La crisis financiera
La crisis actual no es una crisis del comercio ni de la producción de bienes o servicios. La
crisis es del sector financiero y su causa es de naturaleza ideológica: la distorsión de las
¡deas del liberalismo clásico. El liberalismo admitía la naturaleza egoísta del empresario
como un motor de movimiento económico, pero con normas que lo encausen. El célebre
« laissez faire, laissez passer» se refería sólo a las aduanas y al flujo de mercancías.
En Bretón Woods se acordó adoptar el Dólar como moneda de referencia internacional,
pero respaldado en un patrón oro de $35/onza. Ese acuerdo fue renegado por Estados
Unidos en 1971, año en que dejó de exportar el petróleo que equilibraba su balanza
comercial. Eso fue técnicamente un «default » sobre sus deuda - algo que escandaliza
cuando lo hacen otros- y desde entonces comenzó la emisión de dólares inorgánicos para
cubrir una balanza comercial deficitaria.
Esa distribución de dinero sin fondos fue
creando una masa monetaria gigante
que circulaba entre centros financieros
con cifras mayores y en un circuito
distinto al de la producción y el comercio.
Peter Drucker escribió en 1986 un
ensayo sobre ese fenómeno (The
Changing World Economy). La gradual
eliminación de normas que restringían la
actividad bancaría y financiera creó una
situación económica mundial que divide
la economía de mercado en dos mundos
económicos: el de la economía real y el
de la economía especulativa.
La economía real es socialmente positiva, porque a medida que crece reparte beneficios a
todos los actores. Esa economía se basa en la producción de bienes y servicios que se
distribuyen con el comercio y cuyas finanzas guardan una relación con el ahorro.
La economía especulativa es socialmente negativa. Sus actores suelen ser empresas
apatridas, sin vínculos sociales. La base es financiera, con la emisión de valores sin
respaldo que se comercian entre las plazas financieras, su principal actividad es la
manipulación de futuros y su único móvil es la ganancia a corto plazo, que no es
distribuida ni puede ser absorbida en la economía real.
La economía real tiene un comercio internacional en cuyo vínculo con las finanzas es
reconocible en el teorema de Heckshery Olin y la Paradoja de Leontief. Su desarrollo lo
explican las teorías de Kondratieff, Schumpeter, Pérez y Freeman sobre las innovaciones
como motor de ciclos económicos. En la economía real hay una revolución incesante
marcada por crisis que causan el relevo de los protagonistas históricos. Creo que vivimos
uno de esos momentos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario