BAJADA DE LA LIBRA
La bajada de la libra también pone en peligro al turismo tradicional, pues hace que a los británicos les suponga más dinero salir al extranjero. De hecho en 2016 los británicos se gastaron 16.250 millones de euros en España.
Para muchos, las consecuencias de la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) quedan todavía lejos. Pero en la Costa del Sol española, donde veranean y viven muchos británicos, ya hay pueblos enteros sumidos en la incertidumbre.
Cuanto más se aproxima la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE), más aumentan los temores en el resto de países del bloque. En la Costa del Sol española, donde veranean y viven muchos británicos, hay pueblos enteros sumidos en la incertidumbre.
"Lo que pasa a nivel nacional lo estamos percibiendo aún más claramente en Málaga, las compras de británicos, que son tradicionalmente nuestros mejores clientes extranjeros, están disminuyendo", cuenta Violeta Aragón Correa, secretaria general de la Asociación provincial de Constructores y Promotores (SACP) de Málaga.
Con alrededor de 65.000 británicos de los 300 mil que viven en toda España, la Costa del Sol, junto a la provincia de Alicante, es la zona española –y seguramente de toda la UE– con más expatriados del Reino Unido. Las autoridades calculan que al menos tres veces más británicos pasan la mayor parte del año en esa zona, aunque muchos no se registran por motivos fiscales o por comodidad.
El "Brexit" hace que muchos se pregunten si la libra seguirá perdiendo valor y si los británicos podrán seguir viviendo en España u otros países de la UE. Pero es en localidades como Mijas, Benalmádena y Marbella, con mucha población británica, donde uno más siente la incertidumbre de los británicos respecto a sus seguros médicos, su pensión o su trabajo.
"Incluso varios de aquellos que habían formalizado algún tipo de reserva están dando marcha atrás, están cancelando compras", dice Aragón Correa.
Según datos del Colegio de Registradores de la Propiedad y Mercantiles de España, la proporción de inmuebles adquiridos por británicos en toda España cayó del 24 por ciento en el cuarto trimestre de 2015 al 16.4 por ciento un año después. "Es claramente un efecto del Brexit", según los registradores.
Mijas, con 11.500 británicos empadronados, es la localidad con la comunidad británica más grande. Su alcalde, Juan Carlos Maldonado, habló de un amenazador "terremoto" tras el referéndum del "Brexit". Y los primeros temblores han llegado antes de lo esperado. Los británicos no sólo compran menos, sino que empiezan a deshacerse de inmuebles. En concreto las ventas de sus propiedades han aumentado un 16.5 por ciento desde el referéndum, según el Colegio de Administradores de Fincas de Málaga y Melilla.
"La incertidumbre del futuro económico del Reino Unido está empujando a muchos británicos a plantear una situación impensable hasta hace meses: vender su vivienda en Málaga", apunta Fernando Pastor, presidente del Colegio.
En Benalmádena, algunos "guiris", como se conoce a los turistas e inmigrantes del norte de Europa, pasean junto al mar en bañador en pleno febrero disfrutando de los 20 grados de temperatura. Otros toman cerveza o sangría en el paseo marítimo. Los bares y los restaurantes anuncian sus productos en inglés. Sólo se escucha inglés, francés, ruso y alemán, y hay que esforzarse para encontrar a algún español.
Carlos, uno de ellos, es dueño de un bar. "Los políticos realmente sólo hacen mierda. El 80 por ciento de mis clientes vienen de Gran Bretaña. El 'Brexit' preocupa aquí no sólo a los residentes británicos, a los agentes inmobiliarios o a la gastronomía. Todos tiemblan si piensan en el futuro", dice indignado.
Y es que en la Costa del Sur hay decenas de escuelas, clínicas y bufetes de abogados angloparlantes que viven de los "guiris". El periódico "Sur in English", por ejemplo, creado en Málaga, es uno de los diarios en inglés más grandes de Europa con una tirada de 50.000 ejemplares. Incluso los bancos se comunican y hacen publicidad en inglés.
"Me preocupan también las consecuencias en la economía local. El turismo residencial es uno de los mayores motores de bienestar de nuestra región", explica el alcalde de Mijas, Maldonado.
La bajada de la libra también pone en peligro al turismo tradicional, pues hace que a los británicos les suponga más dinero salir al extranjero. Aunque todavía no se notan los efectos. De hecho en 2016 los británicos se gastaron 16.250 millones de euros en España, una cifra récord y un 13 por ciento más alta que el año anterior, según analistas económicos.
También en la colonia británica de Gibraltar, que España reclama hace tres siglos, aumenta la preocupación por el "Brexit". El ministro principal, Fabián Picardo, estuvo recientemente en Bruselas exigiendo una normativa especial para su territorio.
"Una frontera sin la fluidez que necesitan las personas para acudir a su lugar de trabajo pondría en peligro los puestos de 10.000 residentes de un país de la UE y que trabajan en Gibraltar", advirtió.
Incluso el presidente del Gobierno español, Mariano Rajoy, expresó en Madrid su preocupación y anunció la organización de una reunión extraordinaria con los políticos regionales afectados.
Todos en Málaga saben por experiencia lo rápido que se puede desencadenar una crisis. Tras el estallido de la burbuja inmobiliaria española, las ventas en la provincia cayeron de las 42.400 viviendas en 2007 a las 16.000 en 2011, lo que tuvo unos efectos catastróficos en la economía regional. Después la situación mejoró gracias a los extranjeros, en mayor medida británicos, que se beneficiaron de los bajos precios.
Alcaldes como Maldonado o los promotores de Málaga han puesto en marcha un "plan B" para "sustituir a los británicos". Están reforzando su presencia en ferias turísticas e inmobiliarias de todo el mundo, apostando sobre todo por los escandinavos, apunta Correa.
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