crecimiento y superar los formidables desafíos que representan la infraestructura, el capital humano y la innovación, afirmó ayer el economista jefe del BM para América Latina, Augusto de la Torre, en la presentación del informe, citado por AFP.
El desafío “está en proceder a la diversificación de la economía con nuestros propios motores, sin la existencia de un contexto externo favorable” que apoye el esfuerzo, señaló.
De la Torre dijo que la década en que América Latina disfrutó del llamado “viento de cola”, la región logró avances concretos en materia de superación de la desigualdad y consolidación del equilibrio macroeconómico.
“Históricamente América Latina fue marcada por la inestabilidad macroeconómica y desigualdades. Siempre tuvimos también un problema de bajo crecimiento, pero ese problema palidecía frente a la intensidad de los otros dos desafíos”, comentó.
Con la consolidación del equilibrio macroeconómico y enormes avances en reducción de la pobreza, resta a la región superar “la tríada formada por los problemas de infraestructura física, formación del capital humano, y desarrollo de la capacidad de innovación empresarial”, señaló. Las soluciones a ese problema triple “precisan combinarse para darle a la región el tipo de capacidad económica que le permita seguir sosteniendo el progreso social”.
“Sin una solución a este desafío, no veo cómo saldremos de este ciclo”, dijo de La Torre, para quien “la necesidad de crecimiento con equidad social será el tema predominante en la región” en los próximos años.
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