miércoles, 7 de noviembre de 2012

La crisis financiera y el Comercio - I

La crisis financiera La crisis actual no es una crisis del comercio ni de la producción de bienes o servicios. La crisis es del sector financiero y su causa es de naturaleza ideológica: la distorsión de las ¡deas del liberalismo clásico. El liberalismo admitía la naturaleza egoísta del empresario como un motor de movimiento económico, pero con normas que lo encausen. El célebre « laissez faire, laissez passer» se refería sólo a las aduanas y al flujo de mercancías. En Bretón Woods se acordó adoptar el Dólar como moneda de referencia internacional, pero respaldado en un patrón oro de $35/onza. Ese acuerdo fue renegado por Estados Unidos en 1971, año en que dejó de exportar el petróleo que equilibraba su balanza comercial. Eso fue técnicamente un «default » sobre sus deuda - algo que escandaliza cuando lo hacen otros- y desde entonces comenzó la emisión de dólares inorgánicos para cubrir una balanza comercial deficitaria.
Esa distribución de dinero sin fondos fue creando una masa monetaria gigante que circulaba entre centros financieros con cifras mayores y en un circuito distinto al de la producción y el comercio. Peter Drucker escribió en 1986 un ensayo sobre ese fenómeno (The Changing World Economy). La gradual eliminación de normas que restringían la actividad bancaría y financiera creó una situación económica mundial que divide la economía de mercado en dos mundos económicos: el de la economía real y el de la economía especulativa. La economía real es socialmente positiva, porque a medida que crece reparte beneficios a todos los actores. Esa economía se basa en la producción de bienes y servicios que se distribuyen con el comercio y cuyas finanzas guardan una relación con el ahorro.
La economía especulativa es socialmente negativa. Sus actores suelen ser empresas apatridas, sin vínculos sociales. La base es financiera, con la emisión de valores sin respaldo que se comercian entre las plazas financieras, su principal actividad es la manipulación de futuros y su único móvil es la ganancia a corto plazo, que no es distribuida ni puede ser absorbida en la economía real.
La economía real tiene un comercio internacional en cuyo vínculo con las finanzas es reconocible en el teorema de Heckshery Olin y la Paradoja de Leontief. Su desarrollo lo explican las teorías de Kondratieff, Schumpeter, Pérez y Freeman sobre las innovaciones como motor de ciclos económicos. En la economía real hay una revolución incesante marcada por crisis que causan el relevo de los protagonistas históricos. Creo que vivimos uno de esos momentos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario